El talento del Granollers hace inútil la remontada de un Nava peleón
BALONMANO ·
El portero Guardia y la eficacia de Figueras encabezan el triunfo catalán ante un cuadro local que cede en el tramo finalBALONMANO ·
El portero Guardia y la eficacia de Figueras encabezan el triunfo catalán ante un cuadro local que cede en el tramo finalMarc Guardia detiene un lanzamiento de Rodrigo Pérez Arce. El balón parece escurrirse entre sus piernas, pero señala con el índice desde el suelo que no ha sido gol. Auténtico juez del partido, el portero del Granollers resume con ese gesto despótico que su muralla ... no se vencería. Que cuando el Nava, luchador hasta la última gota de sudor, amagara con adueñarse del encuentro, tendría una parada en la recámara. Así claudicó un valiente Nava, que recuperó un déficit de cinco goles, niveló el encuentro y cedió en el tramo final ante un equipo de postín. Pese a su gran primera vuelta de los segovianos, no hay respiro y la permanencia se encarece.
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Viveros Herol BM Nava
Paco Bernabéu (1), Miguel Baptista (1), Eduardo Fernández, Agustín Casado (5), Bruno Vírseda (1), Nicola D'Antino ( 3), Carlos Villagrán (2), Rodrigo Pérez Arce (4), Darío Ajo Martín (2), Antonio Llopis (1), Pablo Herranz, Yeray Lamariano, Adrián Rosales (4) y Oleg Kisselev (2).
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Fraikin Granollers
Marc Gaurdia, Edgar López, Marc García, Pol Valera (2), Alex Márquez (2), Adriá Figueras (8), Drasko Nenadic (3), Adriá Martínez (1), Oswaldo dos Santos Maestro (3), Ian Tarrafeta (4), Ivan Popovic, Sergi Franco (5) y Nicolás Bonano.
Hasta que vuelvan a alinearse los astros, el Granollers mantiene un título nobiliario: ser el último equipo español en derrotar al Barça. El Nava logró en el choque de la primera vuelta sus primeros puntos a domicilio en Asobal en un partido muy competido. Y pese a las bajas, en especial la de Darío Ajo, al que suplió en el pivote el juvenil Pablo Herranz, los locales salieron con fuerza. Un par de paradas de Yeray, otros tantos tiros al palo de los catalanes y el atinado comienzo de Oleg Kisselev de cara a portería ponían al Nava con 5-3. Pese a que su portero ya estaba en el 50% de paradas y negó a Llopis la primera de muchas contras naveras, sufría la defensa del Granollers.
Ahí se puso el sol para los segovianos, que estuvieron nueve minutos y medio sin anotar y encajaron un parcial letal de 7-0. Se juntaron un par de tiros errados por Kisselev con malas transiciones. Y la filosofía del Granollers es robar y correr, como hicieron tras el blocaje a un tiro de Agus Casado, presionado por Oslwaldo. No había hueco para el tiro exterior navero ante los herméticos García y Bonano, todo un sostén para un equipo al que le sobra talento ofensivo, como demostró Tarrafeta marcando con un giro genial tras recibir de espaldas.
El Nava recuperó el pulso con la emergencia de Rodrigo, todo un soplo de aire fresco con sus incursiones inverosímiles, una pequeña debilidad para una zaga sobrada de centímetros. Con él al mando había cocinado su equipo un buen parcial que pretendía endulzar a la contra Nico D'Antino, pero ahí estaba el pie del Guardia, que seguía parando uno de cada dos lanzamientos. El ataque del Granollers se mostraba versátil con el látigo de Terrafeta y los inapelables tiros de cadera de Nenadic. Con todo, el Nava apretó el acelerador y se marchó con vida al descanso (11-14) tras una secuencia de tres goles –dos locales y uno visitante- en los últimos 20 segundos de juego.
Yeray quiso sumarse a la fiesta de portero con un par de intervenciones de mérito, pero Guardia era un felino. Tuvo más presencia en el ataque navero Adrián Rosales, muy hábil para hacerse hueco con cintas de verdadero mérito, pero veía cómo el meta catalán era capaz de leer uno de sus tiros pese al desvío de su defensa. Lo intentaban los locales, más incisivos sin balón, pero el Granollers añadía recursos a cada instante: Valera, inédito, sumaba dos goles inapelables en un suspiro.
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Se le abrió entonces la puerta al Nava, un justo premio para un equipo siempre dispuesto a acampar en el porche por si alguna luz se enciende. Fue en una exclusión de Oswaldo que desencadenó un parcial de 3-0: gol rápido de Rosales, robo y tiro a puerta vacía de Darío Ajo Martín, falta en ataque de Álex Márquez y golazo de Darío desde el extremo tras asistencia del gallego. De repente, la adormecida grada segoviana entonaba el «Sí, se puede».
Con todo, el Nava tuvo que sudar tinta china para empatar el encuentro (18-18). Guardia negó un mano a mano a Darío y haría lo propio con Agus Casado. El almeriense fue desequilibrado por Márquez y Nico, por fin, puso las tablas desde los siete metros. Fue entonces, en su momento más vulnerable, cuando el Granollers se agarró a su arma maestra, Adriá Figueras, el pivote que vale para todo. En Nava de la Asunción sumó su gol 799 en Asobal –se irá el próximo año al Nantes, francés- con un repertorio táctico, ofreciendo un sinfín de rutas clarividentes a sus compañeros.
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Habían mejorado los locales en el tiro de nueve metros: pasaron en cuarto de hora de meter solo uno de cada tres tiros a superar el 50%. Con el partido en el alambre, el Nava esperaba ese empujón anímico que tan a menudo parte de Yeray. El meta vasco gritó tras parar finalmente un penalti a Figueras tras leer sin suerte varios intentos. En la siguiente secuencia, Rodrigo robó atento el balón y forzó un tiro de siete metros. Entonces, apareció Guardia, anestesiado durante unos minutos, para frustrar a Nico, que tuvo en sus manos la primera ventaja local desde el minuto 10.
Como no llegó la estocada navera, el Granollers abrió gas con varios goles de solera. Lo fue el de Oswaldo, capaz de recuperar el equilibrio en carrera, frenarse y superar a Yeray con un precioso globo. Toda una perla para Dani Gordo en la selección brasileña. Más tarde llegó un misil lejano de Terrafeta. Segundos después de una parada de Guardia a Edu, algo forzado, Franco culminaba una transición de tres toques en un instante. Figueras firmó la pieza maestra: cazó un balón que se le escapaba hacia delante, se impulsó y superó a Yeray con un gesto de muñeca desde muy abajo que transformó en una vaselina deliciosa. Parcal letal de 1-4 que cerraba la contienda (23-27).
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Con todo, no se rindió el Nava, que se sumó al 'showtime' con una gran colgada que remató a una mano Casado. Se acercaron a dos goles los locales, pero no hubo milagro. La rúbrica, como era natural, la puso Guardia con otra parada sobre Pablo Herranz. Ahí soltó al fin la furia el meta catalán. Ya lo había avisado con su índice de déspota. Los segovianos, que no ganan en casa desde principios de noviembre, buscarán en Guadalajara sus primeros puntos de 2020.
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