![España recupera sensaciones para sellar la primera plaza del grupo](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202101/19/media/cortadas/espa-k0jC-U130267079594CeE-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Camina con pasos cortos en el Mundial la selección española, que poco a poco va cogiendo velocidad y encontrando el ritmo que mejor le conviene. Ante Túnez, en el partido que le debía dar el último impulso y las mejores sensaciones para encarar la 'main draw' (cuadro principal), desplegó una fórmula mucha más reconocible y pareja a aquella que le llevó a conquistar el último Europeo.
Solidez defensiva en primera línea, velocidad y acierto en el juego desde los extremos (Ángel Fernández acabó como el mejor jugador del partido con una tarjeta de 10 goles en 13 lanzamientos) y el valor seguro que siempre aporta la portería, esta vez con un Gonzalo Pérez de Vargas espectacular que por momentos se movió en un 50% de efectividad. No necesitó tirar de muchos más recursos el combinado de Jordi Ribera, que limitó al máximo errores no forzados para manejar los tiempos del primero al último segundo.
Con esta victoria, España sella la primera fase como líder del grupo B y accede a la liguilla con 3 puntos y la mejor disposición antes de medirse a Alemania, Hungría y Uruguay.
España
Pérez de Vargas; Aleix Gómez (2), Guardiola (2), Marchán (5), Cañellas (-), Maqueda (2), Ángel Fernández (10) -equipo inicial-, Sarmiento (-), Virán Morros (1), Raúl Entrerríos (2), Daniel Djushebaev (4), Alex Djushebaev (3), Ariño (-), Figueras (3) y Solé (2, 1p).
36
-
30
Túnez
Harbaoui; Sanai (3), Darmoul (8), Ben Abdallah (1), Issam Rzig (3, 1p), Jaballah (5), Toumi (5) -equipo inicial-, Haj Youssef (-), Maaref (3), Zaied (2), Maggaiz (p.s.), Soussi (-) y Achraf Margheli (-).
Parciales cada cinco minutos: 3-3, 6-6, 8-8, 12-10, 17-14 (descanso); 20-16, 24-19, 28-23, 30-25, 34-27 y 36-30 (final).
Árbitros: Los daneses Hansen Mads y Madsen Jesper. Excluyeron a Viran Morros (2), Zaied, Jaballah, Alex Djushebaev, Ariño, Soussi, y Maqueda.
Incidencias: Tercera y última jornada de la primera fase del Mundial de balonmano, disputada en el New Capital Sports Hall de El Cairo sin público en las gradas por la pandemia.
Soltado ya el óxido en los dos primeros partidos, España partió ante Túnez con otra disposición y una versión mejorada a la ofrecida ante Brasil y Polonia. No regaló minutos como sucedió en su estreno y se puso el mono de faena desde el primer minuto, utilizando los primeros compases, eso sí, para ajustar su defensa 6-0 sobre la movilidad de jugadores como Darmoul o Sanai. No es Túnez una selección que plantee demasiadas alternativas y sí extradamente previsible en su propuesta ofensiva. Sus opciones se asientan en la fortaleza de la primera línea y a ella destina nueve de cada diez posesiones, prescindiendo de manera a veces descarada de la vía de los extremos (la del pivote la supo sellar bien la selección de Ribera).
Sin secretos, por lo tanto, ni recursos de los que tirar en un momento dado, la selección española tuvo claro el plan de partido desde el primer minuto. A él se agarró en primera instancia para negar balones claros a la primera línea tunecina y en última para coger velocidad y acabar desarbolando a su rival. Pero hasta conseguir que cayera como fruta madura hubo que cimentar la victoria, ladrillo a ladrillo, posesión a posesión, hasta disfrutar de un plácido tramo final.
Túnez cometió el pecado de repetir la fórmula de su rival, al sellar la zona central para negar facilidades a los lanzadores españoles, y su concesión habilitó espacios a los extremos para que Ángel Fernández abriera la primera brecha (11-8 a los 18 minutos con seis goles con su sello). Por entonces, Pérez de Vargas ya estaba en 10 paradas de 20 lanzamientos y la labor de desgaste empezaba a minar la respuesta de los africanos.
La selección de Sani Saidi encontraba en cada acción menos espacios para armar el brazo y el cansancio, sin una segunda unidad a la altura, hacía mella en su resistencia. La respuesta en la otra orilla, mucho más coral, dejó detalles que abrigan esperanzas para el camino que queda en este Mundial. Asomó el brazo de Dani Djushebaev, también la movilidad de su hermano Alex, el debutante Marchán puso su granito desde el pivote, Entrerríos dispuso de algún momento de respiro,...
A los diez minutos de la reanudación, el partido ya dormía en brazos de los Hispanos (25-20), que a partir de ahí solo tuvieron que aprovechar su firmeza y el derrumbe de su rival para mantener e incluso aumentar su renta. Un puñado de goles sin inquilino en portería reportaron la suficiente tranquilidad como para encarar la recta final sin apuros ni urgencias por primera vez en el campeonato. El mejor ejemplo de que Túnez bajó los brazos lo resumió el único gol de Virán Morros, a la contra y sin ninguna oposición para batir a Maggaiz.
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