Balonmano

Las pérdidas condenan al Caja Rural Aula Cultural en O Porriño

Ya son tres las derrotas consecutivas a domicilio de un equipo vallisoletano al que lastró el pobre bagaje de un solo gol marcado en los diez últimos minutos contra el Conservas Orbe Rubensa Porriño (29-25).

Las pérdidas de balón penalizaron desde el principio al Aula, y el Porriño pronto tomó tres tantos de ventaja (8-5). La actuación de Menchu Sanz bajo los palos evitó una diferencia mayor. Su homóloga del Conservas Orbe, Rosález, también realizó paradas de gran mérito, desesperando a las lanzadoras del conjunto pucelano. Solo O'Mullony, autora del 40% de las dianas visitantes, se mostró capaz de superar el muro de la portera argentina con alguna ayuda de Garibay desde el extremo, con Elba Álvarez (MVP de la pasada jornada, desaparecida).

Las dos porteras fueron las grandes protagonistas del encuentro, junto con la propia O'Mullony, que niveló una y otra vez el encuentro (12-12) mediante dos goles consecutivos después de haber encajado su equipo un parcial de 2-0.

El encuentro se fue al descanso en tablas (14-14). Tras el paso por los vestuarios, ambos equipos mantuvieron un ritmo muy alto de juego, y las porteras, incluida Palomino, inicialmente suplente, continuaron con un alto porcentaje de paradas. Sin embargo, las pérdidas de balón volvieron a penalizar al equipo pucelano y, así, su rival estiró la renta hasta los cuatro goles (21-17). Miguel Ángel Peñas utilizó un tiempo muerto para exigir a sus jugadoras mayor intensidad en la contención. Así, en un abrir y cerrar de ojos, el Caja Rural Aula reforzó la defensa, robó dos balones y cambió la dinámica del juego. Un parcial de 0-5 dio un vuelco al marcador, obligando al técnico local, Ismael Martínez, a parar el crono (21-22). Había superado el segundo bache del partido el conjunto vallisoletano, pero la intensidad defensiva le costó varias exclusiones. Dos seguidas de Bergara entregaron demasiado aire al Porriño (24-23) y la de Garibay volvió a amenazar con romper el duelo a favor de las locales (27-24).

Un nuevo tiempo muerto solicitado por Miguel Ángel Peñas, a falta de siete minutos para la conclusión, insufló nuevos bríos a sus jugadoras, que recortaron la diferencia (27-25). Ésa fue la única diana visitante en los diez últimos minutos de partido. Además, una nueva pérdida de balón impidió la reducción de la desventaja pucelana. A falta de dos minutos, tras un gol de Barros desde el extremo, la misión de sacar algo positivo ya fue imposible. Lo mejor de los últimos minutos, que las vallisoletanas lograron salvar el 'goal average' con las gallegas, que las igualan en la tabla.