Álvaro Martínez dispara a portería frente al Ademar León. Peio García
Balonmano

El Recoletas es de Asobal un año más

Los gladiadores azules siguen sin conquistar León en un derbi que se quedó escaso de picante

Gabriel Requejo. ADG

Sábado, 27 de mayo 2023, 21:27

El Recoletas Atlético Valladolid no pudo darse el gusto de sumar por primera vez en la historia en casa del Ademar de León. Ni siquiera el hecho de no tener nada en juego sirvió para allanar un camino lleno de trampas en el que la ... formación marista decantó la balanza con un rugido feroz nada más comenzar la segunda mitad espoleado por la muñeca de un Antonio Martínez que decidió brindarse un partido homenaje muy particular. Se echó en falta el picante de años anteriores en una receta a la que le sobraron goles pero quedó escasa de emoción e intensidad, algo imperdonable tratándose de un derbi autonómico.

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Ademar León

Saeid; Juan Castro (3), Santista (3), David Fernández, Antonio Martínez (15, 6 p.), Casqueiro (3), Milosavljevic (5) -siete inicial- Papantonopoulos (p.s.), Miñambres, Darío Sanz (1), Samuel Saiz, Kim (1), Zapico (3), Zanas Virbauskas (4), Tiago Sousa y Deividas Virbauskas (1).

39

-

32

Recoletas

César Pérez; Oriol Blanco (1), Freitas (7), De Toledo (1), Álvaro Martínez (3, 1 p.), Dimitrievski (4), Borja Méndez -siete inicial- Lamariano (p.s.), Miguel Martínez (5), Pedro Martínez, Dimitrioski, Rosell (3), Virulegio, Miguel Camino (5) y Herrero (3).

  • Marcador cada cinco minutos 3-2, 7-5, 9-10, 13-12, 17-14, 18-18 (descanso); 22-19, 26-21, 30-23, 34-25, 37-28 y 39-32.

  • Árbitros Alberto García Rodríguez y José Manuel Iniesta Castillo. Descalificaron a Álvaro Martínez. Mostraron tarjeta amarilla al local Casqueiro y al visitante Álvaro Martínez. Excluyeron a los locales Tiago Sousa, Samuel Saiz y Santista y a los visitantes Álvaro Martínez, Rosell y Dimitrievski(2). local

  • Incidencias Partido correspondiente a la vigésimo novena jornada de la Liga Plenitude Asobal disputado en el Palacio Municipal de los Deportes de León ante 2.785 espectadores.

Quizá por la falta de alicientes, los dos equipos mostraron mayor interés en la faceta ofensiva que a la hora de apretar los dientes para defender. Esa predilección por el lado más lúdico del deporte llevó a unos y otros a un intercambio de dianas en ambas porterías que se saldó con un marcador igualado a la par que abultado en los primeros compases (3-3, min. 6). Fue rebasado ese arranque cuando las dos murallas obligaron a los ataques a un pase extra negando los lanzamientos lejanos. Un decorado que no impidió mantener la igualdad en el electrónico gracias a un gol de Miguel Camino fruto de una asistencia inventada por Orio Blanco al contragolpe (9-9, min. 15). Sin duda, mención especial mereció durante el primer cuarto de hora de juego la labor de Dimitrievski con cuatro goles que llevaron a sus compañeros a mandar en el marcador de forma momentánea (9-11, min. 16).

Una situación que revirtió el conjunto dirigido por Manolo Cadenas pese a la resistencia opuesta por César Pérez. De ello se encargó el duende de Juan Castro con un salto portentoso que esquivó los brazos de la primera línea de la escuadra pucelana (15-12, min. 22). Una montaña rusa en la que decidieron subirse los dos contendientes como demostró la contra de Miguel Martínez que firmó las tablas antes del paso por los vestuarios.

El regreso al parqué marcó el prematuro desenlace del pulso. Un demarraje marista dejó el envite listo para sentencia con un parcial 5-1 sobre el que se edificó la victoria del equipo dirigido por Manolo Cadenas. Lejos de volver a meterse en la pelea, los muchachos de David Pisonero se sintieron zarandeados y entregaron la cuchara sin mostrar ninguna capacidad de respuesta. Tanto es así que la diferencia de goles entre uno y otro conjunto creció hasta un preocupante 30-22 a falta de un cuarto de hora para el final después del decimocuarto tanto de Antonio Martínez. El canterano marista quiso despedirse con el mejor sabor de boca posible de la que ha sido su casa después de un recital ofensivo en el que no encontró oposición antes de emprender su aventura en Oporto. Fue una de las muchas despedidas dentro de la entidad leonesa en un choque que tuvo aroma a nostalgia en el Palacio Municipal de los Deportes.

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Al vendaval ofensivo de los jugadores blanquillos se sumaron las buenas intervenciones del meta iraní Saeid. Una y otra vez se interpuso en el camino de Dimitrioski, Álvaro Martínez, Dimitrievski y de Toledo, muy desacertados con la suerte del estoque. Se echó en falta mayor presencia de Borja Méndez, muy castigado por la carga de minutos a lo largo del presente curso liguero. Tanto es así que solo Miguel Martínez consiguió dar luz dentro de un cortocircuito que se prolongó durante más de diez minutos. Fue el comienzo de un parcial 0-3 que permitió maquillar lo que unos instantes tomó un peligroso tono a masacre (35-27, min. 48). Fue el último arranque de orgullo de los gladiadores azules, dispuestos a morir matando en un derbi autonómico que tuvo más goles que diversión.

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