La resiliencia del Aula se torna insuficiente para no caer de la cima del liderato

A pesar de las destacadas bajas con las que acudió al Pabellón Esperanza Lag, el Caja Rural Aula Valladolid se las prometía felices con un esperanzador inicio de partido. Sin disponer del poderío defensivo cerca de la propia portería de Téllez y Marcela, el conjunto pucelano apostó por intentar forzar el error rival lejos de su guarida. Con una defensa abierta, intentando el robo, las pupilas de Miguel Ángel Peñas conseguían finalizar con precisión sus contraataques para firmar un notable parcial inicial de 2-5 a favor.

Leyendo el devenir del choque, el Elche decidió ser más conservador con el ataque estático, sin dar oportunidades para el contragolpe visitante, y mucho más agresivo en el aspecto defensivo. Así, el Caja Rural Aula Valladolid empezó a mostrarse descoordinado, atascado e incómodo en el ataque posicional, sufriendo pérdidas y sin ser capaz de recuperar balones en tareas defensivas. Esta coyuntura la aprovechó el cuadro ilicitano para coger claramente el timón en el juego y en el electrónico.

Agarradas apenas a las vertiginosas diagonales desde afuera hacia adentro de O'Mullony, el plan de partido del Caja Rural Aula Valladolid demostraba fisuras. La lateral derecha del conjunto pucelano, muy vigilada en todo momento por unas defensoras locales muy solidarias en las ayudas, chocó sobre todo con el larguero. Lo hizo hasta en tres ocasiones durante la primera parte, en sus peligrosos tiros.

La conexión entre la capitana Teresa Álvarez y Laguna, aportando criterio y eficacia goleadora respectivamente, mantenía vivas a las discípulas de un Miguel Ángel Peñas que pedía a gritos llegar al tiempo de descanso para replantear muchas cosas en su planteamiento.

El segundo acto arrancó con una exclusión de Méndez en el bando local que se antojaba como vía de reacción para el Caja Rural Aula Valladolid. Fue una circunstancia trascendental, pues desde ahí el conjunto pucelano firmó un parcial de 2-5 con el que se metía de nuevo en el envite. Laguna, aportando una claridad ofensiva de la que habían carecido las pupilas de Peñas hasta ese momento, y Garibay, construyendo hilos efectivos en las transiciones, asumieron galones a la vuelta de los vestuarios.

Acostumbradas a lo largo de la presente temporada a contextos de partidos con un elevado número de goles, esta vez el Caja Rural Aula Valladolid se encontró con un encuentro a marcador bajo, muy parejo, que se decantaría a favor de la mejor defensa. Las exclusiones se sucedían en ambos contendientes, denotando una alta agresividad defensiva. Botella hacía sudar al cuadro ilicitano con un notable juego interior en la parcela atacante. Además, Robles se erigía como salvadora entre los tres palos para mantener a su grupo en esa constante diferencia de dos goles por detrás en el electrónico.

Sin embargo, el Caja Rural Aula Valladolid encontró, antes y durante el partido, tantas dificultades que al final su elogiable resiliencia fue insuficiente para encontrar la manera de cantar la victoria en el Pabellón Esperanza Lag. Firmó una más que notable segunda parte, trasladando los nervios al cuadro alicantino, pero al final lo construido por el Atticgo Balonmano Elche en los primeros 30 minutos acabó siendo determinante. El equipo ilicitano se queda, con 14 puntos, dos por delante del pucelano.