El lateral Andrés Moyano llama a la ilusión para el retorno competitivo

Dentro de lo movida e irregular que fue la temporada pasada, a él se le complicó por una lesión que no le permitió crecer jugando. A principio de temporada dice que encontró de nuevo la mentalidad, «me dije a mí mismo que ahora sí», cosa que se juntó con un cambio de rol y un aumento de confianza. «El entrenador me dio la confianza que necesitaba, yo tenía también esas ganas y esa confianza. Sé que cuando tengo esa confianza puedo dar muchas cosas, pero tengo que ir alcanzando el nivel de a poco. No hubo un momento específico, ni un punto de inflexión, ni una fórmula concreta. Fue un proceso». Ese proceso paulatino le ha llevado a ser el segundo máximo goleador del equipo con 67 goles. Uno más que Rodrigo Pérez Arce y solo por detrás de Prokop. «Puedo dar más todavía», dice con una sonrisa; «hay que tener en cuenta que solo llevamos medio año».

Tiene razón con los tiempos, porque en tan solo un año las perspectivas del Viveros Herol han cambiado radicalmente. La llegada de Zupo revitalizó al equipo, pero también al club. «Todo está bastante mejor. Zupo es una entidad, no hay más que ver su currículum, y nos ha servido para cambiar por completo. Además de traer buenos refuerzos, el equipo ahora es más serio, más compacto».

Por eso, a pesar de que delante del entrenador navarro nadie se atreve a mencionarlo, las expectativas del vestuario ya van mucho más allá de la salvación. «Sí, sí, claro que sí», contesta sin dudar. «Ilusionarse nunca está mal. De hecho, ilusionarse es lícito y una parte muy importante de la motivación». Dicha ilusión hay que plasmarla sobre las canchas a partir del miércoles que viene, cuando llega el primer envite de la vuelta de las competiciones tras el parón internacional.

La doble eliminatoria de Copa, la vuelta de la Asobal en Cangas y la visita del Barça, el viernes 11 de febrero a las 21:00, al Guerreros Naveros van a marcar en buena medida la pauta. Sobre todo, claro, la Copa contra Ademar y el partido en Galicia. De los leoneses, Moyano dice que «son teóricamente fuertes, pero a la vista está que no les van las cosas como otros años. Como equipo tenemos ganas de alcanzar esa final de Antequera». El hecho de que ahora la Copa pase a disputarse a dos partidos le parece justo, más igualado y equilibrado.

Sobre los compromisos de liga, cada uno tiene pinta de ser bien diferente: «Cangas está jugando bien, pero es un equipo teóricamente ganable. Lo del Barça es otra cosa». De los azulgrana habla entre risas, porque ese partido se sitúa más en el campo de los deseos que de algo tangible. Incluso, si el equipo muestra una cara como la que mostró en el Palau. «Jugando a ese nivel en casa, tienes más posibilidades. Además, el Barça tampoco es el mismo de la temporada pasada». Con todo y eso, con ese partido nadie cuenta para los cálculos finales.

Con lo que sí se cuenta es con que el equipo entra ahora en el momento en que hay que refrendar todo el trabajo de la primera vuelta, porque si no de poco serviría. Para ello se ha trabajado en esta pequeña segunda pretemporada. Sobre todo el aspecto físico: «Hemos terminado muy exhaustos al final de la semana, pero nos ha servido para coger más fondo, que va a ser necesario. Hemos sido pocos, por los compromisos internacionales, y ha habido que completar entrenamientos con chicos del filial». Ese ha sido quizá el problema que ha tenido que afrontar el equipo.

Seguramente por eso tampoco ha jugado demasiados amistosos. Y eso que los internacionales han vuelto bien y sin lesiones. «Cansados», dice Andrés Moyano, «pero es lo normal. Poco a poco se han ido integrando y vamos a tenerlos para el inicio».

El miércoles este ilusionante Balonmano Nava retoma el camino hacia, esperan, algo más que la salvación. Y Moyano quiere seguir a la cabeza.