«Es difícil jugar cuando estás abajo»

El portero bielorruso es algo esquivo ante los medios porque aunque habla y entiende perfectamente el castellano, piensa que no se expresa con la claridad suficiente. También hay un punto de timidez que se muestra en sus gestos en la cancha, económicos y sin aspavientos. Pero a la hora de expresar sus opiniones sobre el equipo, sonríe mucho ante las preguntas mientras se piensa las respuestas, que terminan siendo lo suficientemente contundentes. «No lo sé», dice justo tras sonreír ante la pregunta sobre su mejoría bajo los palos, «pero lo importante es que trabajamos todos bien. No es sólo cosa mía, sino de la defensa, que ayuda. Es que es algo de todos juntos». Y es que Patotski ve su puesto como importante, pero no clave: «Si paras balones y luego no metes goles, pierdes ritmo y sin ritmo es imposible ganar partidos. Por eso se trata de algo que tenemos que hacer todos».

El cambio estadístico de la primera parte de la temporada a esta segunda vuelta es claramente significativo. De partidos en los que apenas llegaba al 10% de paradas o en los que ni tan siquiera participaba, a ser titular indiscutible con Zupo Equisoain alcanzando en varias ocasiones el 50% de paradas. El propio entrenador ha recalcado en más de una ocasión que, según él, la «recuperación de Patotski para la causa» está siendo clave en el cambio de tornas del equipo en la tabla de la Liga Asobal. «Para mí es una pregunta muy difícil, porque es que no creo que haya cambiado nada. Tal vez en la primera vuelta tenía ciertos problemas psicológicos». No deja de ser una expresión que utiliza para referirse a algo a lo que él da mucha importancia: la confianza. «Cuando entras en un vestuario que viene de perder dos o tres partidos seguidos, lo notas. Es un poco difícil jugar cuando estás abajo, cuando sabes que en cada partido no tienes más que la opción de ganar o ganar, porque perder va a suponer un problema. En mi cabeza da igual si estás abajo, en medio o arriba, hay que pelear hasta el final al cien por cien».

Fue su compañero Rodrigo Pérez Arce el que dijo en una entrevista que la clave del cambio en la tendencia de los resultados estaba en que el equipo le había visto «las orejas al lobo». Para Patotski, que desconoce esta expresión tan castellana, la razón no está en ese detalle. «No creo que nadie crea que hay que esperar a pasarlo mal para reaccionar. No. Se dieron muchas razones», aunque mantiene que la pérdida de confianza fue la que más peso tuvo. De ahí que el equipo ahora encadene tres victorias consecutivas y un empate en las cuatro últimas jornadas, para situarse en la posición décimo segunda, a seis puntos de la zona más tranquila de la tabla con seis jornadas todavía por disputarse.

«En Cuenca va a ser muy difícil. Están sextos por méritos, es un equipo muy fuerte. Pero si jugamos al cien por cien, ¿por qué no podemos sacar algo de allí? Podemos sacar algo de cualquier pista, esto es balonmano y todo puede pasar», remarca el portero bielorruso cuando se le pregunta por el calendario. Porque tras haber vencido a equipos que luchan por su mismo objetivo, ahora viene uno de los de arriba antes de afrontar el mes de mayo, el decisivo. Como decisivo está siendo, quiera él o no, el estado de forma de Dzmitry Patotski.