Otra exhibición de Pogacar con el Landismo en ebullición

De hecho, el corredor vitoriano fue el primer en intentar romper la carrera. Cumplió con su deseo en la línea de salida y puso a trabajar a su equipo en la última ascensión a falta de 18 kilómetros para completar la etapa entre Sant Joan de les Abadesses y Por Ainé, de 176 kilómetros.

Mikel fue el mejor de los mortales, mientras veía alejarse la rueda de Pogacar -a lo suyo-. Aguantó, apretó los dientes, e hizo por distanciar a sus inmediatos perseguidores entre los que estaba el vigente campeón de La Vuelta a España, Sepp Kuss; y Aleksandr Vlásov.

El líder del Soudal, en un gran estado de forma -para gloria de su legión de fans, unidos por el Landismo-, aguantó los ataques de sus rivales, y llegó a la meta con 15 segundos de ventaja con respecto a un grupo comandado por Kuss, con Tiberi y Poels.

Justo después, a 1:10 del ganador, y en una hilera de corredores supervivientes del alto ritmo puesto en la ascensión por el Soudal y el posterior ataque de Pogacar, llegaron el propio Vlasov y los españoles Carlos Rodríguez y Enric Más.

En la general y antes de dos etapas diseñadas para los más rápidos de la carrera, Pogacar es líder con casi dos minutos y medio con respecto a Landa y casi tres con respecto a Vlasov.