Borja Méndez, uno de los fichajes más destcados del Atlético Valladolid

El hambre del Torrelavega puede con el Recoletas

Los de Pisonero tienen mucho trabajo aún que hacer para integrar a los fichajes en la dinámica del juego

Sábado, 7 de agosto 2021, 20:34

Derrota del Recoletas en la primera prueba de temporada. Y a manos de un recién ascendio, el Bathco Torrelavega, que mostró más hambre, más ansia y más fe que los gladiadores azules. Los de Pisonero están muy lejos aún de ser el equipo que ... desea su técnico, y el trabajo que resta por hacer para que los fichajes se integren en la filosfía de los vallisoletanos se antoja arduo.

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Porque esa fue, precisamente, la intención más evidente que mostró Pisonero con el partido. La manera de jugar del Atlético Valladolid reclama un central que suministra balones al pivote y sepa cuándo ha de dar continuidad a los puntos de apoyo y cuando debe invertir el juego hacia los extremos. Borja Méndez lo sabe, vaya si lo sabe, pero todavía le falta el lógico punto de coordinación con Miguel Martínez y con Álvaro Martínez. Pero el nuevo cerebro de los del Recoletas apunta a tardes de gloria en Huerta del Rey.

Más complicado se apunta el problema en el centro de la defensa. Pese a contar con dos especialista defensivos como Rosell y Fischer, el eje del muro pucelano presentó más grietas de las aconsejables. Argentino y español son dos jugadores altos y con capacidad de robo, pero ya fuera por cansancio o por descoordinación, en demasiadas ocasiones estuvieron amerced de los cántabros.

Bien Lamariano en la portería. El vasco es un veterano que aportará mucho junto con el fiable César Pérez, ayer ausente de la convocatoria.

El que no ofreció sensaciones muy alentadoras fue Paolo Roki. Aún muy despistado y desorientado, el croata mostró maneras y un lanzamiento duro pero de momento poco preciso. Nada raro, por otra parte, dadas las alturas de la temporada en la que transita el equipo. No mucho mejor fue la presentación en sociedad de Basualdo. El argentino apenas brilló en el juego con el pivote y aunque mostró un brazo izquierdo con mucho potencial, le falta mucho para coordinar movimientos con el extremo y el central.

Todas estas probaturas aportaron a buen seguro mucha información a David Pisonero y Óscar Ollero, pero probablemente lo que más preocupó al duo técnico del Recoletas fue la caraja desorientada y descontrolada que sufrió el equipo en el inicio de la segunda mitad. Una buena primera parte fue depositada con mucho cuidado en la basura por el equipo en los compases iniciales del segundo acto. Pisonero se vio obligado a pedir, en ocho minutos, dos tiempos muertos.

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Tan elocuente dato explica por sí solo las razones por las que el Atlético Valladolid acabó volviéndose de Torrelavega con la sensaicón de que el partido se perdió en diez minutos, y que durante los otros cincuenta el equipo invirtió demasiado tiempo en remontar o en cogerle el punto de ritmo al encuentro. Y no era eso lo que quería el técnico, que más pensaba en poner sobre el parqué del Vicentre Trueba los conceptos tácticos que han ido trabajando en esta semana.

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