Porque llevaba casi un mes sin jugar ante su afición, en su pabellón, porque venía de un parón y podía quedar la duda de cómo iba a responder el equipo, porque ya querían volver a ganar (no lo hacía desde la primera jornada de Liga ... en la que se impuso ante el Recoletas Atlético Valladolid), porque afloraban en la memoria aquellos recuerdos de la fase de ascenso (el conjunto cántabro dejó sin posibilidad de ascender a Asobal al Viveros Herol), porque el Liberbank Cantabria Sinfín es uno de esos equipos con los que se puede jugar el cocido al final de temporada (o los judiones), por el ambiente (espectacular una vez más)... Ya de entrada no era un partido más, así que es para estar más que contento.
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Por muchas razones tenía ganas el Viveros Herol de ganar y más de la forma en la que lo hizo, con autoridad, demostrando que sabe competir, amparado en la actuación de Yeray Lamariano, sobresaliente en la portería, de Nico D'Antino (cinco goles en su casillero), de Rodrigo (otros cinco goles) y también hay que decirlo, en los fallos en ataque que cometió Sinfín. Solo Nacho Valles (ocho goles) sostuvo a su equipo, el resto, no. Ante la buena defensa navera, no encontró soluciones y se fue diluyendo, sobre todo en los diez primeros minutos de la segunda parte en los que el BM Nava logró despegarse en el marcador. Y pudo haber logrado haber logrado un marcador más amplio de haber estado más acertado en los siete metros (fallaron dos en consecutivos en esos comienzos) ante un rival que empezó a remolque y al que le costó luego (mérito de Nava) engancharse al partido. No tuvo opciones.
Estuvo mucho mejor el conjunto navero en el arranque que en otros encuentros, con esa defensa 6:0 en la que jugadores como Kisselev, Álvaro Rodrigues, Eduardo Fernández... se dejaron hasta el último gramo de fuerza, aunque el conjunto cántabro el que se adelantó en el marcador con un gol de Ander Torriko, pero reaccionó bien el conjunto local que con dos tantos de Oleg Kisselev le dio la vuelta al marcador. Poco después era Eduardo Fernández el que daba más ventaja. Tampoco ayudó la exclusión de Álvaro Rodrigues, que permitió que los visitantes igualaran el choque (3-3) y llegaran de nuevo a ponerse de nuevo por delante (3-4) con el gol de Monteiro. Ya no iba a tener más ventajas el equipo que entrena Rodrigo Reñones.
Fueron minutos cargados de mucha emoción; el partido se movía en el marcador bajo los parámetros de la igualdad (de un 7-5 se pasó a un empate a siete goles, luego empate a ocho... Pero el Sinfín se fue ahogando en sus ataques (para entonces ya se veía que Yeray Lamariano estaba enchufadísimo en la portería) mientras que el Nava iba creciendo. Dos robos de balón propiciaron los tantos de Carlos Villagrán y de Adrián Rosales que obligaron al técnico visitante a pedir un tiempo muerto. Tras la vuelta, Darío Ajo puso el 11-8 en el marcador y poco después iba a lograr una renta de cuatro (12-8) con otro gol del capitán navero Carlos Villagrán. En los últimos segundos, Dani Gordo había pedido un tiempo muerto, para dar cuerpo a la estrategia del conjunto navero en esos últimos instantes. La primera parte terminó con un lanzamiento envenenado, rosa incluida, de Agus Casado, que no entró por poco. 13-10.
Nava iba a mantener la intensidad también en la segunda parte (volvió a entrar mejor en el partido) y tras una fase de tanteo (seguían esos tres goles de ventaja, 15-12 y 16-13), el equipo que entrena Dani Gordo iba a despegarse en el marcador con dos goles de Rodrigo Pérez de Arce que pusieron un 18-13 en el marcador. Más cinco, pero nada de bajar los brazos, que Nava ya tiene experiencia en este sentido.
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Siguió aplicándose tanto en defensa como en ataque mientras Sinfín empezaba a desesperarse ante los aciertos de Yeray Lamariano (su nombre fue el más coreado en la grada). Sinfín trataba de no irse del partido, aunque en el intercambio de golpes, salía más beneficiado el Nava, que ya no iba a pasar más apuros. Mantuvo las distancias para no dejar que el Sinfín tuviera opciones. Darío Ajo Villarraso dio todavía más ventaja al conjunto local (28-22) a falta de cinco minutos para el final del encuentro. No dejó de pelear en ningún momento, no cayó en la relajación, y no iba a permitir que se le escapara el triunfo, por más que alguno no viera ganado el partido hasta que no sonó la bocina final.
Es la segunda victoria del Viveros Herol BM Nava que tiene ya ocho puntos (ocho puntazos en su casillero). Es verdad que queda mucho viaje por la Asobal, que no se va a encontrar alfombras rojas, pero el camino que lleva recorrido y de qué manera, ya no se le quita nadie.
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