La buena imagen dejada ante el Barça en el Palau ha dejado un regusto muy bueno en las bocas de los aficionados naveros, sobre todo porque unido al recuerdo del primer partido en casa, ha logrado un efecto que los buenos chefs dirían ... que puede ser «redondo en boca». Para todos en general, menos quizá para un Zupo Equisoain que es mucho más pragmático que eso y que se resiste a ver una derrota, por muy buena imagen que se dejara, como algo parecido a una victoria. «Fue un partido de buenas intenciones que tendremos que ratificar aquí frente a Antequera, nada más».
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Para lo que sí admite el técnico que sirvió el encuentro de la segunda jornada, fue para cargar de moral al vestuario. «Para esto sirvió muchísimo, positivamente. Jugar bien contra un equipo campeón de Europa, campeón de Liga, pues te refuerza anímicamente y sí que viene bien si sabes administrar esas sensaciones. Si al final a lo que te lleva es a relajarte porque has hecho un buen partido, no estás serio en lo que viene y hay posibilidad de que te lleves un susto». En ese punto, el de la no confianza, ha ahondado durante la semana.
Desde antes de comenzar la temporada, con el calendario en la mano, Equisoain ya afirmó que, pasada la clave de ganar el primer partido en casa y una vez dejado atrás el trámite del Palau, llegaban tres partidos ganables que iban a dar la medida competitiva del equipo. Ese tramo empieza por el recién ascendido Antequera hoy, a las 18:30, en Nava; continua por visitar al Sinfín y se redondea con la visita a Nava de un Ademar León que el entrenador ve perfectamente asequible, especialmente en casa. «No van a marcar nada», elude; «cuando lleves diez partidos, entonces ves dónde estás colocado y puedes sacar una mínima conclusión». Eso sí, dentro de esa filosofía de 'partido a partido', remarca que hay que tratar de ganarlos, pero «más en casa, porque en casa se puede ganar a cualquiera». Aviso para los leoneses, aunque faltan dos semanas duras para ese envite regional.
Uno de los primeros movimientos que hizo el Iberoquinoa Antequera tras lograr el ascenso a Asobal fue pescar en el río revuelto que era Balonmano Nava al final de la pasada campaña. Dos jugadores que no habían dado la medida deseada en la localidad segoviana, hacían las maletas y firmaban por el nuevo proyecto. El portugués Jorge Da Silva, que llegó a Nava como pilar del proyecto con el que debía consolidarse el equipo en la categoría, terminó sin jugar un solo minuto la pasada campaña. Para Lukas Simenas, que al inicio de la competición sí daba la sensación de que podía convertirse en un hombre importante en ataque y en defensa, la cosa terminó igual: con pocos minutos, muy residuales, y una gradual falta de confianza. Ambos se volverán a reencontrar con la afición navera, que suele agasajar a los ex.
El equipo andaluz suele jugar mucho con su pivote, Baena; un jugador que se gira rápido y sobre el que intentarán cargar mucho el juego. Aunque hay jugadores como Lucas Grandi que le han dado al proyecto un poso de veteranía necesario para intentar controlar los tiempos de una categoría mucho más exigente que la que dejaron atrás. Otro de los pilares está siendo el portero, Moyano, que con 15 paradas se convirtió en la gran estrella de la única victoria que tienen en su haber, la del fin de semana pasado frente a Logroño por 33 a 31 en su casa, el pabellón Fernando Arguelles. En dicha victoria destacó precisamente Da Silva con cinco tantos, por detrás de Baena con seis y un jugador que gusta a Zupo: Chispi.
Centrados en el encuentro de hoy, Nava de nuevo cuenta únicamente con la baja de Bernabéu, que sigue recuperándose y tendrá que esperar para debutar. Antequera, un recién ascendido, ha encendido las alarmas en el resto de los competidores al ganar a Logroño la pasada jornada.
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«Vienen de ganar a un rival que se supone que va a estar en puestos europeos. Tienen una gran plantilla», confirma Zupo sobre el rival. «Y nosotros también», continúa, «si nosotros hacemos lo que debemos hacer, debemos sumar dos puntos». Porque la diferencia de pista es la que, según tiene estudiado el entrenador navero, resulta clave para los equipos recién ascendidos. «El problema que tienen es que te toque jugar las primeras jornadas en su pista», comenta. «Eso es muy peligroso porque el recién ascendido tiene la ilusión, la motivación, las ganas, la lucha. Eso no cabe duda que es un plus. Tenemos que luchar como ellos. Todo pasa por hacer un buen trabajo defensivo. Llevamos dos partidos pasando de treinta goles. Si no nos hacen más de 23 o 25 goles, seguro ganamos».
Segundo encuentro con la afición, además justo cuando terminan las fiestas de la localidad. Una victoria puede ser el colofón perfecto a unos días en los que Nava ha disfrutado y ha podido seguir haciendo crecer la ilusión por su equipo. Sumar dos puntos es prioritario.
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