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Antes de comenzar la Final a Cuatro de la 'Champions' de balonmano, que como cada año se celebra en Colonia, la EHF ha dado a conocer el equipo ideal de la temporada que termina, y para dirigir ese siete de lujo los votantes se han ... inclinado por un novato con mucho futuro, Roberto García Parrondo, quien fuera extremo del mejor Valladolid de balonmano y que hasta hace dos años seguía en activo.
El nombramiento reconoce el gran trabajo de este madrileño, trotamundos del balonmano, que recogió el testigo de Raul Gonzalez en un Vardar en descomposición y que ha vuelto a llevar al equipo Macedonio, por tercer año consecutivo, a la Final Four, algo nada fácil y si no que se lo pregunten al PSG de las grandes estrellas.
Roberto Garcia Parrondo llegó a la dirección técnica del Vardar de la mano de su amigo y compañero, el vallisoletano Raúl Gonzalez. Lo hizo para dirigir el equipo femenino del Vardar, con el que el año pasado jugó la 'Champions' de las chicas y estuvo a un paso de ganarla. Como segundo de Raúl logró clasificar a Macedonia para Europeo y Mundial y cuando quedó vacante el banquillo Macedonio no se arrugó ante el reto.
Lo hizo en una situación más que complicada, en un club que lleva dos años pagando mal (cuando lo hace) y con la inseguridad de la continuidad como club. De entrada parte de la columna vertebral del equipo que hace dos temporadas se proclamara campeón de Europa emigró a equipos más solventes, y mediada la temporada hubo deserciones (Borozan, el héroe de 2017 se fue a casa ante la situación de no cobrar). Para rematar, en vísperas de que el Vardar ser jugara con el Pick Szeged las semifinales de la Champions, el presidente de la entidad pidió a la plantilla que se buscaran equipo y anunció su desaparición. Con ese ambiente, técnico y jugadores se armaron para no faltar a su cita en Colonia y aquí han llegado para ser uno de los cuatro mejores equipos de Europa.
Roberto García Parrondo no ha tardado en atar su futuro como entrenador y el próximo día 21 estará en El Cairo para hacerse cargo de la selección de Egipto, que ya prepara su mundial (2021). Es un proyecto inicial de dos años, en los que la federación árabe quiere recuperar su sitio a nivel internacional. Será un trabajo de cantera y de armar un bloque competitivo, con lo que eso supone en un país con una competición lejos de la europea.
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