Doce puntos como doce soles

El 6:0 de Nava fue duro de inicio. En la primera jugada de ataque, Seabra resultó excluido por un placaje a Ostojic; en la segunda, Baptista siguió el mismo camino tras agarrar del cuello al propio jugador serbio. Yeray Lamariano paró a Marcelo el lanzamiento desde seis metros. Como las desgracias nunca vienen solas, D'Antino falló un siete metros. Ni cuatro minutos habían pasado y sobre el 40x20 no cesaba la actividad.

Kisselev y Seabra fortificaron el centro del 6:0 de Nava y empezaron a molestar a la primera línea de Bada. Los locales respondieron con los centímetros y la veteranía de Val para abrir hueco a los golpeos de Ostojic y Marcelo. Poco a poco, la defensa del siete navero se ajustó. Una buena parada de Lamariano propició una acción de ataque para lograr el 4-5 a los doce minutos de partido. Llegó gracias a un siete metros de Bernabéu, y agrandó la brecha el mismo Bernabéu después de una contra (4-6).

Huesca limitó sus pérdidas en ataque y subió su defensa. Con un par de detalles de calidad volvió a meterse en el partido, aunque falló varias ocasiones claras ante un Lamariano tremendo en esa fase del primer acto. Algo similar ocurría en la otra costa, con un gran Arguillas bajo los palos. Los dos equipos entraron en una fase de pérdidas de balón y de escaso gobierno sobre la pista. La derivada era que el primero que encontrara la aguja y el hilo cosería la victoria. Para fortuna del Nava, Bada continuó errando.

Gordo paró el reloj en el minuto 28 (9-9) para preparar el ataque y la posterior defensa ante un rival que perdía demasiadas bolas a la vez que Yeray agigantaba su figura, en ese momento con un 44% de paradas. La jugada salió al revés. Paró Arguillas y Adrià Pérez firmó el 10-9 en una veloz transición. Agustín Casado devolvió el equilibrio al marcador en lo que fue la tónica general del primer tiempo. Nolasco, a 31 segundos del final, pidió tiempo. Lamariano impidió que Bada deshiciese el empate en un lanzamiento de Camas.

El segundo acto se abrió con un guion similar. El central Agustín Casado demostró su calidad y el por qué se fijó en su día el Bada Huesca en el de Carboneras. Al parcial 0-2 de los visitantes respondieron con el mismo los anfitriones. El partido estaba en máxima igualdad, pero con sensaciones distintas. El Nava parecía mejor estructurado que su adversario, al que le podía la ansiedad por cosechar un buen resultado. Kisselev apareció para mandar dos misiles y poner la diferencia de +2 para la escuadra segoviana (12-14) y bola para ampliar a +3 que aprovechó el equipo de Gordo con un lanzamiento de Darío Ajo Villarraso. El técnico local paró el choque con 12-15 en el minuto 41. Después de que el equipo aragonés dejase su 6:0 por un 5:1 con Marcelo en el adelantado, Rodrigo Pérez falló un siete metros y Bruno Vírseda no pudo amarrar una contra. Dos acciones que hubieran sido decisivas.

Bada volvió a chocar con los palos, con Lamariano y con su horrible primera vuelta. Descompuesto y sin suerte, el partido se le empezó a ir y cogió color navero. Carmona falló un siete metros con 12-16 y la sólida defensa del Viveros Herol parecía crecer en cada ataque de Huesca. Con 12-17, el preparador local cambió al guardameta Arguillas por Jorge Gómez y Kisselev le dio la bienvenida a la cancha con un golazo. El Bada metió su tercer gol en el segundo acto 20 minutos después de que empezara. Poco que decir de la defensa de un Nava excelso y que firmó la victoria apoyado en el abc del balonmano: dureza atrás, velocidad en las transiciones y efectividad en el lanzamiento.