Borrar
Dani Pérez celebra con efusividad uno de los goles del Balonmano Nava. ANTONIO TANARRO
El Nava saca de punto al Burgos

El Nava saca de punto al Burgos

Los segovianos decantan un duelo directo por el ascenso con un parcial de 7-0 en el tramo final del choque

Sábado, 12 de noviembre 2022, 22:44

El Viveros Herol Nava es un equipo con tantas armas que su construcción es lenta, como las obras faraónicas. Ocurre que hasta que llegue la cúpula falta mucho, y un fallo en los cimientos puede tirar abajo el edificio. El Nava no podía perder ayer ante el Burgos, un tropiezo con aroma a no retorno, por mucho que estemos en noviembre. Tras una primera parte dubitativa, apagó el incendio con un fogonazo de esperanza, el de Patotski, un portero por encima de la categoría. Gracias a sus paradas –que valieron un parcial de 7-0 pese a que no fue su mejor partido– los naveros acabaron con la resistencia de un rival al que superan en la tabla.

El técnico del Nava, Álvaro Senovilla, no exageraba cuando decía que el Burgos imprimía un ritmo rápido a los partidos. El encuentro arrancó con seis lanzamientos en los primeros cien segundos; de ellos, solo el primero, ejecutado por Álex Lodos, fue gol. Toda una oportunidad para el campeón de Europa júnior, titular en el lateral izquierdo con Prokop formando parte de la rotación. Una vez se desfogaron, el duelo volvió a un discurrir más ordinario, con Bernabéu convirtiendo desde el extremo el primer ataque elaborado y su homónimo Toni Alegre dando la réplica. Las presentaciones estaban hechas.

El primer golpe en un partido de balonmano es un lance importante y el Nava, que salió más enchufado, perdonó. Amagó con una ruptura inicial el cuadro local, pero no llegó. Tres fallos en seis metros y un penalti errado en los primeros diez minutos son una clemencia excesiva para un equipo llamado a dominar la categoría. Incluso cuando puso el 4-2, estuvo lento en el repliegue y permitió el contragolpe visitante. Así las cosas, el Burgos, que había empezado más timorato, mantenía el ritmo y encadenaba empates. Buenas noticias para los visitantes.

Nava

Patotski, Dani Pérez (5), Andrés Moyano (6), Álex Lodos (7), Gonzalo Carró, Paco Bernabéu (4) y Tomas Smetanka (6), siete inicial. Andrés Vila, Darío Ajo (1), Nico López, Carlos Villagrán, Jakub Prokop (1), Roberto Pérez (2), Óscar Marugán, y Sergio Casares.

32

-

28

Burgos

Ibrahim Moral, Toni Alegre (1), Jaime Gallardo (3), Rubén Fernández (2), Lucas Araxá, Adam Sako (3) e Igor Karlov (4), siete inicial. Lander Simón (5), Ernesto López (5), Juan Tamayo (1), Andrés Alonso, Dalmau Huix Stefan Trpchevski, Marcos González, Íñigo Celorrio (4).

  • Parciales: 3-2, 6-6, 8-8, 9-10, 11-12, 14-16 (descanso), 17-17, 19-18, 23-22, 27-23, 31-25 y 32-28.

  • Árbitros: Mohedano Fernández y Peris Orts. Señalaron cinco exclusiones a los locales y cuatro a los visitantes.

  • Incidencias: Encuentro disputado en el pabellón Guerreros Naveros.

Superado el primer arreón, llegaron los primeros murmullos de la grada tras otro contragolpe fallado, esta vez por Dani Pérez, y el cuadro local se contagió. Karlov calentó la catapulta que tiene por brazo y marcó el primer golazo de la tarde, un proyectil que limpió la escuadra. Acto seguido, repitió suerte con otro tiro exterior, Prokop estrelló una contra al larguero y otro gol local encendía las primeras alarmas. Bastó un parcial de 0-3 para parar el partido tras 13 minutos jugados (6-8). En un partido fronterizo, mejor no alargar los trances.

El Nava no es un equipo diesel, aún lejos del ritmo uniforme, pero le sobran fogonazos. En un suspiro, dos goles para salir del tiempo muerto. Senovilla había cerrado la herida, pero aquello seguía lejos de suturar. El Burgos estaba cómodo con el tiro exterior de Karlov y las paradas de Ibrahim, que se agrandada por momentos. Respondía el Nava con Prokop como generador y la velocidad de Sergio Casares, pero eran chispazos, como el contragolpe fallado por el extremo que desembocaba segundos después en gol visitante. Los fallos y la consecuencia: puro balonmano.

Así las cosas, el Burgos trasladó su superioridad al marcador y el Nava volvió a las imprecisiones. Los locales tenían buenos momentos pero no conseguían generar una secuencia a su favor. Por ejemplo, Patotski lograba parar su primer penalti ante Gallardo, pero Lander Simón anotaba en el siguiente ataque. Los locales se abonaban a las pérdidas. Algunas, por falta de precisión, como una asistencia de Villagrán a Bernabéu que este no habría cazado ni con la estatura de un pívot de la NBA. Otras, por precipitación, como un malentendido entre Villagrán y Marugán o un pase improvisado de Prokop.

Moyano evitó en un primer momento que el Burgos ampliara la renta con un robo en defensa, pero el +3 visitante llegaría en el siguiente lance. El lateral derecho evitó males mayores echándose a sus espaldas a un ataque con visión nublada. Con todo, el Burgos llevó sus méritos al electrónico con un golazo de cadera de Lander Simón sobre la bocina del primer tiempo (14-16). La grada, que había comenzado el encuentro agradeciendo el regreso de Andrés Alonso, partícipe en el ascenso a Asobal de 2019, o de Nacho González, que entrenó allí en Primera Nacional, acusó los últimos goles del Burgos con una respuesta poco habitual: silencio. El Nava tenía un reto de enjundia en su paso pos vestuarios.

El Burgos tuvo un par de ataques para recuperar su ventaja de tres goles, pero se encontró a un Nava más hermético atrás que provocó un pasivo y dos pérdidas. Y en apenas dos minutos, los visitantes habían encajado tres goles y estaban por detrás en el marcador. La culpa la tuvo un zurriagazo de Lodos y el dinamismo de Smetanka. Era un momento vulnerable para los burgaleses, pero lo sortearon con un par de intervenciones de Ibrahim. Como en la primera parte, el puñetazo local de salida estaba neutralizado. Gallardo sacaba una falta en ataque a Dani Pérez, con el que bromeaba al principio de la segunda parte, y marcaba al contragolpe. De nuevo tablas: 18-18.

El partido llegaba al cuarto final con una igualdad que el Nava no deseaba. La pregunta es qué marcha le quedaba al cuadro segoviano, que era un ciclista metiendo desarrollo para descolgar a un compañero de fuga que se agarra con uñas y dientes a su rueda. Todas las cartas estaban sobre la mesa, desde el acierto de Bernabéu y Pérez en los extremos a Darío Ajo en el pivote o el brazo de inspector Gadget de Moyano. El Nava se marchaba unos metros, dos goles de ventaja, lo justo para que el ciclista se siente, pero el Burgos seguía ahí.

El comodín fue Patotski. El bielorruso enganchó dos paradas de mérito –la segunda, sobresaliente, en seis metros– y el Nava convirtió por fin el hecho aislado en tendencia con un gol de Dani Pérez que firmaba la máxima renta local y obligaba a González a parar el partido tras un parcial de 3-0 (26-23). La grada lo celebra, desde el que venda la rifa hasta el que pone el ron, como dice su himno. El Burgos había perdido rueda.

El tiempo muerto no cambió la tendencia: fallo de Simón y gol de Roberto Pérez para poner la máxima renta del encuentro (+4) con diez minutos por jugar. Patotski estaba ya de dulce, el mejor antídoto para cualquier remontada, y Moyano agrandaba la herida (+5). Con el partido cuesta abajo, Smetanka se soltaba (+7) y la grada, que por momentos olió drama, vivió un final tranquilo. Su equipo es segundo, a la estela de un Novás que lo sigue ganando todo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El Nava saca de punto al Burgos