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Antes de medirse a domicilio al Bada Huesca, Zupo Equisoain, poco amigo de hacer balances sin haber alcanzado el ecuador de la temporada, pensaba que sería un buen balance sacar en los tres últimos partidos de Asobal antes de que llegase el parón navideño tres ... puntos. Eso antes de lograr arrancar un punto en dicha salida. Ahora queda afrontar el último partido en casa este sábado y una complicadísima visita a Pamplona, la tierra precisamente del entrenador navero, para cerrar el capítulo de la competición de la regularidad hasta el mes de febrero del próximo año. Cabe entender, por tanto, que al hablar de tres puntos, porque Equisoain nunca da cifras al azar, contaba con la victoria en casa frente a Benidorm y un empate en las dos salidas.
Ahora mismo el equipo afronta la jornada 14 en la quinta plaza de la competición con 14 puntos. Es precisamente el equipo que encabeza el segundo grupo de una liga en la que nadie cuenta con el Barça, independientemente de que en los despachos terminen dándole por perdido su partido ante Torrelavega; pero donde Bidasoa, Granollers y Logroño han abierto una pequeña brecha de cuatro puntos con el resto. Ganar a Benidorm puede tener un efecto doble, porque además de sumar 16 puntos y poder atenuar, dependiendo de resultados, esas diferencias, lo que sí se va a hacer es hundir en la tabla a un equipo que está en el grupo de los 10 puntos conformado en estos momentos junto a Cuenca, Ademar y Valladolid. Ahí está la brecha con la que Balonmano Nava sí debe generar distancias, puesto que por debajo de esos diez puntos solo están los equipos que menos regulares están siendo: Torrelavega, Sinfín y un casi desahuciado Antequera, que únicamente ha sumado dos puntos en toda la liga.
Con la dinámica que está manteniendo el Viveros Herol Nava en esta temporada, casi parece fácil la suma de puntos que atesora en estos momentos. Pero tomando perspectiva, la temporada pasada el equipo alcanzó los 15 puntos, uno menos de los que tiene ahora, exactamente el 6 de abril, tras ganar en un partido muy sufrido a Cisne. Esa victoria frente a los gallegos culminaba lo que fue la base de la remontada, porque los jugadores que ya por entonces tenían a Equisoain en el banquillo, lograban sumar cinco de ocho puntos posibles y colocarse en situación privilegiada sobre el resto de competidores por la dura carrera de no descender.
Firmar más de 15 puntos tras las primeras quince jornadas podría poner al vestuario en la tesitura de variar el discurso inicial y buscar mayores motivaciones que la salvación, como por ejemplo esa Copa a la que ya se está apuntando fijamente.
La salvación la temporada pasada estuvo cara y la igualdad que está viviendo la Asobal en estos momentos invita a pensar que también habrá que superar los 20 puntos para no tener problemas. Quizá más bien 23. Tener 16 tras jugar en el Guerreros Naveros el sábado permite viajar a la cancha del Anaitasuna con mucha tranquilidad, poco que perder y un refuerzo grande para tener la salvación prácticamente hecha antes del cambio de año.
El rival que visita Nava se ha metido en un apuro gracias a unas circunstancias que guardan cierta relación con las del equipo navero la temporada pasada. Un brote de covid en la plantilla alicantina obligó a aplazar dos encuentros el mes pasado, frente a Torrelavega y Granollers. En estos momentos el calendario está tan apretado que se han visto obligados a tener que disputarlos en diciembre, con lo que antes del parón van a tener que jugar nada más y nada menos que seis partidos de Asobal y el de la primera ronda de Copa del Rey. Hace apenas cinco días ya claudicó frente a Logroño por puro agotamiento, ya que algunos jugadores no están totalmente recuperados tras sufrir el virus y el ritmo de un partido que empezaron ganando les terminó atropellando.
La clave para Balonmano Nava está precisamente en volver a imponer ese ritmo alto que han conseguido en algunos encuentros, sobre todo precisamente en casa. Para eso, Zupo Equisoain ha estado incidiendo en una mejora defensiva en su equipo. Con toda la plantilla disponible, aunque Vujovic todavía arrastra el golpe sufrido en las costillas en el último partido de casa, el entrenador navarro pretende recuperar ese espíritu de proponer un muro agresivo difícil de franquear, recuperar las prestaciones tan importantes de la portería y que Nava pueda volver a correr como en el inicio de la temporada. Un par de últimos esfuerzos antes de afrontar el compromiso de Copa, el día 15 en Soria, competición que también gusta.
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