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Etxeberria, en el podio de Palencia.A. Quintero
El amarillo no destiñe

El amarillo no destiñe

Víctor Etxeberria conserva hasta el final el jersey de líder de la Vuelta a Palencia

PPLL

Lunes, 24 de agosto 2015, 23:53

Esta Vuelta no era una más y este año no ha habido un líder cualquiera. El jersey amarillo de la quincuagésima edición de la Vuelta Ciclista a Palencia ha sido un ciclista con piernas, pero también con cabeza, uno de esos jóvenes adelantados que, a pesar de no contar con una barba poblada ni con una gran experiencia, se comportan como adultos en los momentos importantes. Víctor Etxeberria ha demostrado ser un gran corredor durante los cuatro días que ha durado la ronda palentina. El navarro se hizo con el jersey de líder en la primera etapa tras una ascensión antológica al puerto de El Escudo y lo ha conservado para hacerse con el triunfo y mostrar a los amantes del ciclismo que cuando uno es meticuloso y cuida su jersey, el amarillo no destiñe.

Ni un segundo de paz ha habido para los corredores en esta edición de la Vuelta a Palencia y en la jornada de ayer no iba a ser menos. Como ha sido norma en todas las etapas, la jornada comenzó con varios ataques en el mismísimo kilómetro cero. En el primer puerto, solo a 15 kilómetros de la salida, comenzó a gestarse una escapada a la que el líder no tuvo otra alternativa que unirse para tener controlado al corredor del InfiSport Aleksei Riabkin, del que solo le separaban un minuto y nueve segundos en la clasificación general.

Cinco corredores comenzaron a comandar la carrera en los primeros kilómetros y el trabajo conjunto de todos ellos era necesario para que la labor de achique de distancias por detrás del Baqué Campos Team no acabara con la fuga. Pero Antonio Portela comenzó a quedarse rezagado, el líder lo vio y no dudó en preguntar el tiempo que tenían con respecto al pelotón. Solo 50 segundos separaban a los escapados de sus perseguidores. Etxeberria miró hacia atrás e instó a sus compañeros de fuga a esperar a Portela para no perder a un componente vital para la escapada, y los cuatro corredores en cabeza bajaron el ritmo hasta que el corredor del Froiz llegó de nuevo a la cabeza de carrera.

La estrategia del líder mostró una vez más su inteligencia, pero sirvió de poco ante una incidencia que formará parte de la historia de la carrera. La organización quería que las bodas de oro de la Vuelta Ciclista a Palencia fueran recordadas por la afición y seguro que así será, pero lo serán, además de por la belleza de los trazados, por una anécdota que mantuvo la carrera parada durante media hora en el kilómetro 55 de carrera. La prueba debería discurrir por la carretera BU-400 pero tanto los escapados como el pelotón se metieron por el desvío hacia Los Balbases por error y la carrera estuvo parada durante media hora. Los ciclistas y todos los vehículos que acompañan a la ronda palentina tuvieron que dar la vuelta para volver a coger la BU-400 y retomar la marcha, una circunstancia que dejó perplejos a directores, corredores y aficionados.

El parón no cambió el transcurso de la prueba en las primera posiciones y los cinco escapados salieron 43 segundos antes que el pelotón, tiempo que respondía a la última referencia que se tenía entre ambos grupos. El trazado de las tres etapas anteriores de la Vuelta estaba hecho para escaladores y los equipos con grandes rodadores y esprinters no estaban dispuestos a perder la oportunidad de tener su momento de gloria. El Baqué Campos Team comenzó a tirar del pelotón y las distancias comenzaron a recortarse hasta que, poco después del último puerto, el pelotón dio caza a los cinco aventureros.

El de ayer no era día para aventuras en solitario y el pelotón permaneció unido hasta que una avería, una salida de cadena, hizo que el segundo de la general se descolgara. Alejandro Santos, del Rías Baixas, perdió contacto con el pelotón y, en ese momento, el Caja Rural desplegó toda su artillería para ayudar al líder a dejar fuera de combate a su rival más importante. La cabeza del pelotón se tiño de verde y la sonrisa en la cara de Etxeberria cada vez era más pronunciada, el corredor navarro estaba a cada vez a menos pedaladas de su objetivo y se sentía arropado por su equipo.

Estaba claro que sería difícil que cambiara el nombre del líder de la general, pero lo que sí que cambió, fue el del ganador por equipos. El Gomur se las prometía felices en la jornada de ayer. El conjunto cántabro había conseguido la primera plaza en la general por equipos gracias a las buenas actuaciones de sus corredores en las tres etapas anteriores, pero la mala suerte se cebó ayer con tres de ellos, que se fueron al suelo. Sergio Vega, Alexander Feo y Carlos Cobos probaron el asfalto y lado más amargo del ciclismo, ese lado en el que la mala fortuna se antepone al trabajo. Al final, el Gomur acabó perdiendo el liderato por equipos por este infortunio y el equipo beneficiado fue el Fundación Alberto Contador, que logró la primera plaza.

La etapa tuvo un poco de todo. Emoción, caídas, errores en el itinerario, pero sobre todo tuvo viento. El aire quiso tener su espacio en la carrera cuando la carretera se comenzó allanar y lo acabó teniendo hasta protagonizar varios abanicos que cortaron el pelotón. Pero a los corredores de adelante poco les importaron los abanicos y varios de ellos comenzaron a lanzar ataques a falta de diez kilómetros para la meta. Las hostilidades fueron constantes y el que se acabó llevando el premio fue el corredor del Baqué Campos Team Alex Aranburu que arrancó a dos kilómetros del final y consiguió la victoria por dos segundos de diferencia con respecto al pelotón.

En resumidas cuentas, un año más, y ya van cincuenta, Palencia ha vuelto a tener el privilegio de vivir una Vuelta en la que los aficionados han podido disfrutar de la épica que siempre rodea al ciclismo. El amarillo fue para Etxeberria y la tradición dicta que el que viste este color en esta tierra acaba siendo profesional. Tiempo al tiempo.

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