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Carambola, casualidad, infortunio... Hasta maldición. ¿Qué posibilidades hay que en cosa de días se lesionen dos jugadores en una misma posición? ¿Qué probabilidad hay que esos jugadores –o jugadoras– sean ambos porteros? ¿Y qué oscura estadística matemática se cumple para que esto se repita en ... el mismo escenario, pero con dos equipos diferentes?
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Juan Diez-Regidor
Es la historia de la última semana del Caja Rural Aula, una que conocen a la perfección sus homólogos chicos en el Recoletas Atlético Valladolid. La de quedarse sin porteros de golpe y porrazo y ver cómo peligra mucho más que el devenir de un partido. El tema es tan serio, que el Recoletas esta temporada tiene tres guardametas, después de ver cómo la pasada campaña las lesiones debajo de los palos estuvieron a punto de truncar los objetivos del club.
Caja Rural Aula Valladolid
Carmen Sanz (11 paradas), Marcela Arounian (4), Claudia Moreno (5), María O'Mullony (4), Lorena Téllez (1), Amaia (5), Martina Romero (1) –siete inicial– Adriana (p), Angie Zürni (3), Jimena Laguna (1), Nerea Patiño (1), Inoa Lucio, Savina Bergara (-), Isabel, e Irene Botella.
25
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Conservas Orbe Zendal Bm Porriño
Ana Belén (5 paradas), Ekaterina Zhukova (4), Casasola (9), Malena Valles (2), Carolina Bono (5), Sarai Samnartín (1), Maddi Bengodetxea (1), Lucía Laguna (2) –siete inicial–, Fátima (p), Alicia, Aitana (1), Maider (2), Paulina, Marta Martínez, Andrea y Daniela Moreno (2).
Árbitros: Alejandro Hoz Fernández y Axel Riloba Pereda (Colegio Cántabro). Excluyeron a las locales Martina Romero, Amaia y Jimena Laguna; y a las visitantes Sarai, Alicia, Ekaterina y Aitana.
Parciales: 3-3, 5-6, 8-8, 8-10, 11-11, 12-14 (descanso), 16-16, 17-19, 18-22, 20-25, 21-27 y 25-28.
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada de la Liga Guerreras Iberdrola jugado en el Polideportivo Huerta del Rey ante 350 aficionados.
En el Aula conocen ya la historia. Lo que no esperaban es que anoche, ante el Balonmano Porriño, y pocos minutos después de que toda la plantilla portase una pancarta de ánimo para Alicia Robles, portera que tendrá que pasar por el quirófano para solucionar unos problemas de espalda, Carmen Sanz, también caería lesionada.
Era el minuto 23, y una parada de Carmen abajo y con las piernas en una situación no habitual, dejaba a la guardameta tirada en el suelo. La cara de Salva Puig era un poema, mientras en la banda calentaba una 'niña' de 16 años, Andriana Alonso, que tendría que salir para ponerse delante de uno de los equipos más agresivos que han pisado la pista vallisoletana en los últimos tiempos.
¿Presión? Toda. La misma que tuvo que soportar Carmen para regresar al campo, para conocer poco después por boca de su entrenador que ya arrastraba molestias en el abductor, pero que las circunstancias habían provocado que la jugadora «forzara». Regresó la '12' al campo con la ovación para la juvenil, pero el drama estaba ahí ante una jugadora que sufría en todo los balones que iban abajo. Demasiado hizo la cancerbera por mantener al equipo en el marcador, y que el resultado al descanso fuese solo de dos goles por detrás para las vallisoletanas (12-14).
La primera parte había estado marcada por un buen arranque de ambos equipos, con dos buenas conexiones con Marcela en el pivote; pero a las que respondían de igual forma las gallegas, con una Micaela Casasola, que completó un gran encuentro en Valladolid, con nueve goles.
Sin embargo, el plus del BM Porriño no está en su variedad de tantos, recursos ofensivos, deleite de pases imposibles... No. Lo que hace a la perfección el equipo gallego es la defensa. En el momento que las visitantes cerraron los lanzamientos de seis metros, el Aula se quedó en los ocho goles, y la sensación de que jugadoras como la rusa Ekaterina Zhukova podía estar 'repartiendo' toda la tarde... (Que se lo digan a María Prieto). Lo mismo con Maddi Bengoetxea, que con acciones sobre la falta, secó a todas las jugadoras blanquiazules que se le aproximaban.
Sin embargo, y con todo en contra, en un partido que tampoco fue brillante de las de Salva Puig –con muchísimas pérdidas–, el equipo salió bien en la segunda mitad. Empató a 16 y plantó cara hasta que una acción con 7-0 –quizá para preservar a Carmen– terminó con la guardameta corriendo para volver a la portería y tratar de detener una contra de las gallegas. Una carrera que en su cara se vio el desgarro, la rotura y los problemas que se avecinan en el club vallisoletano. Era el 17-21, minuto 42, pero de ahí en adelante, el Porriño fue incrementando la diferencia hasta ponerse 21-27 y dosificar la ventaja hasta el resultado final. Lo mejor, que debutó la joven Isabel Blanco, de 18 años, en una derrota en la que se perdió mucho más que un partido.
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