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Balonmano - ASOBAL
El Recoletas pierde la imbatibilidad en Huerta del Rey en el último partidoEl hambre europeo del Bathco Torrelavega, clave, en una derrota vallisoletana con sabor a despedida
Hubo alguna lágrima y muchos abrazos. Mensajes sentidos a la grada, como ese en medio de la vorágine de la segunda mitad, en el que ... Miguel Martínez parecía indicar a tres aficionados –de esos de toda la vida– «tranquilos, que esto lo arreglamos». Casi. pero el Bathco Torrelavega no ha finalizado la Liga tercero de casualidad. No. Ni mucho menos. Es el mejor equipo que ha pasado esta temporada por Huerta del Rey, que precisamente ha perdido su halo de imbatibilidad en el último partido y sobre la bocina. Males menores de una temporada de notable muy alto, y que tienen su explicación, primero, en las ganas del rival, con ambiente de final en el vestuario y en el polideportivo, con más de medio millar de aficionados cántabros en la pista vallisoletana, con el premio de jugar en Europa la próxima temporada; y, segundo, con un partido con una carga emocional para muchos de los jugadores locales, que quizá lastró al Recoletas en un inicio para olvidar.
Recoletas Atlético Valladolid
Bar (siete paradas); Oliveira (2), Gedo, D'Antino (4), Miguel Camino (1), Lucas Ribeiro y De Toledo (3) -siete inicial-, Nico Giráldez (p.), Pisonero, Álvaro Martínez (11), Miguel Martínez (5), Dime y Pablo Herrero. .
28
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31
Bathco Torrelavega
Calle (p. 9 paradas); Rubiño (4), Javi Muñoz (6), Prokop (8), Isidoro Martínez (3), Aja (1) y Maestro (1) -siete inicial-, Leo (p. 4 paradas), Marcio, Linares (1), Juanjo, Lombilla, Jurkovic (1), Ángel Fernández (1), Facundo y Colunga (5).
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Árbitros: Raúl Oyarzun y Aritz Zaragueta (colegio navarro). Excluyeron a los visitantes Ribeiro y De Toledo; y a los visitantes Prokop (en dos ocasiones) y a Maestro.
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Parciales: 2-4, 4-9, 5-12, 7-13, 12-17, 14-19 (descanso), 18-20, 23-22, 23-23, 25-25, 27-28, 28-31 .
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Incidencias: Última jornada de la Liga Plenitude o Asobal, disputado en el Polideportivo Huerta del Rey ante 2.768 espectadores, más de medio millar llegados de Torrelavega.
Los objetivos de unos y de otros se dejaron notar en los primeros minutos en los que el equipo vallisoletano estaba desconectado o fuera de cobertura. Nicolo D'Antino, el último en anunciar su adiós, mandaba su primer siete metros al limbo... ¡De la temporada! No estaba el equipo. Lo mismo que Juan Bar, que después de una Liga para enmarcar, no atinaba a ver si la bola venía botando, por arriba o de rebote... Dos paradas en toda la primera mitad que no ayudaban a solventar un desaguisado que obligó a pedir dos tiempos muertos a Pisonero antes del minuto 20, y con siete goles en contra (5-12, min. 15). César Pérez, con problemas de espalda, no estaba para la rotación, y Pisonero tiró de Nico Giráldez, que rindió bien en su debut en la portería, y al que incluso se llegó a pedir en la segunda mitad sin que lo decidiese el técnico vallisoletano.
La defensa del Recoletas tampoco ayudaba al guardameta internacional argentino que tuvo que ver como los jugadores cántabros se plantaban en uno contra uno hasta en cuatro ocasiones. Sí, algo fallaba. No aparecía esa defensa liderada por Gedo, que ha sido uno de los nombres propios de la temporada, ni tampoco Ribeiro, con De Toledo también muy lejos de su nivel defensivo o agresividad de otros partidos.
En ataque, el equipo azulón fiaba sus opciones a la conexión de Alejandro Pisonero con el pivote, encarnado este por Álvaro Martínez. Fue lo mejor del Recoletas en la primera mitad. Esos balones imposibles del central pucelano –ya renovado y sobre el que construir– para que Álvaro incrementase sus números y su pelea por terminar como uno de los máximos artilleros de la Asobal. ¡Cuánto se le va a echar de menos! ¡Cuánto le va a echar de menos la afición! Respondió el público pucelano, que no hizo amago ni de patalear pese a que el partido estaba siendo el peor de los locales en casa. De diez, y el equipo la compensó en la segunda mitad. Llegó al descanso con una reacción, pero con un claro 14-19 que dejaba encarrilado el choque para los de Jacobo Cuétara, con un Jacub Prokop que desde la izquierda era imparable para la defensa pucelana.
La reanudación fue otra historia. El Recoletas fue el Recoletas de la temporada en Huerta. En nueve minutos le endosó un parcial de 8-1 a los visitantes que dejó mudos a los aficionados cántabros. 22-20, y la primera ventaja para los de Pisonero, con Álvaro Martínez con diez goles en su casillero, merced a su efectividad desde los siete metros, pero también para encontrar los huecos en el centro de la zaga de Torrelavega. Los tiempos muertos eran ahora de Cuétara. Los dos antes del minuto 40. Se sobrepuso el equipo visitante, que además aprovechó las paradas decisivas de Calle, en la primera mitad, y de Leo, en la segunda. A un partido que se fue a los puntos, fue clave, al igual que las individualidades de los cántabros. La remontada y la gasolina gastada dejaron exhaustos a los locales, y los cinco minutos finales fueron visitantes para terminar con justicia con la imbatibilidad de Huerta antes de la Copa.
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