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El Viveros Herol Nava empieza a descubrir su nueva piel. Sin Agus Casado, ya en tierras riojanas, Rodrigo Pérez Arce apunta a hombre clave. El leonés resolvió en los minutos finales un partido que los segovianos vieron perdido ante un Guadalajara solvente y ... su eterno portero, un campeón del mundo como José Javier Hombrados. La otra es que Patotski es un meta solvente y que los naveros, aún con muchas piezas que engranar, tienen cuajo de sobra para afrontar un periodo de transición en su temporada más incierta.
Balonmano Nava
Patotski, Bernabéu (5), Felipe Mota (4), Jorge Silva (3), Darío Ajo (2), Lukas Simenas (2) y Óscar Marugán, siete inicial. Rodrigues, Nicola D'Antino (1), Moyano (1), Carlos Villagrán (1), Rodrigo Pérez Arce (6) y Andrés Alonso.
25
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22
Balonmano Guadalajara
José Javier Hombrados, Gallardo, Paredes, Savini (1), Dariel, Arthur (4) y Mouriño, siete inicial. Romanillos, El Korchi (3), Alberto Sanz (1), Román (2), Rodríguez, Gallardo (2), Paredes, Mouriño (3), Álex López, Dariel García (1) y Alberto Díaz (5).
parciales. 2-2, 3-3, 5-5, 7-7, 8-8, 9-11 (descanso), 13-15, 15-18, 18-18, 22-21 y 25-22.
Con dos guardametas de entidad, no sorprende que el partido arrancara con ellos al timón. Tanto Patotski como Hombrados detuvieron el primer tiro de siete metros, todo un síntoma de lo que vendría. Nava, que tardó más de cuarto de hora en anotar en Logroño su primer gol de la temporada, encarrilaba alguna pérdida de más en ataque y el Guadalajara, muy solvente en la circulación, se encontraba en más de una ocasión con el voluminoso meta local, exigido por la baja de Yeray Lamariano.
Ante el dominio de las defensas, tocaba sacar rédito a las transiciones. Lo hacía el Nava, acertando desde el medio campo con un tiro que pilló despistado a los alcarreños, que respondían con una fugaz conra culminada por Dariel García. Eran las excepciones de un duelo granítico donde el ataque era un combinado de piedra. Apenas diez goles (5-5) en el primer cuarto de hora.
Terminó mejor el primer tiempo el Guadalajara. Hombrados tiró de experiencia para frustrar, haciendo la estatua, una zambullida de Vujovic desde el extremo y exhibió condiciones de fútbol americano con un pase milimétrico a la carrera de Román, que calcaría la acción minutos después. El Nava era una macedonia ofensiva, desde el gigantón lituano Simenas, que demostró maneras en el pase, al menudo Pérez Arce.
Así las cosas, el Guadalajara cerró el primer tiempo con un parcial de 6-2, aprovechando una sequía local de seis minutos sin anotar. El cuadro visitante se sentía más cómodo, con Paredes como director de orquesta y más acierto en el lanzamiento exterior. De haber tenido más acierto Gallardo, que falló varios tiros desde el extremo tras una circulación notable de sus compañeros, la brecha podría haber sido mayor del 9-11 que marcaba el electrónico.
Dos primeras partes sin alcanzar los dobles dígitos en anotación eran síntoma evidente para explicar las carencias ofensivas del Nava, necesitado de un cambio de tercio. No ayuda tener enfrente a un coloso como Hombrados, que eleva la edad a la categoría de experiencia y lo luce en su dorsal. Le paró a Nico D'Antino –el mejor tirador navero del curso pasado- un tiro de siete metros con los brazos arriba. En algunas culturas, Joseja podría ser el abuelo del italiano. Y la acción, aparentemente baladí, frustró una superioridad numérica de los locales. Una bala menos para remontar.
La baza de los segovianos fue la circulación. Llegaron más balones a Darío Ajo y, aunque no lo aprovechara para su cuenta personal, desequilibraba la defensa morada. Pérez Arce anotó al filo del minuto 40 el primer penalti segoviano –a la tercera, con el tercer lanzador, fue la vencida- pero los visitantes mantenían la delantera. Por momentos, Joseja rejuvenecía y emulaba la figura de Benjamin Button. El meta detuvo un tiro a seis metros a Darío Ajo, un tiro exterior a Mota y Mouriño canjeaba la transición. Máxima ventaja visitante (13-16) y tiempo muerto local para frenar la sangría.
En un choque con tan poca anotación, tres goles son una renta destacable. Y los alcarreños encontraban muchos sumandos en su arsenal. En esas, Mota fue asumiendo galones y tuvo buenos minutos, con un tanto de mérito, una asistencia notable y otro tanto a la contra. De repente, el partido que Guadalajara tuvo a tiro para ganar de cuatro –Rodríguez estrelló al palo un tiro a placer–lo empataba (18-18) Bernabéu con el gol de la tarde: un tiro por la espalda mientras de desequilibraba en el aire por el empujón de Paredes.
Con Mota y Bernabéu acertados, la producción ofensiva subía enteros. Resistían los alcarreños con goles de mérito como la colgada que embocó Savini. Pese a que el Nava erró una transición franca –Mota le dio un balón demasiado largo a Bernabéú– Jorge Silva anotó a continuación y dio a los locales su primera ventaja en media hora de juego. El Guadalajara paraba el partido por última vez con seis minutos por jugar.
El Nava, granítico en defensa en el tramo final, se llevó la contienda por frescura. Pérez Arce amplió la cuenta con uno de sus goles marca de la casa, cayéndose mientras suelta el balón a siete metros. El Guadalajara, que ya sentía en sus piernas las llamas del brasero, falló el siguiente ataque y el leonés aseguró la victoria desde los siete metros ante el imponente Hombrados. Aún le dio tiempo a ampliar la renta en un contragolpe y a cometer pasos. Con todo, el desenlace fue más plácido de lo esperando. Acabado el partido, no hubo choque de manos entre jugadores y aficionados, una tradición de fraternidad que tendrá que esperar a mejores tiempos sanitarios.
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