El Recoletas remonta en los últimos minutos un partido que tenía perdido

El Recoletas intentó imponer un ritmo más vivo frente a un Puente Genil sólido, con mecha en la primera línea y un buen Juan Castro al mando de las operaciones. El intercambio de goles fue una constantes durante el primer tiempo. Los andaluces dominaron el marcador el primer cuarto de hora, pero las igualadas eran la tónica. Serrano, que para algo está en el top de goleadores de la Asobal, era el estillete ofensivo, bien secundado por Adrián Fernández. El marcador se movía en los guarismos en los que Puente Genil se siente cómodo, con proyecciones de no más de 25 goles por partido. La minirenta ya fue patrimonio de los locales en la segunda parte de la primera mitad. Llegaron a dominar por dos goles (8-6), pero los hombres de Pisonero fueron incapaces de abrir la brecha. Los pupilos de Paco Bustos se sentían cómodos con el juego que se se veía en un desangelado Huerta del Rey. A ello sumar un arbitraje de Raluy y Sabroso que no convenció a los locales, ya que aplicaron en algunas acciones distinta vara de medir en función del área en la que tenía lugar. El sistema defensivo tuvo además un problema con la segunda exclusión de Nico López.

Daba la sensación de que el Recoletas tampoco quería revolucionar la primera mitad para guardar gasolina para la segunda parte. David Pisonero hizo debutar a su hijo Alejandro, que salió en el tramo final de la primera mitad para dar descanso a la primera línea y jugar con Adrián, el más incisivo en ese tramo antes del descanso cara a portería, en el lateral. La igualdad de esa primera parte tuvo reflejo en el electrónico. Con 12-12 se llegaba al final de los treinta minutos.

El Atlético Valladolid le metió una velocidad más tras el receso y la capacidad goleadora de los dos equipos se disparó. Se jugaba con mayor ritmo y los hombres de Pisonero comenzaban a estar en su salsa. Con Serrano y Adrián como principales armas ofensivas, el equipo local logró una pequeña renta que alcanzó los dos tantos. Pisonero introdujo a Diego Camino y el equipo lo agradeció. Pero con la excelsa dirección de Juan Castro, los brazos armados de Anderson da Silva y David Estepa, un lateral izquierdo que es canela en rama, y el buen trabajo en los seis metros de Javi García, el cuadro visitante llegó a colocarse dos goles arriba (24-26, m. 52). Con una defensa dura, Puente Genil mantuvo la renta hasta que Xavi Tua fue castigado con dos minutos en el banquillo. Apareció Jorge Serrano, un seguro, para anotar un siete metros. Calle detuvo un lanzamiento rival y Serrano igualó a dos minutos para el final. El posterior ataque cordobés no llegó a buen puerto. Serrano seguía a lo suyo y otra finalización propia de su gran clase volvió adelantar a los vallisoletanos (29-28). Puente Genil tenía una última bala que el travesaño rechazó. El balón pasó de medio del campo y, en su intento recuperarlo para tener otro lanzamiento, De Hita y Castro se hicieron un lío y el balón salió por banda. No hubo tiempo para más. Dos puntos para el zurrón de los de Pisonero.