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El pasado miércoles, por fin, el Consejo Superior de Deportes (CSD) dio luz verde a los estatutos de la Asobal como liga profesional. La asociación de clubes empezaba a ser la dueña de su destino. Una independencia conseguida después de mucho tiempo de enfrentamiento ... con la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM), que no quería perder de vista a la máxima categoría del balonmano masculino. La comisión directiva del CSD daba el pistoletazo a una Liga Plenitude Asobal que aspira a crecer con los contratos televisivos y los patrocinadores que apuesten por este deporte. Se trata de la quinta competición que recibe en nuestro país el reconocimiento de liga profesional tras la Primera División y la Segunda del fútbol masculino, la liga femenina de balompié y la Liga Endesa de baloncesto.
Mario Arranz, presidente del Atlético Valladolid y miembro de la comisión delegada de la Asobal junto a Barcelona, Bidasoa, Ademar y Granollers, califica este paso como «hito histórico». «Ser una liga profesional es un reto para todos nosotros, pero sobre todo una posibilidad de crecimiento para la liga y los clubes que la componen. Tener una posición de independencia para actuar sin estar supeditados a lo que la Federación Española diga sobre algunos temas. Además hay más capacidad de negociación con operadores televisivos y patrocinadores», asegura.
El máximo responsable del club vallisoletano de la Asobal hace hincapié en que este paso tan importante debe enfocarse en «crecer. El objetivo es contar con un producto propio y cada día mejor. Que podamos llegar a más puntos del país y del planeta gestionando esos derechos televisivos y generar recursos para los clubes a través de patrocinios que nos puedan llegar, y colaboraciones con diversas marcas nacionales e internacionales para la posibilidad de aumentar los ingresos. Cuanto mejor sea el producto más rendimiento nos dará».
La pregunta es obligada: ¿Qué puede aportar este paso al Recoletas Atlético Valladolid en concreto? Mario Arranz subraya que este nuevo escenario «llega en un buen momento para nosotros. El club está saneado a nivel económico. Estamos preparados porque a nivel de nuestra estructura, pese a ser un club reciente y humilde en cuanto a presupuesto, es mayor que en equipos que han dedicado más dinero a los fichajes. Nos tiene que ayudar a crecer y mejorar el producto. Y este no mejora solo ganando partidos o trayendo al mejor pivote del mundo o clasificándonos para jugar en Europa, mejora sobre todo cuando creces en cuanto a estructura. Es clave contar con una buena dirección deportiva, un buen cuerpo médico, un staff técnico adecuado, un equipo de marketing y prensa potente y también poner el foco en la parcela comercial. Lo que se dice profesionalizar, que esto sea una empresa y se gestione como tal. Que el presupuesto vaya creciendo, lo que hará que puedan llegar mejores jugadores y eso nos permita crecer a nivel deportivo».
La sombra de la RFEBM ha sobrevolado durante todo este proceso. El presidente del Atlético Valladolid reconoce que ha sido así. «La Federación ha estado hasta el último minuto ahí. Pensaba que, con la nueva Ley del Deporte, de las ligas que no fueran profesionales a 30 de junio de 2023 las federaciones se apoderaban de cosas como los derechos televisivos y otra serie de cosas. Lo ha intentado hasta el último momento. Los problemas con la RFEBM son ya historia. Tenemos que seguir entendiéndonos con ellos porque tienen que aportar el Comité Nacional de Competición o los arbitrajes, pero ahora de tú a tú», comenta.
Arranz no considera que haya sido un pulso que ha ganado finalmente la Asobal a la Federación. «Yo no lo llevaría a ese extremo. Lo que queda claro es que todos los clubes de Asobal han hecho un trabajo extraordinario y lo conseguido ha sido fruto de la unidad entre nosotros. No hemos estado a la gresca como antaño. Ahí la postura del Barcelona ha tenido mucho que ver. Hay que recordar que este club antes estaba por romper la Asobal y acercarse a la Federación Española para que esta asumiese todas las competencias. La asociación no tenía otra opción, pues caer en las manos de la Federación supondría que el balonmano masculino moriría en España. Hemos pasado años muy malos, pero el Barcelona está ahí y hay equipos como Granollers o Bidasoa dando pasitos hacia delante. Necesitábamos un cambio y el de la Federación no era el mejor».
El reconocimiento de la Asobal como liga profesional aleja el fantasma de que no hubiese competición esta temporada. Un peligro que se ha desvanecido por el bien de un balonmano que solo quiere crecer.
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