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Ha visto carreras para todos los paladares y cuestas de todos los colores. Y la que echa el cierre del próximo Mundial de Innsbruck (Austria), dice, se lleva la palma. Son 2,8 kilómetros finales de un total de 265 con rampas de hasta ... el 25%. «Hay que llegar vivo ahí y en grupo para tener opciones». Javier Mínguez (Valladolid, 1949) lo tiene claro.
Si la experiencia es un grado, él los reúne todos. Ysi la edad es un estado de ánimo, la actualidad del ciclismo español se debate hoy entre los 28 años de Mikel Landa, que deberá esperar uno más para disputar su primer Mundial, los 38 de Alejandro Valverde, camino del que será su duodécimo (dos platas y cuatro bronces al cuello), y los 69 de Javier Mínguez, que afronta el próximo día 30 su sexto Mundial como seleccionador nacional con un bagaje de cuatro medallas (dos platas y dos bronces).
–Un sexto Mundial que, por recorrido, nada tiene que ver con los anteriores, más pensados para esprinters.
–Exacto. Va a ser una carrera muy dura, con siete horas en carretera, casi 5.000 metros acumulados y 265 kilómetros en total. Podríamos decir que el Mundial es una prueba entre comillas cómoda, pero te va matando poco a poco y las primeras cinco horas no va a haber ningún problema. Eso sí, cuando empiece la batalla final la sexta hora va a servir para aclarar el panorama y en la séptima ya solo van a estar los que tienen que estar. Mi impresión personal es que hay dos carreras diferentes. El circuito es duro, y hay corredores fuertes que no pueden esperar al repecho final, y que no van a ganar pero sí te pueden eliminar antes e intentar salvar el repecho final para llegar escapados.
–Será importante perder los menos efectivos posibles cuando llegue esa sexta hora.
–Sin efectivos vamos a estar todos y el que no los tenga, igual tiene que esperar a que le salve otro. Pero esas bazas se juegan en carrera. Por ejemplo corredores como Kwiatkowski no van a esperar a ese último repecho porque no tienen nada que hacer. Por eso digo que va a haber dos carreras. La de los que quieren llegar escapados a ese tramo final, y la de los que quieren llegar juntos a ese repecho final para ganar el Mundial.
–¿Ha condicionado su lista la dureza del recorrido o ha optado por estados de forma?
–Condiciona menos el estado de forma porque tienes que tener gente que se desenvuelva bien en ese recorrido. Los que han hecho la Vuelta a España parten con una ligera ventaja, pero también es verdad que los que no la han hecho han podido hacer una buena preparación.
–¿Piensa en algún nombre en concreto?
–Pues mira, Nibali y Richie Porte no han competido, han estado en la Vuelta pero no han competido, y seguro que van a hacer una preparación a fondo para llegar al Mundial al cien por cien, mientras que los demás tienen que descansar por la acumulación de fatiga.
–Viendo el circuito, ¿hay alguna selección que parta con ventaja?
–Las ventajas son teóricas porque luego en la práctica gana solo uno. Ahora mismo están fuertes Inglaterra, Francia, Colombia, Italia, España también con Valverde,... y luego hay selecciones que igual no tienen ese poderío pero tienen a algún corredor fuerte que a lo mejor se lleva el gato al agua.
–¿Coloca a España entre los cinco mejores?
–Sí. Los 265 kilómetros son un problemón para todas las selecciones, y en España hoy por hoy el hombre que ha sabido salvar todas esas dificultades es Valverde. El resto no.
–Lo de Valverde, con 38 años, ¿es una excepción o es síntoma de que no hay corredores jóvenes llamados a liderar un pelotón?
–Haberlos haylos. ¡Ahí están Mas o Super López! Ahora bien, está claro que la excepción es Valverde.
–Y tradicionalmente se le dan bien los Mundiales. No hay nadie con su palmarés.
–Le falta ganar pero sí es verdad que tiene más medallas que nadie.
–¿Le va el trazado a sus piernas?
–Es muy bueno para él siempre y cuando la carrera se desarrolle en la última subida. Si se resuelve antes, igual no tenemos solución al problema. Está claro que Valverde lo va a dar todo, me hubiera gustado que no hubiese gastado tantas fuerzas en la Vuelta a España para que no tuviera que recuperar tanto ahora.
–¿Llega más cansado de piernas o de cabeza después de sus idas y venidas con la jefatura de Nairo Quintana?
–Ahí no tiene ningún problema porque Valverde es un niño grande. Es más, su problema es que no puede ir despacio. El que luego le hayan dejado y no haya podido es otro tema. Pero Valverde tiene una cabeza privilegiada para correr. Ha nacido ciclista y morirá ciclista.
–Ya ha anunciado que seguirá una temporada más pese a sus 38 años, ¿le ve límite?
–El límite, por ejemplo, lo hemos visto en los dos últimos días de la Vuelta, donde los jóvenes le han ganado.
–¿Cómo imagina una carrera ideal para que España se suba al cajón?
–Pues una carrera dura pero controlada para llegar al final en grupito con los favoritos, y entre ellos Valverde claro.
–¿Con cuántos efectivos hay que llegar a ese tramo final?
–Perderlos los vamos a perder todos. Te diría una frase de un director italiano, Giancarlo Ferretti [Mínguez, en perfecto italiano]: 'Alos 200 kilómetros se separan los hombres de las mujeres'. Y doscientos son cinco horas. A partir de ahí llega la selección. Y el problema es tener gente cuando llegue esa selección.
–Teóricamente en esa selección estarán los favoritos, ¿cuáles son los suyos?
–Es complicado porque puedes apostar por uno y te sale otro por el córner. Todos tenemos en la cabeza a los Yates (Simon), Pinot,... pero luego va a depender de cómo se desarrolle la carrera. Luego en Innsbruck no va a hacer calor precisamente, y si llueve te cambia la carrera de forma radical porque no vas a encontrar la forma de subir ese último repecho. Creo sinceramente que si das una lista de diez corredores capaces de ganar el Mundial, te puedes encontrar con que gana el undécimo que tenías en la cabeza.
–Ahí entramos en el cupo de sorpresas. Por ejemplo...
–Pues por ejemplo Kwiatkowski, que ya ganó en Ponferrada, el holandés Poels, Dumoulin,... Hay una serie de corredores de los que no se habla y pueden estar ahí.
–¿Alguno entre los suyos?
–Mas ha demostrado calidad, y luego hay dos chicos que se saben sujetar como Herrada e Izagirre. Lo que pasa es que Herrada va genial con calor, y sin embargo Izagirre con agua se crece.
–Si hablamos de quinielas lo ideal es hablar con 'Rubito', el que fuera su masajista de confianza en todos los equipos que dirigió. ¿Se moja también en Mundiales?
–Sí, sí. Sí se moja. Te diré que antes de los últimos Juegos Olímpicos coincidió con Valverde y Purito, y estos le preguntaban: '¿Qué, cómo lo ves?'. Y Rubito les decía: 'Pues si estáis con Nibali, medalla'. Y él acertó en su pronóstico porque Nibali estaba primero y fugado cuando se cayó –se rompió las dos clavículas a 15 kilómetros de meta–. Y ahora vuelve a pasar lo mismo y yo te digo, el día 30 Nibali vuelve a estar en la pelea. Porque tiene ese plus. Son corredores que tienen algo, como Valverde.
–¿Tiene Landa ese algo?
–Sí, pero ahí la decisión ha sido suya. Yo no voy en bicicleta, y a mí las piernas no me duelen. Si Landa me dice que está mal, no le llevo. Yo no le entreno ni le preparo. El circuito es adecuado para él, pero si no está bien...
–¿Partirá con una estrategia o ésta se la irá dando la carrera?
–Mentalmente la tienes porque tienes que empezar la carrera con un plan. Lo que pasa es que luego tienes que ir amoldándote a las circunstancias de la carrera. Si hay un pinchazo, si hay un corte y tú no estás,... Tienes que ir cambiando sobre la marcha. Luego si nosotros llegamos a sitios complicados, pasaremos menos nervios. Ysi por el contrario no estás, te tienes que buscar un aliado para salvarte. Esas cartas se las das a los corredores, pero luego son ellos los que deben jugarlas sabiendo que no siempre te va a salir cara.
–¿Habrá séptimo Mundial para Mínguez como seleccionador?
–Pues mi relación con la Federación termina ahora. Todo el mundo sabe que los dos primeros años firmamos sin sueldo, luego renové con un sueldo impresionante –25.000 euros al año– y con él he seguido cuatro años más hasta hoy. Es la Federación la que tiene la palabra, porque todos sabemos que si el Mundial sale cara, todos te aplauden, y si me sale cruz, van a decir: 'Cámbiale a éste que está viejo'. ¡Eso es así!
–Pero la de Mínguez siempre ha sido una figura de consenso. De hecho también era el candidato de Paco Antequera, rival de López Cerrón en las elecciones a la presidencia de la Federación Española.
–Y si me tengo que ir, me iré con la cabeza bien alta. Yo tengo el ciclismo en la sangre desde pequeñito, concretamente desde que iba al Campo Grande a ver un trofeo que se llamaba Cola Cao y organizaba Ángel María de Pablos. Mi historia nace allí. En aquella yo tenía dieciocho años y veía a un chaval, Pedro Lamas, al que me dio por dar indicaciones. Resulta que ganó. A partir de ahí no lo he dejado nunca, y mentalmente no voy a dejar el ciclismo nunca.
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