El Recoletas es cuarto con mucho sufrimiento

Era un duelo por la cuarta plaza tras la derrota de Ademar en Irún. El Recoletas, que seguía con la baja de Dimitar Dimitrioski, lesionado desde hace unas semanas, quería correr, llevar una velocidad más. Eso le permitió irse a un 3-1 en el marcador. Quique Domínguez respondió atacando con siete jugadores de campo, que alternó con seis efectivos en el 40x20. Lima llevaba el peso ofensivo de los locales, con tres tantos de los cinco primeros goles de su equipo. César Pérez detuvo un siete metros para calentar el ambiente. Anaitasuna aguantaba el empuje local.

El equipo navarro pidió tiempo muerto con 11-8. Hasta el momento había hecho la goma y el Recoletas no había superado la diferencia de los tres goles. La defensa local no se mostraba firme y los pamploneses movían bien el balón en ataques largos. Hacía muchos minutos que se había olvidado del siete para seis, pero lo volvió a recuperarlo puntualmente para ponerse de nuevo a un tanto (11-10) de los castellanos.

Llegó la igualada. Anaitasuna perdió dos minutos a Bazán y eso lo aprovechó el Atlético Valladolid, aunque seguía sin perder en el retrovisor a los hombres de Domínguez, que volvieron a empatar a 15 tantos el partido con menos de cinco minutos para la conclusión. Incluso se puso uno arriba. Ganuza estaba siendo un auténtico 'killer'. Con 17-19 se llegó al receso. El Recoletas necesitaba mejorar en defensa y portería si quería llevarse los dos puntos en juego.

Aprovechando la superioridad numérica por la exclusión de Freitas. Anaitasuna alcanzó una renta de cuatro tantos (18-22, min, 34). Los navarros estaban mucho más cómodos en pista. Sin juego de pivote, el Recoletas sufría de lo lindo.

Pero vino el arreón esperado de los locales. Un parcial de 3-0 que les situó a un tanto de los pamploneses y que provocó el correspondiente tiempo muerto de Anaitasuna. César Pérez apareció en portería con varias intervenciones.

El Recoletas igualó a 23 goles. Había superado la crisis. Remó hasta coger una renta de dos tantos y provocar un nuevo tiempo muerto del técnico visitante. Huerta del Rey daba gasolina desde la grada. El 5:1 con Miguel Camino de avanzado se les atragantaba a los navarros, que se agarraban con todo al partido. Los nervios atenazaban a ambos equipos. Nuevos empates y mínimas ventajas a falta de diez minutos para la conclusión.

El Atlético Valladolid metió la directa. Un gol de Pisonero daba cuatro goles de diferencia. La inferioridad por la exclusión de Pedro Martínez provocó un parcial de 0-3 que complicó el encuentro de manera. César Pérez detuvo el lanzamiento que suponía un nuevo empate. Restaban 15 segundos y Pisonero pidió tiempo muerto. Los dos puntos no se podían marchar camino de Pamplona. Al final, un 34-33 y el Recoletas es cuarto en la tabla. Mucho sufrimiento, demasiado, y una victoria que casi se complica por los malos ataques locales en la última inferioridad.