«A cualquier deportista le deja un sabor agridulce no poder acabar la temporada», dice Roberto Pérez

Roberto Pérez quiere volver a pisar una pista de balonmano cuanto antes. Como deportista profesional, este jugador del Recoletas Atlético Valladolid puede empezar a entrenar de manera individual, pero siente que le falta el contacto con los compañeros y su deporte.

–Empieza a haber medidas que relajan el confinamiento.

–Estamos en un confinamiento indefinido del que no sabes cuándo vas a salir, pero que entiendes que es lo mejor para salir de esta situación. Llevo una rutina. Me levanto pronto, entreno, veo series, leo libros y hablo con gente con la que no lo sueles hacer habitualmente. Al menos, ahora puedes salir a entrenar de manera individual. Debes hacerlo con responsabilidad, para que el confinamiento que hemos hecho sirva de algo.

–¿Cómo se organiza?

–Intento cumplir un horario como si estuviera en plena temporada. Tengo mi rutina de trabajo y aparte entrenamos en días alternos todo el equipo por Skype.

–Al menos ya puede correr, aunque sea de manera individual.

–El hecho de que te dejen salir te ayuda a mantener la forma física. En teoría puedo entrenar en cualquier horario, aunque el mío es el de siempre, por la mañana.

–Ya tendrá ganas de trabajar junto al resto de sus compañeros de equipo.

–Sí, por supuesto. Todos los equipos son una especie de familia, un grupo de amigos, y se echa de menos a la gente en este tipo de circunstancias. El balonmano es mi trabajo y también mi pasión.

–Pablo Arranz, el preparador físico, les da caña.

–Muchísima. Entrenamos con él muy bien. Te deja la sensación de que has trabajado bien. Tienes que mantener la forma física lo mejor posible por lo que es el trabajo específico de balonmano no puedes hacerlo. El deportista profesional pierde en 20-30 días las sensaciones y le cuesta lo mismo volver a readaptarse al balón, los compañeros, los contactos y la pista. La forma física hay que tenerla, pero cada deporte cuenta con una parte específica que ahora no puedes trabajarla. No puedes pasarte el balón a través del Skype (risas).

–Echará de menos el gimnasio.

–Desde luego. En la terraza tengo material porque me gusta entrenar en vacaciones, pues mi juego se basa en la fuerza física. Echo de menos no poder ir al gimnasio.

–La temporada dice adiós.

–A cualquier deportista no poder acabar la temporada le deja un sabor agridulce. Dejas sin finalizar una campaña para la que te has preparado al máximo. Le pones fin por la necesidad, pero tienes ganar de competir que es lo que más me gusta. No ha acabado de la manera que había que concluirla.

–Querían extender la temporada al verano para concluirla.

–Extenderla significa ir arrastrándote durante mucho tiempo y afectar a competiciones venideras. El año próximo hay unos Juegos y no se puede retrasarlos. Creo que las federaciones han decidido así por lo que podía impactar en futuros torneos. No solo existe la Asobal. Todo lo que alarguemos esta campaña afectará a las siguientes. Lo mejor, cancelar.

–¿Cómo va su renovación?

–Con todo esto, está parada. Sé que cuentan conmigo. Se encuentra todo en suspenso porque vivimos una situación crítica. Soy de Valladolid y me identifico con mi ciudad. He tenido ofertas de fuera y me he quedado. Creo que estoy donde más puedo ayudar y, mientras quieran contar conmigo, aquí estaré.

–La pandemia trae consigo una crisis económica que también afectará al deporte.

–Seguro que sí. En el balonmano somos expertos en este tipo de situaciones de crisis. Todo lo que afecta a la economía también lo hace al deporte. Están íntimamente ligados. Podemos luchar y competir con gente de aquí, que es lo que defiende este club.

–¿Tiene mono de tocar balón?

–Tengo muchas ganas de tocarlo, sobre todo porque la campaña no ha acabado de la manera en la que debería. Es como que te han quitado el balón.