Lima es derribado por Andrade antes de llegar a ejecutar el lanzamiento. Rodrigo Jiménez
Balonmano / Liga Asobal

El Recoletas rescata un punto de la nada

Juega para perder, a remolque durante 59 minutos y 50 segundos, y se encuentra un empate cortesía de su rival con dos abajo a falta de segundos

Miércoles, 13 de diciembre 2023, 23:26

No tiene fácil lectura el empate si usted no ha ocupado asiento en Huerta del Rey. Si le han contaminado antes de leer esta crónica, seguro que se han quedado cortos, y si no ha escuchado ningún comentario y se queda con el resultado, creáme ... que el punto es un regalo caído del cielo. Olvídese de que el Cangas figura como antepenúltimo de la tabla y de que diez puntos le separan del Recoletas. En este caso el pez chico tuvo que ganar sí o sí; de hecho en el mismo contexto de partido, hubiera ganado en 99 de cada cien ocasiones. Pero esta hizo la centena, y lo que al paso por el minuto 51 era victoria cantada fruto de su dominio y extraordinario acierto en seis, siete y algún lance en nueve metros (27-33), se le tornó en pesadilla en un minuto final para olvidar.

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Lo que era una inercia ganadora con todo a su favor con cinco minutos por jugar y posesión (32-35) acabó poco menos que en drama en su banquillo y caras de incredulidad en el contrario. ¿Cómo explicar al llegar a tierras gallegas que con segundos por jugar, dominaba por dos goles y acabó cediendo un empate? ¿Cómo justificar dos pérdidas y tres decisiones erróneas en el último suspiro?

Fue entonces, y solo entonces después de 59 minutos sometido por el rival, cuando al Recoletas le cayó el regalo. Y allí estaba para abrir los brazos y recogerlo con gusto, con un último gol de Toledo que cerró la lluvia de goles y rescató un punto de la nada. Paradójicamente, ese gol también abrochó la mejor primera vuelta de la historia del club vallisoletano. No hizo justicia al partido, pero sí a un primer tramo de campeonato brillantísimo de los de Pisonero, que llegan a este fin de año muy justos de gasolina.

Recoletas Atlético

César Pérez (p); Afonso Lima (3), Álvaro Martínez (3), D'Antino (6, 2p), Miguel Camino (1), Edu Calle (5), De Toledo (6) -siete inicial-, Pedro Martínez (-), Rosell (-), Freitas (2), Alejandro Pisonero (4), Dimitrioski (2, 1p) y Miguel Martínez (1).

38

-

38

Cangas

Elcio Carvalho (p); Simes (1 p), Martín Gayo (6), Toth (3), Mario Dorado (5, 2p), Santi López (1) y Brandao (2) -siete inicial-,Andrade (3) Quintas (2), Varela (10), Brais González (5), Jorge Pérez (p.s.)

  • Marcador cada cinco minutos: 4-5, 6-7, 8-12, 10-15, 14-16, 16-20 (descanso); 18-22, 23-25, 24-28, 27-31, 31-35 y 38-38 (final)

  • Árbitros: Tania Rodríguez y Lorena García. Excluyeron a Álvaro Martínez y Pedro Martínez por los locales, y a Martín Gayo, Andrade y Brandao por los visitantes.

  • Incidencias: Jornada 13ª de la Liga Asobal, disputada en el pabellón Huerta del Rey.

Los primeros compases iban a marcar la pauta del partido, desnivelado siempre del lado gallego. Cuesta arriba desde el primer minuto para un anfitrión demasiado complaciente en defensa. Los doce goles encajados en el primer cuarto de hora (8-12) lo resumían todo, con un equipo enfrente que jugaba a placer recogiendo una y otra vez fruto a su apuesta por un ritmo alto y por momentos vertiginoso en ataque. No dejaban montar la defensa los de Nacho Moyano, que cuando no sacaban rédito de la movilidad de Toth o Martín Gayo, lo encontraban siempre en el extremo gracias a la facilidad y acierto del caboverdiano Jenilson Varela (10 goles).

El mando, también el ritmo, la intensidad y la fluidez en las transiciones, lo manejaba Cangas, que fue poco a poco sorteando cada una de las respuestas que planteaba Pisonero en el banquillo contrario. Ni el tándem Pedro-Rosell en el centro del 6-0, ni el 5-1 con Camino de avanzado, ni la entrada de Alejandro Pisonero como relevo de un Lima falto de frescura en sus decisiones,... Cualquier movimiento, lejos de hincharlo, pinchaba más el globo, sin aire ni continuidad a ambos lados de la pista.

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En cambio el Cangas no solo marcaba con extrema facilidad sino que se permitía el lujo de construir desde una defensa especialmente sólida por el centro, sellado para los centrales contrarios y anulado para la conexión con el pivote (el primer gol de Álvaro Martínez llegó en el minuto 55).

El escenario era ideal para los gallegos, que aguantaron las embestidas de su rival a la vuelta de vestuarios (22-24, minuto 38) y lo mantuvieron a raya en un tramo de intercambio de goles que favoreció sus intereses. Los 30 goles encajados al paso por el minuto 47 se antojaba demasiada losa para levantar por parte de los de Pisonero, que por un momento parecieron arrojar la toalla con una respuesta en ataque precipitada y demasiado individualista. Y fue entonces cuando sonó la sirena que solo escucharon los locales. Minuto 51. Todo perdido (27-33).

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A esa hora, el Recoletas había jugado a la ruleta rusa durante 59 minutos y sin embargo fue su rival quien se pegó el tiro en un último minuto difícil de asimilar para los gallegos. De hecho, aún se estará preguntando cómo dejó escapar un 35-38 en el marcador con un puñado de segundos por jugarse.

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