Derrota con un poso de lamento

Fue un choque intenso, con mucha emoción. Y que iba a ser un choque enérgico ya quedó reflejado desde que comenzó el partido, con una exclusión antes de que se cumpliera el primer minuto de partido (42 segundos para ser exactos) y fue para el visitante Márquez. Después, por aquello de equilibrar la balanza le llegó el turno a Gonzalo Carro, también enfiló el mismo camino Prokop, Txanasidis... Yasí hasta cinco exclusiones, una muestra inequívoca de que los dos equipos se tomaron el partido muy en serio, algunas un tanto rigurosas, algo que no gustó en demasía a la afición navera, un tanto con la mosca detrás de la oreja por algunas decisiones arbitrales.

Tras fallar el conjunto local su ataque inicial, fue el Granollers el que dio primero y llegó incluso a gozar poco después de una ventaja de dos goles que mantuvo hasta el 4-6 del minuto 10. Ese parcial iba a poner un punto de inflexión en el desarrollo del conjunto navero, que no solo llegó a igualar el choque (6-6) sino que también obtuvo una renta de tres goles (9-6) para alegría de su afición. Aesas alturas, el guardameta Pleh ya había conseguido entrar en calor, al igual que Rangel en la portería del Granollers.

El conjunto visitante se quedó estancado en esos seis goles, pero aún así, el Viveros Herol Nava no conseguía despegarse en un choque que estaba resultando muy igualado, mucho, tanto que esa primera parte terminó con empate (12-12).

Esa igualdad quedó reflejada también en la segunda parte, que comenzó con una parada de Patotski a un lanzamiento de siete metros del conjunto visitante. Pleh había dejado su puesto a Patotski para este lanzamiento y el guardameta del conjunto navero respondió a la perfección.

Pérez Arce daba ventaja al Nava al transformar un lanzamiento de siete metros y empató también desde esa distancia Granollers en lo que iba a ser la dinámica del choque. Ninguno conseguía despegarse en una fase que también estuvo marcada por la falta de acierto.

Seguía esa tónica de igualdad, rota a favor de uno, a favor de otro... Pero no conseguía nadie poner tierra de por medio. Si marcaba el Nava, empataba Granollers. Y lo contrario. Y llegó de nuevo a ponerse por delante el conjunto visitante (14-15) lo que aprovechó el publico para dar más bríos a su equipo. Sabía que el equipo lo necesitaba.

El choque requería paciencia y madurez, no precipitarse. Minimizar los errores. Es fácil pensarlo desde fuera y no en la cancha, a más revoluciones que un Fórmula 1. Por eso el Nava trataba de mantener esta consigna. Y no bajar los brazos ni dejarse llevar cuando Granollers se ponía por delante en el marcador.

Con 17-19 en el marcador, Zupo Equisoain decidió dar entrada a Patotski en la portería en lo que parecía ser un canto a la esperanza. Cantar, no se sabe, pero parar sí que sabe el guardameta del conjunto navero. Granollers cogió de nuevo una renta de tres goles (17-20), pero Nava trataba de no venirse abajo, aunque algún fallo en ataque hacía que el publico se llevara las manos a la cabeza. Consiguió de nuevo empatar, ponerse por delante, pero cedió en los instantes finales, una losa que ya fue imposible de superar. Ocasión pérdida.