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margarita pitel (ADG)
Logroño
Domingo, 10 de octubre 2021, 10:05
Resultó efímero el estado de euforia en la familia del Viveros Herol Nava, que después de arrollar al Ademar el pasado martes se dejó todas las buenas sensaciones en una salida complicada ante el Ciudad de Logroño. Curiosamente, los 39 goles que habían servido como ... motivo de orgullo y marca récord del año en anotación positiva hace solamente unos días, pesan ahora como una losa mayor (41) a la hora de analizar el rendimiento defensivo del equipo, especialmente en una segunda mitad en la que acabó por desenchufarse. Es la realidad de los de Zupo Equisoain, montados en una montaña rusa de sensaciones y rendimiento, incluso dentro de un mismo encuentro.
Tiende a reducirse el éxito en el deporte a un estado de ánimo, y a pesar de la inercia positiva del Viveros Herol el inicio en el Palacio de los Deportes de La Rioja invitó a pensar en que no todo iba a ser felicidad. Inauguró D'Antino el intercambio de golpes con un paradigmático fallo desde los siete metros. Mejor dicho, con una enorme parada de Jorge Pérez, fundamental en los primeros minutos. De hecho, el rácano marcador de los compases iniciales fue una excepción en un partido en el que se empezó a correr, y mucho, de lado a lado. La primera y segunda oleada sostenía a los pupilos de Zupo, con Vujovic llevando el marcador a un 5-7 que acabaría por ser la más amplia y última ventaja, antes de que el Logroño encontrase el plan para hincarle el diente. Siguió corriéndose igual, pero hubo un elemento que Viveros Herol no supo manejar en toda la tarde: los pases al pívot. Esa premisa tan aparentemente básica fue insalvable, y solamente con ciertos arreones de talento se mantenía a flote en el marcador. Por otra parte, y a pesar de que el partido había entrado ya en una dinámica altamente anotadora, Djukic o Moyano perdían el tino que sí habían tenido días atrás ante Ademar. Cada vez que la distancia se acercaba a tres goles, o bien un error en la definición o la actuación de Jorge Pérez le negaban a Viveros Herol engancharse definitivamente.
Son Miguel Ángel Velasco y Zupo Equisoain dos técnicos antagónicos en su filosofía, y eso se refleja en dos equipos de marcada personalidad, normalmente dos caminos dispares para llegar a un mismo punto. Esta vez, el máximo responsable de la plantilla riojana dio con la tecla e incidió en la propuesta hasta, haciendo un símil con el ciclismo, sacar de punto a su rival. Corrió tanto y tan bien el Logroño que a los diez minutos (27-21) parecía haberse resuelto el duelo. D'Antino, letal una vez más desde los siete metros, evitaba la debacle y mantenía a sus compañeros en una desventaja razonable, pero todos los demás elementos del sistema fallaban: si uno llega tarde en el cara a cara de velocidad, normalmente el pivote hace sangre. Y eso fue lo que sucedió en cada desajuste defensivo. Aun así, el con diez minutos por disputarse (32-28), seguía con vida en medio de la sangría de concesiones defensivas.
También la rotación del Logroño mantuvo el nivel más allá de la aportación de un Viveros Herol que desde el banquillo sacó la bandera blanca (38-31). La lectura positiva de la derrota es que, a pesar de enfrentarse a un rival desatado, que solamente sabe lo que es ganar en los últimos cuatro partidos, y que como antagonista fue letal, al conjunto navero solamente le sobraron los minutos finales. Y eso que fallaron casi todos los aspectos positivos de unos días atrás.
El órdago sube de cara a la próxima jornada, en la que al equipo de Zupo le toca visitar al momentáneo nuevo líder de la categoría, siempre a la espera del compromiso del Barça. Otra vez fuera de casa, será esta vez el Ángel Ximénez Puente Genil (sábado, 18.30 horas) el que mida cómo de aprendida le quedó la lección al Viveros Herol.
Zupo Equisoain, entrenador del Viveros Herol Nava, había advertido en la previa del potencial de un Logroño al que señaló como el mejor equipo de «la otra liga». «El Logroño está llamado a ser el segundo equipo de la liga. Nosotros, con errores, hicimos 34 goles en ataque, pero cometimos muchos fallos, sobre todo en el marcaje al pivote», dijo para analizar la derrota. «Estuvieron más rápidos que nosotros en los cruces y la velocidad de balón. Muchas veces no llegábamos. No estuvimos intensos ni agresivos, y eso tenemos que corregirlo si queremos ganar fuera», añadió.
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