La presión puede con un Nava en crisis

El equipo de Zupo Equisoain no pudo alejar los fantasmas que sobrevuelan Nava de la Asunción con la salvación en juego y sufrió una nueva derrota que ahonda la travesía de malos resultados del Nava, que encadena nueve encuentros consecutivos sin conocer la victoria. El Bada Huesca logró asaltar el Guerreros Naveros y se llevó un triunfo vital por 29-30 que certifica su permanencia matemática en un encuentro muy igualado que se decidió en el último minuto y que obliga al Nava a ganar a Benidorm y Anaitasuna para soñar con la salvación.

Con un ritmo vertiginoso y sin apenas darse tregua comenzó el encuentro, con un intercambio de golpes en forma de goles en la que Patostki y Almeida desde la portería fueron meros espectadores, con mucho tráfico en las áreas y los ataques imponiéndose a las defensas. Los naveros, liderados por Horiha, intentaron manejar el ritmo del choque desde los primeros compases ante un Huesca que se lo negó una y otra vez y demostró no haber viajado a Nava de la Asunción pese pese a tener la salvación encarrilada.

Con las presentaciones hechas y los primeros acercamientos, el encuentro bajó de revoluciones con un Nava por delante siempre en el marcador, pero con los oscenses sin salirse del partido respondiendo de inmediato gracias a un Hackbarth inspirado desde el tiro exterior que castigó continuamente a una zaga segoviana algo expeditiva. Con el guion previsto y un Naveros Guerreros que no dejó de alentar a los suyos ni un instante, el Huesca logró ponerse por primera vez por delante en el luminoso, aunque poco les duró la alegría puesto que Horiha reaccionó de inmediato logrando nuevamente la igualada. Los minutos pasaban y la igualdad era máxima, con el '42' del Nava llevando el peso ofensivo del equipo y su disparo exterior como principal amenaza.

El conjunto de Zupo Equisoain tuvo que recurrir al tiro exterior dado que una defensa compacta y sólida de los oscenses evitaba que los naveros encontrasen con facilidad las esquinas o al pivote. Pese al acierto ofensivo del Nava, no lograban abrir brecha en el marcador, con una defensa cargada de intensidad e imprecisiones a partes iguales que permitieron al Huesca encontrar cómodamente la figura de Montoya en el pivote.

Fue entonces cuando apareció la figura de Patotski. Con Nava errático en ataque incapaz de encontrar a D' Antino y Vujovic en las esquinas, se refugió en el guardameta bielorruso, que mantuvo con vida a su equipo con hasta cinco intervenciones de mucho mérito que impidieron que el Huesca lograse abrir una renta considerable en el marcador ante la falta de acierto de los naveros en la parcela ofensiva. De esta manera, la igualdad del choque durante el primer periodo quedó resumida en que ningún equipo logró abrir una diferencia de dos o más goles en el luminoso. El Nava había sabido sufrir y con una jugada ensayada culminada por Prokob se marchó a vestuarios con un tanto de ventaja (15-14).

Tras el paso por vestuarios, la tónica del encuentro volvió al guion inicial con un nuevo intercambio de golpes en el que ambos conjuntos aprovecharon su lanzamiento exterior para castigar al otro. En ese toma y daca el Huesca salió beneficioso. El Nava aceptó el reto de correr a campo abierto, algo a lo que está poco acostumbrado y no es su estilo. Lo acabaron pagando. Dos imprecisiones en ataque permitieron a los oscenses recuperar el mando en el marcador. Al Nava la empezaban a faltar las fuerzas, pero emergió la afición del Guerros Naveros para sostener al equipo en un nuevo momento complicado para los de Nava. En esas, un Villagrán ejerciendo de líder absoluto se echó el equipo a las espaldas, manteniendo con vida a un Nava frágil en defensa incapaz de detectar a Montoya desde el pivote y a Hackbarth en el tiro exterior. Con diez minutos de la reanudación cumplidos, el Huesca logró poner la máxima diferencia en el marcador (22-25), lo que obligó a Zupo Equisoain a solicitar tiempo muerto en busca de una reacción.

Lo intentó el Nava, pero la respuesta no llegó. Horiha y Villagrán desde el lanzamiento lejano no estuvieron acertados ante una zaga oscense que no hizo prisioneros, con un Almeida bajo palos desbaratando las acometidas naveras (25-27). Con diez minutos por disputarse, el Nava se lanzó a tumba abierta en busca de la remontada y encontraron en la esquina de D'Antino un filón por donde percutir y meterse de nuevo en el choque. Los jugadores alzaron los brazos reclamando un último empujón de su gente, que no falló en una comunión perfecta entre equipo y afición. El Nava, en volandas, fe capaz de igualar el choque a falta de cuatro minutos para el final. Cuatro minutos restaban, cuatro minutos que bien podían valer una permanencia.

El resultado en un puño en un encuentro no apto para cardíacos. El todo o nada. Y al final la suerte no sonrió al Nava con un último minuto que el conjunto navero no supo gestionar fruto del nerviosismo e imprecisiones que le acabaron costando el choque. Con la igualada en el marcador y a falta de un minuto para el final, Pleh detuvo el lanzamiento exterior de Pérez y buscó la contra con Vujovic. El partido pedía sangre fría y al Nava le pudo el ímpetu. La contra fue interceptada por la zaga oscense, dando una nueva posesión para un Huesca que a la segunda no perdonó. Encontró en la esquina a Pérez para adelantar a los visitantes a falta de 12 segundos para el final.

Zupo Equisoain solicitó tiempo muerto en busca de una última jugada que bien pudiese valer al menos un empate. Y la última fue para Horiha. El jugador ucraniano se jugó la ultima bala navera con un lanzamiento exterior muy forzado y centrado que Almeida detuvo sin apenas complicaciones. De esta manera, el partido murió y se consumó una derrota que complica un poco más la vida a Nava que se queda en decimocuarta posición con 20 puntos, al filo del descenso con dos encuentros por disputar.