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Un aficionado consuela a Carlos Villagrán. Antonio de Torre
Corazones divididos entre el orgullo y la incredulidad

Corazones divididos entre el orgullo y la incredulidad

La afición navera se despide de Asobal agradeciendo a un vestuario crítico y roto los grandes momentos

Sergio Perela

Segovia

Lunes, 30 de mayo 2022, 11:15

Mientras Carlos Villagrán atendía a la prensa, el pabellón entero estaba todavía en pie y cantando una letanía de agradecimiento por haber estado en Asobal. Antes habían casi forzado a sus jugadores a que fueran pasando por toda la barandilla para chocar las manos de ... su gente, recibir abrazos y consuelo. Había más medias sonrisas que lágrimas en la grada. No así en un banquillo que estaba roto. El capitán, experimentado, lo llevaba mejor; pero Óscar Marugán se quedó sin lágrimas aunque no le faltaron abrazos de consuelo. Igual que D'Antino, también apoyado por Carró. «Lo merecen todo», resaltaba Villagrán. «Hemos luchado mucho, hemos trabajado más, hemos sufrido y ahora toca otra vez un episodio que no es mejor ni peor. Es el que ha tocado, el que hay que escribir y a lo mejor es un impulso para volver más fuerte o para reestructurar algunas cosas».

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