El estreno soñado por el Recoletas

El partido comenzó con un gol marcado de penalti por el recién fichado Carlos Pérez, que debía ser el uno de los puntales del conjunto local, pero el exjugador del Cívitas BM Guadalajara cayó lesionado a los dos minutos de juego en una acción fortuita en defensa, lo que dejó a su equipo bastante mermado ante una baja más que sensible.

El desconcierto local fue aprovechado por el Recoletas Atlético Valladolid para escaparse en el marcador con goles de De Toledo, D´Antino y dos de Miguel Camino (1-4). José Francisco Nolasco tuvo que parar el crono para tranquilizar a sus jugadores y dar instrucciones. No le sirvió de mucho, ya que el equipo pucelano logró ampliar la renta hasta el 3-8 tras un gol de Freitas.

Unos buenos minutos de Cruz en ataque redujeron la diferencia a tres tantos (6-9), si bien D´Antino y Calle volvieron a correr y a poner al cuadro pucelano cinco arriba (8-13). El ataque local no funcionaba. Muy espeso y demasiado lento, no podía con la gran defensa de la escuadra vallisoletana y con la buena labor de César Pérez en la portería.

Herrero puso la máxima diferencia hasta ese momento (8-14) y Moya dejó el marcador al descanso en 9-14, que pudo ser peor para el conjunto oscense porque D' antino anotó a la contra un gol justo un segundo después de que sonara la bocina.

La segunda parte comenzó con los dos equipos especialmente acertados en ataque. En tan solo tres minutos el Bada Huesca metió casi la mitad de goles que en toda la primera parte, cuatro, por otros tantos del conjunto dirigido por David Pisonero, que aceptó el reto de jugar rápido.

No duró mucho el acierto en el cuadro local que, en cuanto bajó un poco su nivel, fue apabullado por Lima y compañía (14-21). El pequeño central portugués demostró, en su estreno en la Liga Plenitude Asobal, que puede ser uno de los nombres propios de la temporada.

Nolasco tuvo que pedir un tiempo muerto porque su equipo estaba grogui. Cambió a defensa 5-1, con Adrià Pérez en el adelantado, intentando dificultar la elaboración de los ataques del Recoletas que, sin embargo, siguió teniendo paciencia cuando había que jugar en estático y rapidez cuando se le presentaba la oportunidad de correr.

A falta de once minutos para el final el partido quedó sentenciado con un gol de Miguel Martínez, otra vez a la contra, que ponía un nítido 17-27 en el marcador. El Recoletas dominaba todas las acciones del juego y el poco fondo de armario del rival, debido a las lesiones, penalizaba a un Bada en el que el cansancio se le acumulaba a varios de sus jugadores.

La escuadra oscense logró maquillar el marcador con más corazón que otra cosa, gracias al ímpetu del joven Florís especialmente, mientras que el Atlético Valladolid fue dejando pasar los minutos ante la certeza de que la victoria no se le iba a escapar (25-30).