Tras dos semanas de preparación fuerte, Balonmano Nava afrontó su primer test de pretemporada en casa y frente a un equipo recién descendido la pasada campaña como el Villa de Aranda. Muchos reajustes en los dos equipos que empezar a trabajar y eso hizo que ... la entrada en juego fuera lenta, como perezosa. Pesaba el físico y las piernas tras esas semanas de carga física y faltaba, evidentemente, la chispa propia de la temporada. En esa tesitura, la calidad iba decidiendo claramente del lado de los naveros los lances del partido, aunque eso no era lo realmente importante. Lo importante era que los fichajes fueran empastando con el resto del equipo y eso, a tenor de lo visto sobre la cancha, lleva ritmos diferentes para cada uno.
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Se vio entonadísimo y en muy buena sintonía a Prokop, autor de cinco tantos. Los mismos que un Vujovic que parece que continua en la línea en la que terminó la pasada campaña. Para el resto, el ritmo de adaptación va yendo un poco más lento, aunque Carró dejó buenas muestras de lo que puede dar de sí en el pivote ofensivamente, igual que Jukic. El griego Tsanaxidis, que puede jugar como pivote y como central en defensa, mostró detalles más discretos en un partido en el que, al descanso, parecía que Balonmano Nava no iba a sudar tanto; pero mediada la segunda parte subió la exigencia de los arandinos. Una prueba interesante que no deja de ser la primera.
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