El Nava vende cara su imbatibilidad

El Nava empezó con una contra de Bernabéu y Nil Guiteras parando un penalti. Su ataque forzaba un lanzamiento de siete metros tras otro. Todos tuvieron el mismo ejecutor, un Bernabéu letal, pese a 'La muerte tenía un precio': ni la banda sonora Ennio Morricone le sacó del estado de gracia. Terminó uno de los partidos de su carrera con 11 goles. Sagunto pidió el primer tiempo muerto cuando aún no se habían cumplido los seis minutos (1-4).

La reacción local fue fugaz: los valencianos igualaron la contienda con tres goles en apenas noventa segundos, con dos pérdidas del Nava por el camino. La defensa local subió un punto su intensidad y exigía elaboraciones precisas para salvar su gusto por el contacto. Lo consiguió Smetanka con un gran pase picado para Bernabéu, pero los goles ya no llegaban tan fácil. Dani Martínez puso a la portería de Sagunto en el mapa y el Nava, tan certero al inicio, no resolvía en seis metros. Valga como ejemplo el tiro de Dani Pérez contra la madera y el fallo posterior de Moyano, que estrelló el rechace en el portero. Los segovianos se pasaron nueve minutos sin marcar mientras la grada local olía sangre y cantaba: «Ahora es la hora».

Prokop lo intentaba, pero la suerte no está de su lado: toca más madera que red. Sagunto atacaba con más criterio y encontraba un abanico de anotadores –hasta siete distintos en la primera parte– mientras las paradas de Patotski salvaban a los segovianos del incendio. Nolasco cerró una ventaja local al descanso (13-11) que pudo ser mayor.

Así que Bernabéu volvió como en la primera parte: quinto penalti anotado y transición para devolver el empate. Y llegó el primer gol de Moyano, un motivo para la esperanza. Pero el Sagunto tenía a un faro como Nolasco y a muchas piezas secundarias que tapar. El Nava llegaba tarde, bien por errores defensivos como el que dejó solo a seis metros a Díaz o porque Pau Ferrer ganaba el carril central. El lenguaje –y las ventajas– era local. Un penalti de Nolasco (18-15) obligaba a Senovilla a parar el partido.

Pero Nolasco volvió de la pausa donde lo dejó y amplió a cuatro la renta tras crear una autopista en el carril central. Prokop buscó la réplica en la siguiente acción con un tiro pegado al palo, pero se encontró con otra parada apurada del portero: medio minuto que servía para condensar una hora de balonmano.

La suerte también cuenta, como el trallazo de Ferre al larguero que salió repelido hacia su propia pista y que recogió un compañero ante dos naveros sedientos de contragolpe. Y la solvencia de Martínez en portería, negando a Dani Pérez un tiro que su equipo necesitaba para resurgir. Solo la solidez de Patotski y el acierto de Bernabéu mantenían la fe en la remontada.

Pero el paso del tiempo no curaba las heridas. Moyano lo intentaba, pero su disparo se perdía en un bosque de brazos. Senovilla gastó el último tiempo a ocho minutos con su equipo tres abajo; Bernabéu respondió anotando su octavo penalti y transformando en seis metros una transición tras una parada antológica de Patotski. Esta vez, con el Nava a uno, eran los locales quienes paraban el encuentro.

Y el Nava lo dejó todo en la pista. Patotski siguió parando y Prokop empató por dos veces el partido con goles marca de la casa, un huracán por el carril central. No fue suficiente. Del Valle rompió las tablas con las que el encuentro llegó al último minuto gracias a un tiro liberado desde nueve metros. Le tocaba responder a Moyano, pero su disparo lo desvió el portero. Ahí pereció la racha de los segovianos, que se quedan a tres puntos del líder y defienden la última plaza de ascenso directo con tres puntos y un partido más que el Novás, que juega hoy en Ciudad Real.