La etapa de Salva Puig en el Aula arranca con buena mano

Las chicas del Aula salieron con ganas y se aprovecharon de la timidez inicial de las riojanas, que parecían las invitadas a una fiesta que no se atrevían a meterse mano a la bandeja de los canapés. Tardaron seis minutos en firmar su primer gol en juego, y para entonces el Aula mandaba con un 4-1 que presagiaba un marcador muy elevado.

No fue así porque la ventaja hizo parpadear las luces locales, que destinaron una cuerda a la que agarró el Sporting para llegar al empate (5-5), tanteo que ni siquiera alcanzó la categoría de espejismo porque bastaron un par de arreones para recuperar las distancias. Las circulaciones del balón encontraban con facilidad a la pivote, primero con Arounian, después con Botella, y las exclusiones hicieron el resto para marcar dos goles con la portería abierta, uno esos goles marcado por Carmen Sanz desde su área. La consecuencia fue el 14-8 del descanso, un gol por debajo de la máxima diferencia de siete.

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La segunda parte repitió el guion, parecía que en cualquier momento el tanteo se iba a disparar; hasta que llegó la segunda bajada de tensión de la tarde, apareció el brazo de la montenegrino Novovic, la bravura de Correia desde el extremo, y el margen se estrechó al 21-17. Una buena parada de Robles, una buena piedra de bóveda con Arounian y los galones de O'Mullony fueron suficientes para recuperar el colchón de los siete goles y ahogar las ilusiones de un Grafometal que nunca creyó en la remontada.