El fortín de A Sangriña, demasiado para el Caja Rural Aula

Fue entretenida la puesta en escena, con dos buenos equipos jugando de poder a poder. Comenzaron mandando las visitantes, pero una vez se puso por delante el cuadro local, solo un espejismo de 10 segundos le quitó la ventaja. En gran parte fue debido al mayúsculo partido de la portera Carratú, que no solo paró mucho, sino que realizó atajadas y desvíos propios de un concurso de habilidades. Para enmarcar la doble parada realizada a González de Garibay en un mano a mano, y desde el suelo, al rechace sin bote en forma de misil de Cifuentes.

La ventaja del Guardés fue aumentando poco a poco, curiosamente a partir del momento en el que estuvo por delante el Aula. Parcial de 4-0 y se complicó el encuentro. El equipo pontevedrés fue un tormento para las defensoras interiores del Valladolid, puesto que Pessoa, Gómez y Arcos abrieron grietas a su paso. Sin embargo, el ataque del equipo de Miguel Ángel Peñas no fue tan acertado. Lideradas por una Elba entonada como pocas veces, se chocaron una y otra vez ante el muro defensivo interior, y solo en pérdidas, contraataques o incisiones potentes de Danila pudieron hacer daño y gol. El cuadro visitante abrió muy poco el campo cuando en esos espacios estaba la diferencia. Además, dos exclusiones evitables y casi consecutivas en el tramo final no ayudaron a la hora de aguantar. De ahí la desventaja de seis tantos al descanso con el 18-12 que logró el Guardés sin apenas rotación, hecho remarcable sin duda.

Arrancó la segunda mitad de manera muy diferente a como acabó la primera. Reducción importante del ritmo goleador, incremento de errores sin llegar a lanzar, pero con la ventaja de las anfitrionas manteniéndose entre cinco y seis tantos, mientras los minutos seguían pasando. Pero Pessoa se volvió a adueñar del encuentro. La lateral local estuvo imparable en carrera, buscando espacios, desde los siete metros y en anotación en general, haciendo mucho daño al Aula. Ella misma puso en el marcador el 21-14 desde los siete metros, tras una exclusión a Cuadrado.

Todo parecía perdido por el marcador y las sensaciones, pero entonces, en el minuto 13, llegó el bloqueo ofensivo de las locales, que aprovecharon las visitante para recortar a cuatro goles la renta, por primera vez desde el ecuador de la primera mitad, obligando al técnico local a pedir tiempo muerto con 12 minutos por jugar. Danila lideró este amago de remontada con ataques muy poderosos casi individuales yéndose a por todas sin miedo. Las locales comenzaron a dudar en ataque, rozando el pasivo constantemente, y las pocas veces que superaban la defensa, emergía Lourdes Guerra como figura de esperanza. Tras más de siete minutos sin anotar, fue Pessoa la que rompió la sequía, pero el Aula ya estaba a tres tantos con Danila en modo superestrella dejando recursos de todo tipo. Pero cuando más cerca estaba la remontada, volvió el martillo pilón interior de Gómez marcando tres goles consecutivos y decidiendo el partido por el mismo resultado por el que había vencido el bando gallego en Huerta del Rey.