Al Recoletas Atlético Valladolid se le atraganta el regreso liguero

Con un ritmo de juego parsimonioso –a veces hasta la desesperación–, los visitantes consiguieron llevarse los puntos del feudo pucelano, que por momentos se quedó helado, pese a que acostumbra a ser un escenario complicado para los visitantes.

No empezó muy halagüeño el partido para los locales, que salieron a la pista portando camisetas de apoyo a su compañero Nicolo D'Antino. El extremo italiano se ha lesionado de gravedad, posiblemente con la rotura del ligamento cruzado de su rodilla, y tiene complicado volver a vestirse de corto en lo que resta de temporada.

Con ese preámbulo, no es de extrañar, que el Bada Huesca ahondase en el estado de ánimo local, y arrancase con un parcial de 0-3, que también se cimentó en la temprana exclusión de Pedro Martínez. También contribuyó a resumir lo que podría ser la película del partido en pocos minutos el acierto de Miguel Malo, que dio un recital de acierto en su visita a Valladolid. El central oscenso cerró el choque con un porcentaje de acierto del 100% en tiros de campo, y no falló uno solo de sus cuatro lanzamientos desde los siete metros.

Fue una de las claves del partido, ya que al canterano oscense no le tembló el pulso en los últimos minutos cuando convirtió tres goles decisivos para su equipo. Pero volviendo al inicio, el fuerte arranque visitante, fue contrarrestado por los de Pisonero antes del minuto diez, y eso que la parroquia local se llevó un buen susto antes del empate, con un balonazo en la cara de César Pérez, que hizo temer lo peor y recrear lo sucedido con el ya retirado Yeray Lamariano. Tuvo que retirarse el portero del Recoletas y dejar su puesto al debutante Pipe García.

Fue una de las noticias agradables de la jornada, ya que el meta chileno completó una gran actuación, y finalizó la primera parte con seis paradas, permitiendo además a su equipo darle la vuelta al choque, y llegar al descanso con su máxima ventaja (13-11).

Sin embargo, fue un espejismo. La buena aportación en los extremos, con el regreso de Manu García –con dos goles y un poste, en tres lanzamientos–; y el aporte de Miguel Camino, que se enchufó mediada la segunda mitad y con dos goles desde fuera aprovechando que los visitantes jugaban sin portero, no fue suficiente. Y esa electricidad por momentos volvió a diluirse en el ritmo visitante, y, eso sí, un arranque de segunda mitad, en la que el Bada Huesca llegó a irse de cuatro puntos (19-23, min. 47). Siempre a remolque, los goles de Freitas y Pisonero desde el centro nivelaban la balanza, pero con un alto desgaste, que en los últimos minutos pasaría factura a la hora de cambiar un final casi calcado a lo de hace un año.