Balonmano Soria ya había pasado por Nava con motivo del trofeo que lleva el nombre del pueblo, también en esta pretemporada. Las sensaciones, en esta devolución de visita, fueron diferentes para ambos equipos. Por un lado, porque los amarillos, arropados por su gente aunque no ... en demasía, tuvieron algunos momentos más que vistosos sobre el parqué de Los Pajaritos. Por otro, el partido que disputó Nava fue seguramente el que menos ritmo ha tenido de todos los que los segovianos han jugado en esta preparación de cara al inicio de la Liga Asobal.
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Y eso que comenzó el partido con una propuesta interesante de Zupo Equisoain: una defensa 5 y 1 con Vujovic haciendo esa presión sobre el central rival. Con la buena lectura defensiva del extremo, incidiendo sobre las líneas de pase, y la buena coordinación con la zona central por detrás, el equipo supo robar muchos balones y correr. El marcador, casi sin querer, se marchó hasta un 1 a 5 que no era más que eso, un plan defensivo que se atragantaba para el equipo de Plata, que permitía correr a voluntad a un Balonmano Nava que en esa salsa en donde mejor cuece.
Pero en un momento determinado, sobre los diez minutos de la primera parte, los sorianos ya le fueron cogiendo el aire; ya las líneas de pase no eran tan agresivas y ya no se podía correr tanto. Fue entonces cuando se empezó a atragantar el ataque estático. También fue entonces cuando Balonmano Soria empezó a combinar, a castigar mucho desde el medio y sabiendo caer a los extremos. Todo ello pese al enorme trabajo de Patotski, que fue el portero de la primera parte y que evitó que los locales se fueran al descanso con más goles de diferencia. Porque se marcharon tras los primeros treinta minutos dos tantos por delante.
Los mejores detalles de esa primera parte residieron en el buen resultado del ensayo defensivo, hasta que duró; pero también en el crecimiento en la aportación de jugadores como Tsanaxidis y Prokop. El griego contribuyó mucho en el apartado defensivo, moviéndose por detrás de Vujovic; y demostró que es un pivote que suma mucho en ataque, incluso cuando tiene que finalizar contras. Prokop, que en este partido sumó menos de cara a portería, sigue definiéndose como un jugador muy capaz de desatascar en ataque por la zona central. Un trabajo que en la segunda mitad iba a desarrollar de una manera tremendamente eficaz Vorivoje Jukic.
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Dos de los nuevos fueron los pilares de la segunda mitad del equipo en Soria. Tras una primera parte muy buena, de nivel, de Patotski, salía Pleh a completar el trabajo. Y está claro que Equisoain sabía lo que hacía cuando llamó a este portero para reclutarlo desde Portugal. Ágil, sólido, práctico. Llegó a detener tres contras en los segundos treinta minutos con una facilidad espectacular. Y está claro que el equipo soriano es de un nivel inferior a los que componen la mejor competición nacional, pero el nivel se exhibe de la misma forma.
Lo mismo ocurre con Jukic. Arma el brazo con velocidad pasmosa y efectividad casi plena. Terminó con siete goles, cinco de ellos desde una distancia superior a los 9 metros, desde donde únicamente tuvo un fallo. Cuando el equipo se atasca, él emerge como un recurso, como alguien a quien darle la bola que no se corta a la hora de intentar y crear peligro. Porque aunque los segundos treinta minutos fueron más tranquilos, porque las diferencias se movieron en torno a los cuatro goles del lado navero, en los momentos en que Soria apretó, Jukic supo lo que había que hacer.
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Y el equipo también. En determinados partidos de la temporada pasada, Balonmano Nava se precipitaba como si tuviera prisa siempre, aún yendo por delante en el marcador. En Los Pajaritos quedó claro que eso se está trabajando, porque al equipo le hicieron varias amenazas de pasivo en los momentos en los que hacía lo que debía, mandar el partido a la nevera y desesperar a los rivales, que pretendían al menos acercarse. Lo terminarían consiguiendo, pero nunca dando la sensación de que tuvieran capacidad para remontar.
Otro compromiso más despachado. Es verdad que de una manera menos vistosa que los anteriores, pero también es cierto que entramos en una semana de pretemporada con mucha carga para los jugadores. Al Viveros Herol Nava le queda otro partido el próximo sábado en Cuenca, un rival superior y una cancha en la que siempre se sufre. Será la última piedra de toque antes de que comience lo verdaderamente importante, el camino hacia la estabilidad en la mejor competición nacional. Eso ocurrirá en casa, el fin de semana del 11 de septiembre, ante Cangas.
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