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Miguel Camino ya se creía héroe. Casi tuvo que parar a sus compañeros para que no le manteasen cuando en el electrónico quedaban por jugarse poco más de quince segundos. El Atletico Recoletas Valladolid ponía por medio del extremo el 40-39 en el marcador, ... y el público saltaba de los asientos en lo que parecía una nueva victoria del equipo de Pisonero, que tiene en Huerta del Rey su particular fortín, y que crece jornada a jornada.
Sin embargo, el BM Logroño La Rioja no era el equipo propicio para adelantar celebraciones y alegrías... No. No lo era, porque durante todo el partido, cuando parecía que los locales abrían hueco en el electrónico, enseguida llegaba la misma contra –sí, la misma, una y otra vez– para acortar distancias e, incluso, empatar.
Recoletas Valladolid
Juan Bar (6 paradas); Pedro Martínez, Edu Calle (5), José Toledo (1), Manu García (1), Lucas Ribeiro y Karapalevski (2) –siete inicial–, Forns (2 paradas); Oliveira (4), Gedo, Álvaro Martínez (5), Miguel Martínez (7), Dimitrioski (1), D'Antino (6), Camino (1) y Herrero (7).
40
-
40
BM Logroño
Xoan Ledo (8 paradas); Preciado (7), Cadarso (5), Pergel (8), Uríos (6), El Korchi (3), Zaja (1) –siete inicial–, Zarzuela (4), Thiago (2), Tua (2) y García (2).
Árbitros: Raúl Oyarzún y Aritz Zaragueta (Colegio Navarro). Excluyeron a los visitantes Preciado y Zaja; y a los locales Gedo y Pedro Martínez.
Parciales: 1-2, 5-5, 9-6, 10-10, 15-14, 19-17 (descanso); 23-21, 27-25, 30-29, 32-32, 36-35 y 40-40.
Incidencias: Polideportivo Huerta del Rey. 1.200 espectadores. En los prolegómenos se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la DANA en la Comunidad Valenciana.
Así fue en la última jugada. El balón le llegó a Preciado en el lateral derecho del ataque riojano y encontró el hueco en un partido de defensa blandita por parte de los dos equipos y de mucha efectividad en los ataques (casi del 80% en el caso del Recoletas). Preciado lanzó por abajo y se encontró con el 'Arco de Triunfo' de Juan Bar, por cuyas piernas se coló el balón del jugador visitante. 40-40, y de la alegría a la decepción, en un partido en el que los vallisoletanos fueron mejores durante buena parte del choque, con muchos brotes verdes que resaltar, como la actuación del canterano Pablo Herrero. El lateral internacional fue el máximo anotador de los locales, junto a Miguel Martínez, con siete goles. Y durante muchos minutos se convirtió en la pesadilla de la defensa de los de Miguel Ángel Velasco.
Si Pisonero quiere que el aporte ofensivo se reparta, el guión salió a la perfección con muchos jugadores viendo portería, en un encuentro donde parecía que podría salir el último integrante del banquillo para encontrar el pasillo hasta la meta defenida por Juan Bar, en el caso del Recoletas; o de Xoan Ledo, si aludimos a los palos de los visitantes. Tampoco fue la noche de los guardametas, mal acostumbrados en los últimos partidos al alto acierto de Bar y de Forns en el caso del cuadro azulón.
No es de extrañar que con esos moldes, que los locales llegasen a tener una ventaja de tres goles no era para nada definitorio. Porque es que del 38-36, con Gustavo Oliveira haciendo el avioncito, en el mejor partido del portugués en Huerta del Rey, se pasaba a 38-37, con... Sí. Cadarso [les sonará al final de la crónica]. Que Miguel Martínez hace el 39-37, que allí va Cadarso para dejarlo a un gol sin casi dar tiempo a la realización de la televisión a cambiar de campo.
Ese fue el guión de un partido, en el que los riojanos comenzaron mandando en el marcador y en el que, por sorpresa que parezca a tenor del resultado final, al Recoletas le costó más de tres minutos estrenarse con un Martin Karapalevski que no termina de encajar. Y en el momento que los de Pisonero cogieron las riendas (6-5, min. 10) ya no las perdieron hasta el final, con empates rápidos de los visitantes, pero también con un 26-22, tras el descanso que hacía recordar a lo del día del Cangas, en el partido inaugural. Sin embargo, no habían pasado ni 30 segundos de ese minuto 38, y Xavi Tua hacía dos goles idénticos, que dejaban a las claras la fragilidad defensiva.
Así que remó el Recoletas. Trató de estirar el resultado con D'Antino reaparecido para la causa, y un espectáculo desde los siete metros (cuatro de cuatro), pero el equipo pagó el boquete atrás esta vez sin Bar ni Forns para taponarlo.
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