Solidaridad de élite en Palazuelos de Eresma

El choque, que sirvió para recaudar cerca de 1.000 euros a favor de la asociación De Mil Colores, tuvo emoción y acciones de mérito por parte de ambos conjuntos, aunque naveros y riojanos optaron por no mostrar toda su intensidad y guardar fuerzas para el próximo regreso de la Asobal. Durante los primeros compases fue Ernesto Sánchez, el meta del equipo entrenado por Dani Gordo, el que más interés y acierto le puso al partido con varias intervenciones que secaron el ataque visitante, al que le costó once minutos marcar dos goles. Los segovianos, que comprobaron en su primer ataque los rechaces de los postes circulares del pabellón de Palazuelos de Eresma, se mostraron con más chispa gracias a la movilidad de Pérez Arce y al acierto de Eduardo Fernández, pero los cuatro goles de ventaja que llegaron a alcanzar en dos momentos de la primera parte no llegaron a inquietar nunca al equipo entrenado por Miguel Velasco.

El Balonmano Ciudad de Logroño jugó en Palazuelos de Eresma su partido previsto. Como Froome cuando asciende un puerto tan solo pendiente de lo que dicta su potenciómetro, los riojanos marcaron un ritmo constante y sin grandes sobresaltos sin importar lo que enfrente hiciera el Balonmano Nava. Así, cuando aumentaban su acierto o los naveros disminuían el suyo, apretaron el marcador con un parcial de 1-5 al final de un primer tiempo que terminó con la lesión de Darío Ajo Villarraso en su intento de alcanzar un balón en el área.

Los segundos treinta minutos transcurrieron bajo el mismo guión. Andrés Alonso se destapó en ataque desde el pivote para sostener al Nava en el inicio de la segunda parte una vez que Ernesto Sánchez bajó su nivel bajo palos. Pero cuando la sequía llegó a la ofensiva de los de Dani Gordo, los riojanos, apoyados en la velocidad de Edward Scott, amenazaron con romper el encuentro con un parcial de 1-7 que elevó a cinco (16-21) la ventaja visitante.

Pero como lo de menos era la victoria, Velasco sentó a su veloz lateral y aunque Kukic era una amenaza constante para la portería navera, la fluidez en su juego era menor. Lo aprovechó el conjunto de Dani Gordo para reengancharse al partido de la mano de Adrián Rosales, autor de varios tantos en los que dejó patente su calidad. Llegaron incluso los naveros con opciones de empatar el choque a los últimos minutos, logrando Villagrán y Bernabéu robar una última pelota con la que intentar el empate a 29 que el extremo local no acertó a recepcionar en la frontal del área a escasos segundos del bocinazo final. Pero el resultado era lo de menos, como demostraba el hecho de que el juvenil Ángel Pescador, de 17 años, ocupase la portería navera en los tres últimos minutos de la contienda, tiempo en el que pudo demostrar sus reflejos con una gran parada con su pierna derecha.