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Aimaia González de Garibay, en un partido con España. EFE
Balonmano

Huerta del Rey recupera a su Guerrera

Amaia González de Garibay retorna al Aula Alimentos de Valladolid, su club de siempre, para recuperar el nivel que le llevó a ser internacional absoluta con España

Víctor Borda

Valladolid

Jueves, 28 de mayo 2020, 07:44

Es la guinda del nuevo proyecto del Aula Alimentos de Valladolid. Pocas veces el retorno de un deportista al club en el que se formó y se dio a conocer como jugadora de primer nivel produce tal impacto. El Aula Alimentos de Valladolid ha recuperado ... a su Guerrera, a la jugadora que se convirtió en la primera internacional absoluta en la historia de la entidad. La extremo es, sin duda, un referente del ADN del club de Pajarillos. Después de tres años en Baracaldo y una grave lesión de rodilla que le tuvo diez meses en el dique seco, Amaia regresa para recuperar el nivel que le llevó hasta la selección española. Sabe que, con la exigencia de Miguel Ángel Peñas detrás y su talento, puede conseguirlo. Vuelve Amaia 2.0, una versión con más experiencia pero con el mismo hambre de conseguir lo máximo.

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La pregunta es por qué ha decido regresar al club de Pajarillos. Y la respuesta es rotunda. Vivimos una situación de crisis sanitaria que «nos ha pillado a todos por sorpresa. A ello se une una importante incertidumbre económica que va a afectar sin duda al balonmano femenino. Quería centrarme en mi carrera profesional como maestra. Allí (País Vasco) tenía el inconveniente del idioma y aquí, en mi casa no. No se sabe cómo va a ser la liga. Había muchas incógnitas y considero que era un buen momento para regresar al que ha sido mi club desde hace muchos años. Era, sin duda alguna, el momento perfecto para volver a Valladolid».

No esconde que la crisis económica que acompaña a la pandemia va a tener una mala influencia sobre el balonmano femenino. «Seguro que nos toca, pues me temo que va afectar tanto a las subvenciones públicas como a las ayudas de los patrocinadores privados. Eso repercute en una liga tan débil económicamente como la nuestra», vaticina.

Reconoce que ha tenido la posibilidad de marcharse al extranjero, siguiendo el camino de muchas compañeras de selección, «pero creo que no compensa arriesgarte en esta situación, por lo menos a mí, que tengo otras prioridades. No es un buen momento para intentarlo. Puede que llegue un momento en mi carrera deportiva, dentro de unos años, con más edad y experiencia, en el que me atreva a marcharme fuera. Tiene que pillarte en el momento y el lugar adecuados».

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La pregunta resulta obligada: ¿En qué ha cambiado la Amaia que se fue a Zuazo de la que regresa a Huerta del Rey? La extremo lo tiene claro. «He aprendido a ser jugadora viniendo de fuera, de otro club. Siempre había jugado en el equipo de mi ciudad. Salir te permite empatizar más con la gente y asumir una figura de liderazgo con las más jóvenes, que te miran con cierta admiración, algo que no había tenido en Valladolid. Te haces más independiente y aprendes a buscarte tú la vida. La verdad es que me sentido muy bien los tres años en los que he estado en Zuazo. Me acogieron como una familia».

No esconde que su objetivo es recuperar el nivel que tenía antes de la lesión de rodilla, el que le abrió las puertas de las Guerreras. «Me gustaría regresar a la selección. Mi salida de la misma no fue por una decisión deportiva, sino que se debió a mi lesión. Fue muy duro. En mi cabeza siempre ha estado volver al lugar donde estaba cuando me lesioné. La selección ha conseguido grandes resultados como el subcampeonato mundial y resulta muy complicado poder entrar de nuevo», explica.

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Su técnico para la nueva temporada, Miguel Ángel Peñas, no esconde que siente predilección por esta jugadora que entrenó desde muy jovencita. Asegura que se ha comprometido con Amaia a que vuelva a ser la extremo que alcanzó la internacionalidad absoluta. «Su regreso no ha hecho feliz a nosotros y a los aficionados», reconoce el entrenador del Aula Alimentos de Valladolid.

La ya mencionada lesión supuso un serio contratiempo a Amaia González de Garibay. Fue nada menos que la rotura del ligamento cruzado anterior y el menisco. «Estuve desde septiembre a mayo más los dos meses de verano sin jugar», recuerda. «Fueron diez meses hasta que regresa a las pistas. Pero lo he superado y me encuentro bien físicamente y, sobre todo, mentalmente. La lesión me ha enseñado mucho, en especial a tener paciencia, pues quieres pero tu cuerpo no responde».

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Competición continental

Sueña con la posibilidad de que el Aula retorne a Europa con ella entre sus filas. «Sería una pasada. Este año las vi jugar competición europea, pues, cuando no juego contra ellas, soy una aficionada más del Aula. Me gustaría, pero me parece que este próximo año, con todo lo que está pasando, será complicado hacerlo por criterios económicos», menciona.

Afirma que la decisión de regresar al Aula la tomó «a mediados de abril al ver cómo evolucionaba la situación con la crisis del coronavirus. Hablé con Miguel (Peñas) y me dijo que casi tenía completa la plantilla, pero que por ser yo tenía un hueco en el equipo».

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Amaia también analiza el posible modelo de competición para la nueva temporada, con dos grupos de ocho equipos cada uno. «Lo veo bien. Eso sí, exige que debes exprimirte a tope desde el primer partido. En una liga habitual empiezas mal y tienes tiempo para recuperarte. En este caso, con un competición de dos grupos, no. Creo que viene bien para reducir el número de partidos de una temporada», destaca.

La gran noticia es que la Guerrera del Aula regresa a la que fue su casa, Huerta del Rey. Todo un verdadero lujo.

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