El canto de Teresa Álvarez puede estar ligado al del cisne, por aquello de que se despide; también por lo de que –como buena capitana– es «la que más pía» del vestuario del Caja Rural Aula Cultural... Pero en 2009, el titular que recoge la ... página que acompaña estas líneas tenía que ver con el grupo de música favorito de aquella adolescente de 16 años que lideraba la generación de oro de ese club incipiente de Pajarillos. Era la historia de la joven deportista (la sección se llamaba 'La Estrella') que quería abrir huella para todas las niñas, y lo hacía en el Deporte Base, que recogía toda la actualidad deportiva de los más jóvenes Valladolid.
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Este jueves, quince años después, lo corroboró. «Me siento orgullosa de lo conseguido para todas esas niñas y mujeres», destacó después de los agradecimientos a toda una vida dedicada a ese club de barrio que cierra una etapa, y que parece que quiere dar un pasó más hacia la profesionalización. «Es un momento de cambios», admitió la capitana blanquiazul, una de esas deportistas de Valladolid, insignia en lo suyo, y cuyo ascenso en edad y categorías ha ido de la mano de la entidad a la que dice, «de momento», hasta luego. «Necesito un descanso. Son nueve años de madrugar para ir a trabajar, luego gimnasio, entrenamientos, viajes... Compaginarlo con horas de vacaciones para poder estar con el equipo, y es el momento de echarse a un lado», explicó Teresa, que bien sabe que el club va a cambiar de rumbo, tanto a nivel de directiva como de cuerpo técnico, con la salida de Miguel Ángel Peñas.
«Carolo» –su Carolo, matizó visiblemente emocionada (más lo estaba el propio entrenador entre el público asistente)– vivió uno de los momentos más especiales en una sala de prensa del Polideportivo Huerta del Rey que se quedó pequeña, con el todavía técnico blanquiazul y buena parte de la plantilla del primer equipo, exjugadoras y directiva del Aula Cultural.
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La capitana recordó los mejores momentos, para poner en valor los éxitos de equipo por encima de los individuales. Pasó de refilón por sus internacionalidades en categorías inferiores, o de su trayectoria, con origen en el Liceo Francés, donde también practicó judo y tenis. Se quedó con el ascenso a División de Honor con el Aula, donde el club acumula once temporadas en la élite y después de 'barrer' en todas las categorías previas, donde todas las semanas llegaban informaciones con las vallisoletanas como campeonas de Castilla y León, de España... Ahí estaba Teresa liderando.
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La élite fue otra historia. La de las finales de la Copa de la Reina. «La primera fue muy especial, pero me quedo con la última por todo», reflejó Álvarez, que paladeó cada balón como si fuese el último. No lo fue, pero casi. Ese sentimiento es el que ha unido al Aula tras meses «diferentes» en los que 'Ya nada volverá a ser como antes' que entonaba Teresa junto a 'su' Canto del Loco.
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