Pueden ser gestos residuales o aislados, pero no lo son. Alguien que hubiera llegado al pabellón en los últimos diez minutos de partido, preguntándose qué clase de celebración comunal se estaba dando allí, hubiera visto enseguida que aquello era una suerte de festín largamente anhelado. ... Un baile que se hubiera quedado suspendido en el tiempo para terminar estallando tal día como ayer. Gonzalo Carró cerrando los puños y emitiendo un grito gutural tras bloquear una bola enemiga; D´Antino saltando por la pista para abrazar a Filipe Mota tras anotar, mientras el equipo rival intenta atacar con las cabezas gachas; Pleh, portero suplente que ha disfrutado de tres momentos aislados bajo palos, sonriendo y batiendo palmas desde el banquillo al son de las de la grada. La idea que rondaba la cabeza de Zupo Equisoain era, sin duda, esa: llegar al corazón de la gente de Nava desde el primer día, porque así es muy difícil que nadie pueda sacar algún punto en ese fortín. Y la primera cornada se la llevó un teórico rival directo como el Balonmano Cangas.
Publicidad
Viveros Herol Nava
Patotski, D´Antino (6), Carlos Villagrán (1), Rodrigo Pérez (9), Prokop (4), Tsanaxidis (2), Filipe Mota (2); Vujovic (1), Andrés Moyano, Djukic, Pleh, Gonzalo Carró (2), Óscar Marugán (2), Rosales y Smetanka (2)
31
-
22
Balonmano Cangas
Javier Díaz, Brais González (2), Daniel Fernández (5), Soliño (1), Quintas, Gayo (1), Iglesias (1); Simes (1), Menduiña, Salgado, Alberto Martín, Forns, Asensio (9), Santiago López (2), Jenilson y Lucas
PARCIALES. 5-6, 7-6, 10-9, 12-9, 15-9, 17-11, 18-13, 20-14, 24-18, 26-20, 29-21 y 31-22
Continuando con el símil en términos taurinos, el rejón de muerte a los gallegos se lo puso un tipo discreto y silencioso como Patotski. El partido comenzó atorado, incluso algo loco, con demasiado goles en los primeros minutos y dos equipos intentando hacer la casa por el tejado, pero con alegría. Quizá excesiva. Y cuando Cangas tuvo la opción de, no solo llevar la iniciativa, sino ponerse con un par de goles o tres de ventaja y poder encauzar la faena con más pausa, emergió la figura del portero bielorruso. Desde la mitad de esa primera parte hasta el descanso, los visitantes anotaron dos goles por los nueve que habían logrado en los primeros quince minutos. Patotski detuvo en la primera mitad un cincuenta por ciento de los lanzamientos que buscaban la portería. Fue tal la exhibición que, tras una parada especial mente lucida, la grada coreó tanto su nombre que su habitual timidez dejó paso a un gesto muy torero de saludar al tendido con la mano derecha, como ofreciendo el partido por montera.
Y es que el partido se ganó ahí, en esos quince minutos de la primera mitad en los que todo se ajustó. Patotski firmó un gran final de temporada combinando bien en el trabajo diario con Lamariano y, en esta ocasión, en un mes se nota que la relación que mantiene con Pleh es igual de buena o hasta mejor. El segundo portero salió a buscar detener tres siete metros: uno entró, otro se marchó fuera y el tercero lo detuvo y se marchó enseguida sonriente señalando a su compañero en el banquillo y buscando su abrazo. Entre ellos dos hay sintonía, cosa que también sucede entre las torres gemelas que ha construido Nava y que han emergido en Asobal justo un 11 de septiembre. El dúo conformado por Tsanaxidis y Carró tuvo muchos minutos en pista juntos defensivamente. Son duros, intensos, grandes y fuertes. Cada acción defensiva en la que dinamitaban por cualquier vía a los hombres rivales, Zupo la celebraba cerrando los puños y apretando los dientes como si él también hubiera puesto su propia fuerza física al servicio de aquella barrera humana. Tras cada acción, se buscaban con los ojos y chocaban las manos. Si lo que se pudo ver en el primer partido es únicamente el inicio de esta relación en partidos oficiales, pueden dar de sí muchísimo.
Porque luego está el imberbe Smetanka, un muchacho eslovaco internacional sub-19 al que Zupo este verano echó el lazo porque le entró por ese ojo que prevé carreras en este deporte. Fichado para el filial en un principio, ya en el primer partido tuvo minutos y, estando muy nervioso, tanto que según el entrenador ni siquiera estaba entrenando del todo bien, se liberó en la pista. Ligero, veloz, suelta la bola con precisión y elegancia. Las combinaciones con los extremos que pasaban por sus manos enseguida adquirían una velocidad extrema. No ha sido de los fichajes más anunciados ni celebrados, pero en el primer envite oficial ya dejó claro que sacarle de la dinámica del primer equipo va a ser difícil. Se le ha hecho contrato largo, porque con 19 años se supone que todavía ha de tardar en explotar. A este ritmo, no va a tardar nada en hacerlo.
Publicidad
Sí es cierto que hubo detalles que al ojo del público, enfrascado en una gran fiesta y disfrutando de cada acción, se le escaparon o no le importaron, pero sí a Equisoain. Como que el equipo, en determinados momentos de la segunda mitad, quiso rizar el rizo demasiado en ciertos ataques. El navarro incluso llegó a pedir menos pases, porque los suyos desestimaban opciones de lanzamiento rápidas, quizá buscando otras más bonitas de cara a la galería. Un pequeño pecado que se podía cometer mientras un rival de tal calibre como el Frigoríficos Morrazo caía incapaz de reaccionar, ni siquiera de acercarse en el marcador, con un lenguaje gestual absolutamente opuesto al navero.
Solo es la primera victoria. No deja de ser extremadamente importante, pero nada más. Si, como dice su entrenador, el equipo solo está al sesenta por ciento de su nivel, estos dos puntos son mucho más que eso. Porque dan, formalmente, para pensar en objetivos que se escapan al principal y muy por encima. No obstante, aunque Nava ha dormido con unas ilusiones desmesuradas, en la segunda jornada llega el Barcelona fuera para poner de buena manera los pies en el suelo. Después, si el nivel sigue manteniéndose o incluso subiendo, va a ser muy complicado restarle puntos a este equipo en casa. Pinta todo bien y ahora hay meses por delante para refrendarlo y no caer en el error de la autocomplacencia. Aunque eso, sabiendo quién lleva las riendas, no va a ocurrir con total certeza.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.