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En un más que animado entrenamiento matinal del Recoletas Atlético Valladolid por la presencia un nutrido grupo de escolares de La Cistérniga, un jugador llama poderosamente la atención: Manu García. El extremo zurdo ha comenzado a entrenar ya con el grupo, aunque todavía está ... en pleno proceso de readaptación después de más de un año lejos del 40x20. La mala suerte se ha cebado con él. Primero la operación de menisco y luego la lesión de ligamentos, para acabar en agosto con un edema óseo. Una temporada en blanco y, como él mismo reconoce, con muchas ganas de volver a la cancha a jugar a lo que más le gusta, el balonmano.
El arandino, ante su próxima y esperada reaparición, atendió a los medios en la sala de prensa del polideportivo Huerta del Rey. Señaló que «poco a poco, superado el edema óseo, estoy empezando a entrar en pista junto a mis compañeros, adaptándome a lo que es todo el trabajo de juego con balón».
«En estos primeros días de entrenamiento intentas ir con mucho cuidado y bastante miedo», prosiguió. «Pero estoy contento, no noto nada que me impida hacer algún movimiento. Es todo más cosa de cabeza, algo que con el tiempo irá desapareciendo».
El extremo derecho del Recoletas no tiene fecha para su reaparición: «Estoy a expensas de cómo me vaya adaptando. De momento todo va bien. Cuando me digan los médicos, adelante».
En total, el arandino lleva más de un año sin jugar un partido oficial con su equipo. «Entre unas cosas y otras, con la primera operación de menisco, luego con el cruzado y posteriormente con el edema, llevo más de un año sin entrenar. Ha habido momentos en los que se ha hecho duro. Pensar que ya estás para jugar y tener que volver a parar... Espero que esta vez sea la buena. Tengo mucha ilusión y ganas de volver a jugar», indicó.
Reconoce que la familia y los amigos han sido su apoyo en los momentos tan duros que ha tenido que pasar. «La gente más cercana siempre ha estado ahí. Eso es una suerte, pues en los malos momentos te das cuenta de lo que tienes. Habría que valorarlos más. Me he dado cuenta de que estoy muy bien rodeado», aseguró.
No escondió que tiene «muchas ganas de volver a jugar, de estar con el grupo». Tampoco que durante un periodo tan largo de inactividad por culpa de las lesiones ha pasado por su cabeza la posibilidad de colgar las zapatillas. «Piensas tantas cosas que es inevitable planteárselo, pero siempre he tenido la ilusión de seguir intentándolo. Hago esto porque el balonmano es lo que más me gusta y quiero seguir haciéndolo», subrayó.
Agradeció al club el apoyo que le ha brindado en unos momentos tan complicados. «Dentro de la mala suerte que supone lesionarse, hacerlo en Valladolid siempre es un poco mejor que hacerlo en otro lado. Me siento muy afortunado por ello», concluyó.
De momento, Manu García ve el final de tan oscuro túnel provocado por las lesiones. No tiene molestias y el proceso de readaptación marcha por el camino correcto. Pronto podrá hacer lo que más le gusta, jugar al balonmano.
El Recoletas, que hasta el próximo miércoles no reanuda la liga en casa frente al Benidorm, juega este viernes (19:30 horas) un encuentro amistoso contra la selección española júnior. En el combinado nacional habrá un representante de los gladiadores azules, el central Alejandro Pisonero. El técnico del Atlético Valladolid no podrá contar para este choque con el lesionado Dimitar Dimitrioski y los ausentes José de Toledo y Nicolo D'Antino, convocados por Brasil e Italia, respectivamente. La entrada para ver el choque es gratuita.
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