Tercer triunfo del Recoletas Atlético Valladolid. Uno en la Copa del Rey y otros dos en Liga frente a tres rivales cualificados. En otro final no apto para cardíacos, el equipo de David Pisonero fue capaz de reaccionar en el tramo final de la segunda parte para retener dos puntos claves para seguir su ascensión en la tabla. En un partido de poder a poder, intenso y duro, el conjunto local sacó fuerzas de flaqueza para llevarse la victoria ante el éxtasis que se vivió en Huerta del Rey. Fue clave cierta mejoría defensiva en la segunda mitad para imponerse a un rival complicado hasta el exceso.
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Recoletas
César Pérez (3 paradas), Freitas (6), Blanco (5), Pedro Martínez, Rosell, Miguel Camino, Toledo (3) -equipo inicial-, Méndez (4), Álvaro Martínez (7), Dimitrievski (2), Herrero (2), Dimitrioski (2) y Lamariano (8 paradas).
31
-
30
Benidorm
Roberto Rodríguez (14 paradas), Vujovic (5, 1p), Bernatonis (3), Vainstein (3), Moscariello, Sempere (3), Ramiro Martínez (2) -equipo inicial-, Óliver Hernández, Lignieres (4), Calle (3), Soljic (1), Barceló (1), Iván Rodríguez (1), Nikcevic (3, 1p) y Santos.
Marcador cada cinco minutos 4-3, 7-6, 8-8, 10-12, 13-14, 15-17 (descanso); 18-18, 19-20, 21-23, 24-25, 27-27 y 31-30.
Árbitros Fernanda Espino y Víctor Navarro. Excluyeron dos minutos a los locales Rosell y Dimitrievski, y a los visitantes Calle y Moscariello (2).
Problemas iniciales para parar los cruces con lanzamiento de Barnatonis. El Recoletas vivía de un acertado Tarcisio Freitas en este inicio de choque, aunque se fue pronto al banquillo con molestias en un pie. Primeras igualadas en el electrónico. Los dos equipos tenían menos problemas para acertar cara a portería que para defender a su adversario.
Benidorm cambió a una defensa avanzada para crear problemas al ataque local. Los visitantes se pusieron por delante por primera vez (8-10, mín. 16). Los alicantinos se marcharon hasta un peligroso 9-12 que provocó el tiempo muerto de David Pisonero. Al equipo local le estaba costando un mundo atacar el entramado defensivo de Benidorm. Además, Roberto Rodríguez se sumaba a la fiesta con varias intervenciones bajo palos.
La llamada al orden pareció surtir efecto, ya que un parcial de 2-0 acortó la renta alicantina a la mínima expresión. La defensa local subió la intensidad y Benidorm era ahora el que más sufría. La igualdad regresó al marcador (13-13, min. 24).
El arbitraje se puso en modo protagonista. La grada se calentó y con razón. La exclusión de Rosell dio aire a los visitantes, que se volvieron a marchar por tres tantos. El Recoletas aguantó de la menor manera que pudo para irse al descanso dos goles abajo (15-17). Debía cambiar muchas cosas para tener opciones en un partido intenso y duro, en el que Benidorm había aprovechado mejor su fondo de armario.
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El Recoletas regresó a la pista mejor y llegó a igualar a 17 tantos, aprovechando la exclusión por dos minutos de Eduardo Calle. Incluso se adelantó de nuevo, aunque Benidorm volvió a mandar de nuevo en el marcador cuando recuperó a todos sus efectivos.
La diferencia se movía entre uno y dos goles a favor del equipo de Fernando Latorre. Malas decisiones provocaron que Benidorm incluso alcanzase una renta de tres goles superado el ecuador de la segunda mitad (21-24). Los alicantinos, con ataques muy largos rozando el pasivo, sacaban petróleo.
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Pisonero pidió tiempo muerto y apostó por el habitual siete contra seis en ataque. Gol a gol la diferencia aumentaba. El Recoletas necesitaba dar el do de pecho. La grada creía en ello. Los puntos eran necesarios para respirar. La gasolina emocional se puso a tope. Yeray Lamariano detuvo un siete metros para incendiar al respetable. Toledo igualó de nuevo. Empezaba otro partido con menos de diez minutos de juego. Álvaro Martínez, inmenso en los seis metros, adelantó a los vallisoletanos después de muchos minutos (27-26, m. 53). Huerta del Rey estaba entregado. Esta vez otro siete metros detenido, este por Roberto Rodríguez. Cada balón era oro.
Freitas igualó a poco más de dos minutos y medio para el final. Rosell interceptó un balón. Dimitrievski no falló en su lanzamiento. 30-29 y poco más de un minuto de juego. Latorre pidió tiempo muerto. Calle igualó. Ahora el tiempo muerto era local. Restaban 40 segundos. Un único ataque. Dimitrioski, en posición acrobática, acertó con la portería. Benidorm tenía bola para igualar, pero otra vez César Pérez estaba ahí para dejar los puntos en casa. Media victoria de la afición, que fue el motor de este triunfo, tercero consecutivo. Que esto no pare.
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