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Damián moreno prado
Valladolid
Lunes, 23 de julio 2018, 08:56
Mario Aparicio (MMR) dio una lección de coraje para coronarse como campeón de la XXVII Vuelta a Valladolid Promoción júnior, organizada por el Velo Club Delicias. El joven ciclista del MMR respondió a los ataques de sus rivales y encabezó el pelotón en todas las ascensiones, siempre atento a cualquier demarraje de sus rivales. Así, tras 100 kilómetros y cuatro espectaculares puertos: el Alto de Renedo, La Garganta y el Alto de Portillo, que se subió dos veces por perfiles diferentes, el joven corredor del MMR pudo enfundarse el maillot amarillo.
El Polartec se puso en cabeza al comienzo de la primera parte del Alto de Portillo, conocida como El Sombrío. Mario Aparicio y Pelayo Sánchez marchaban justo por detrás de los Polartec, que querían endurecer la carrera para Álex Vandenbulcke. Pero Mario Aparicio aguantaba siempre en las primeras posiciones del pelotón. A pesar del alto ritmo, la subida no marcó diferencias entre los favoritos y el pelotón conservó a gran parte de los ciclistas, que bajaron la velocidad en el llano antes de la ascensión a La Garganta, tercer puerto de la mañana.
Cinco kilómetros antes de que empezara la subida, el venezolano José Andrés Díaz (OID Cycling Team) protagonizó un fortísimo demarraje para sacar veinte segundos de ventaja. Pero el pelotón, con el MMR y el Polartec muy atentos a cualquier ataque, neutralizó la escapada cuando empezó la parte más dura del puerto. Con el maillot de la montaña asegurado para Óscar Guzmán, los escarabajos marcaron ritmo para dejar el pelotón solo con la mitad de unidades en el kilómetro 70, justo antes de que empezara la segunda subida al Alto de Portillo, la última ascensión de la etapa.
El colombiano, que estaba a 24 segundos del líder, quería también el maillot amarillo. Ahí, a diez kilómetros para la meta, empezó una lucha entre Guzmán, el MMR, encabezado por el líder, Mario Aparicio, y el Polartec, con Álex Vandenbulcke (Polartec). El maillot amarillo demostró una fe inquebrantable y aguantó el ataque de Guzmán colocándose en cabeza y tirando del pelotón hasta atrapar al colombiano cuando solo quedaban tres kilómetros a meta.
El Polartec entendió que la general estaba perdida y preparó un esprint para que Juanjo Rosal ganara la etapa el día que Mario Aparicio y su coraje se coronaron como campeones de la XXVII Vuelta a Valladolid Promoción júnior.
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