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J. C. Cristóbal
Domingo, 23 de marzo 2025, 17:54
El Atlético Valladolid levantó el vuelo con la mirada hacia arriba, sin vértigo, sin importarle el parón de selecciones de marzo; está al olisque de ... Europa y no tiene techo a la vista, aupado por la referencia de cuatro victorias consecutivas y de mantenerse invicto en Huerta del Rey recibía a un clásico del balonmano español, el Anaitasuna navarro, equipo que llegaba con el aviso de ganar sus dos últimos partidos, así que David Pisonero debió dejar claro a sus jugadores que el exceso de confianza debía quedarse en el vestuario.
El Recoletas tomó buena nota porque, fuera de los clásicos minutos iniciales de tanteo, estuvo siempre por delante en el marcador con diferencias cómodas, sin más contratiempo que la tempranísima exclusión de Oliveira en la segunda jugada del partido. La igualdad aguantó hasta el 2-2, a partir de ese momento los gladiadores azules apretaron en defensa, con buenos apoyos para bloquear los lanzamientos del Anaitasuna, y donde no llegaron los brazos de la zaga, lo hicieron las manos de Bar, quien sostuvo el 2 en su casillero para que sus compañeros se lanzasen a la contra, con buenos minutos de Camino, y cosechar un parcial de 4-0 que marcó las diferencias en el marcador.
Recoletas Atlético
Bar (10 paradas), D'Antino (6, 5p), De Toledo (1), Ribeiro (0), Abdelazize (1), Oliveira (4), Camino (2) –siete inicial-; César Pérez (p, 4), Karapalevski (2), Pisonero (3), Álvaro Martínez (5), Miguel Martínez (6), Martínez Ayres (0), Dimitrioski (3) y Herrero (1).
34
-
26
Anaitasuna
Santamaría (p, 11), Xavier González (3, 1p), Alonso Moreno (2), Marco Moreno (2), Castro (0), Pereiro (1), Ganuza (0) –siete inicial-; Martín (p, 1), Aitor García (2), Goñi (0), Redondo (4, 3p), Ortiz (1), Itoiz (2), Albizu (6), Kisslev (1) y Elustondo (2).
Árbitros: Hoz Fernández y Riloba Pereda. Exclusiones: Oliveira (min. 1), Abdelazine (min. 36), Ribeiro (min. 44), Herrero (min. 54); Elustondo (min. 13 y 21) y Albizu (min. 56)
Marcador: 1-1, 4-2, 7-4, 10-6, 13-8, 17-10 (descanso); 19-12, 21-15, 25-18, 29-21, 30-23, 34-26 (final).
Incidencias: Huerta del Rey. 2.071 espectadores. Liga Asobal, jornada 21ª.
Cuando Anaitasuna cortó la hemorragia y amenazó con estrechar diferencias, surgió el cañón de Miguel Martínez para mantener al rival en su sitio. La lesión de Marco Moreno sacudió el ánimo navarro y Enrique Domínguez solicitó el primer tiempo muerto de la mañana para recomponerse con 12-7 en contra; una medida inútil porque poco después fue Aitor García el que se fue al banco con dolores, éste al menos volvió más tarde a la pista. El Recoletas no estaba para poner tiritas y aprovechó el momento para estirar los márgenes hasta los siete goles con que se llegó al descanso (17-10).
La segunda parte corría el riesgo de convertirse en un monólogo pucelano si la tensión defensiva se mantenía a la misma altura. No fue así, Abdelazine y Ribeiro dejaron a su equipo en inferioridad durante casi cuatro minutos seguidos, el portero Santamaría le cogió el tino a los lanzamientos locales y David Pisonero no corrió riesgos con un tiempo muerto para que el arreón del Anaitasuna no fuera más allá del 21-15.
Los hermanos Martínez conectaron en ataque para recuperar las ventajas de ocho goles y el partido entró en una fase de correcalles, con ataques rápidos y acciones precipitadas que ya afrontaban las defensas a medio montar. Aitor Albizu cogió la bandera del Anaitasuna para no irse del partido y Pisonero aprovechó el colchón de goles para administrar los minutos de la plantilla y dejar la cita en asuntos menores como el espectáculo de Nicolò D'Antino desde el punto de los siete metros; acertó con los cinco primeros y Santamaría le paró el sexto.
Fueron los minutos para que asomaran los secundarios del equipo, los macedonios encontraron espacios para sumarse a la lista de goleadores y César Pérez tomó el relevo para añadir su grano de arena a la victoria al parar un penalti a Albizu, lástima que el rechace cayese a las manos del navarro para marcar. El partido languidecía a la espera del final y Miguel Martínez alcanzó el listón de los diez goles (33-23) cuando su equipo robó el balón y marcó desde su campo con la portería abierta de par en par. Recoletas no pudo mantener esa marca porque Anaitasuna tiró de orgullo hasta la última jugada, hizo gol en sus dos últimos ataques y dejó un tanteo de 34-26 que la grada de Huerta del Rey recibió con muchos aplausos. También con la esperanza de que el Ciudad Encantada sea su nueva víctima en la próxima jornada, cuando el Atlético Valladolid vuelva a ejercer de local para ensanchar su serie de victorias; el duelo con los vecinos autonómicos del Ademar por una plaza europea es un buen estímulo para seguir batiendo alas hacia las alturas.
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