El Balonmano Nava da otro paso hacia la permanencia (26-25)

Con máxima igualdad discurrió un encuentro con pocos goles y mucho trabajo en las ayudas defensivas hasta el ecuador de la primera parte. En ese punto del partido, el 'siete' anfitrión se estiró con dos tantos consecutivos que colocaron el 9-7 en el luminoso. Se echó en falta mayor nivel de dureza en la primera línea de la formación de Nava de la Asunción para dar el primer golpe en el mentón de un Puente Genil que siempre tuvo a tiro de vista a su rival en la tarde de ayer. Los pupilos de Paco Bustos se vieron obligados a prescindir de su conexión con el pivote para atacar la portería con latigazos muy duros desde el eje central. De esa forma firmó el empate a nueve tantos Poveda, con un caderazo directo a la escuadra ante el que nada pudo hacer la muralla local.

Fue el inicio de la remontada pontana, culminada por parte de Xavi Tua con un contragolpe desde el costado izquierdo. Ahí llegaron las principales dudas para los guerreros, con muchos problemas a la hora de hacer la transición defensiva después de pérdida. Pese a ello, Patotski se defendió con maestría y provocó la desesperación entre la interminable batería de lanzadores de la escuadra amarilla. Cuenta de ello dieron Mitic, Poveda y, sobre todo, David Estepa, quienes chocaron una y otra vez frente a una figura colosal que enfiló el túnel de vestuarios cerca del 50% de acierto durante la primera media hora de juego.

Con solo un tanto de distancia (12-13), el cuadro local encaró una segunda parte igual de intensa y competida por parte de todos los protagonistas. Desde el inicio, Paco Bustos apostó por Ahmetasevic bajo los palos visitantes, en una de las decisiones claves para el desenlace del encuentro. Su excelente labor revolucionó al equipo pontanés y cortocircuitó el ataque rival, incapaz de anotar desde sus laterales ni desde sus extremos. Tampoco pudo Darío Ajo en la zona de seis metros superar la figura, imponente, del guardameta bosnio. Baste decir que el meta del Ángel Ximénez firmó en su hoja estadística un 80% de acierto durante los primeros dos parciales de la segunda mitad.

Pese a ello, Fran Bernabéu echó el cierre a cinco minutos sin anotar con una recepción desde el extremo para elevarse y colocar las tablas en el marcador del Pabellón Guerreros Naveros (15-15, min. 40). Del intercambio de golpes y goles en ambos lados del parqué salió mejor parado el equipo de Puente Genil hasta que, de nuevo, Rodrigo Pérez Arce soltó el látigo desde el brazo derecho, a media altura, para volver a empatar un choque en el que la igualdad fue siempre la nota dominante.

A falta de quince minutos para el final, el jugador leonés, hombre orquesta del plantel dirigido por Zupo Equisoain, se echó de nuevo la responsabilidad sobre sus hombros y volvió a erigirse en el líder. No solo anotó los goles más espectaculares de la tarde, también desatascó al Balonmano Nava en aquellos momentos en que la pelota arde. El bloque ofensivo local supo frenar la efervescencia provocada por la entrada en la pista de Ahmetasevic a base de decisión y buenos lanzamientos. También ayudó a ello la exclusión de Javi García con 22-21 en el encuentro. Acto seguido, un espectacular fly a tres bandas provocó el tiempo muerto de Paco Bustos tras ver como el plantel de Nava de la Asunción no solo tomó distancias, sino que además empezó a gustarse ante su parroquia. Y es que este equipo parece otro desde hace unas fechas hasta aquí. Combativo, metódico e intenso en el lado defensivo, además de chispeante y decidido a la hora de encarar las porterías rivales. Una versión muy mejorada de una nómina de jugadores que muy poco tiene que ver con la imagen ofrecida en la primera vuelta.

Mantuvo la brecha abierta Adrián Rosales con un potente salto sobre la defensa para descargar el brazo sin que Ahmetasevic pudiese adivinar la trayectoria del balón. Una distancia de dos goles que, sin embargo, dio sensación de insuficiente ante la calidad en ataque de los hombres del Puente Genil. Prueba de ello fue la reacción inmediata de Juan Castro, con pase por la espalda al pivote para habilitar a Javi García. Aroma leonés en ambos equipos, con Rodrigo Pérez Arce comandando a la escuadra navera y Juan Castro capitaneando a la nave pontanesa para adentrarse en un final de infarto. Entre ambos jugadores, productos de la prolífica cantera del Ademar de León, firmaron quince goles y se convirtieron en las principales armas ofensivas para sus respectivos entrenadores.

Con un solo tanto de renta encaró el Viveros Herol los dos últimos minutos del duelo, en los que cuajó una actuación sobresaliente. Ni siquiera el golazo de Mollino con tiro tras bote arrugó a un plantel que continúa imparable en su objetivo de permanecer un año más en la máxima categoría del balonmano nacional.