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alberto gómez-adg
Córdoba
Sábado, 31 de octubre 2020, 23:41
Derrota previsible del Balonmano Nava en Puente Genil en un partido que sólo el Comité Nacional de Competición quiso que se jugase ante la situación que sufre el bloque de Diego Dorado. Una nueva normalidad que tanto está afectando al deporte español en general y ... al balonmano en particular. También del lado local, el entrenador Paco Bustos continúa su recuperación tras permanecer ingresado por covid-19 más de dos semanas. Por su parte, en la plantilla de Viveros Herol es conocida de sobra su situación. Un contexto muy particular que sin duda mermó al equipo de Nava de la Asunción hasta el punto de que Puente Genil se mostró de acuerdo en aplazar el choque de acuerdo a la ética deportiva. Sin el beneplácito del ente federativo y con la cabeza en otras cosas, el bloque navero sufrió otro revés deportivo.
El viaje a tierras cordobesas deparó un inicio de encuentro muy bronco cargado de exclusiones para ambos equipos. Tanto Diego Dorado como el preparador del equipo local Miguel Ángel Moriana tuvieron claro que el camino para la victoria era poner un cerrojo en su portería. Sin embargo, la dupla arbitral no dio tregua con cuatro exclusiones en los dos primeros parciales tratando de mantener el duelo bajo control. Del baile de superioridades numéricas salió victorioso el bloque de Puente Genil con un parcial 4-1 que colocó las primeras diferencias en el marcador antes de que el banquillo de Nava mandase parar el cronómetro y ordenar las ideas. Lo hizo tras dos pérdidas de balón con malas decisiones en la circulación que concluyeron en sendos goles a la contra de un combativo Ángel Ximénez. Se notó la diferencia de ritmo entre unos y otros.
La vuelta a la cancha no sirvió para mejorar la imagen de un equipo que permitió campar a sus anchas a Juan Castro. El central leonés manejó los tiempos del juego y encontró espacios para regalarse un formidable inicio de partido con motivo de su cumpleaños. No tardó Diego Dorado en ordenar una defensa mixta sobre el que fue su pupilo en el Ademar y buen conocedor de un jugador capaz de desequilibrar un encuentro si entra en dinámica.
Los cambios en el engranaje defensivo navero cortocircuitaron a un equipo que hasta ese momento se sintió muy cómodo sobre el parqué (9-5, min 12). En ataque, la respuesta llegó de la mano de Vujovic, muy activo desde el extremo colocando a sus compañeros a tan solo un gol de distancia. En ambos equipos el guion dibujó mucha presencia de balón en los costados y ataques cortos evitando contragolpes innecesarios.
La reacción del bloque pontanés no se hizo esperar con Juan Castro de nuevo tomando la responsabilidad. Dos buenas acciones suyas con finta y lanzamiento terminaron superando a un Patotski que ayer personalizó los particulares problemas que sufre la portería segoviana. El guardameta bielorruso no pudo hacer valer su envergadura ante los disparos cómodos desde el eje y acusó una vez más su falta de movilidad cuando el balón circuló por los extremos. Unos pasillos laterales que siguieron muy transitados hasta el final de la primera parte en ambos conjuntos. Y es que D´Antino y Vujovic fueron los encargados de capitalizar el caudal anotador del Balonmano Nava.
También salió mejor Puente Genil en la segunda mitad modificando además su portería tras las pobres prestaciones ofrecidas por Álvaro de Hita. Del mismo modo Patotski encadenó tres paradas consecutivas que, unidas a las escaramuzas de Vujovic, permitieron seguir soñando a los rojiblancos unos minutos más. Ángel Ximénez volvió a demarrar con dos latigazos que el lateral David Estepa descerrajó sobre la meta de un Nava convertido en mar de dudas cada vez que se acercó en el marcador (22-18, min. 44). El cuadro dirigido por Diego Dorado se vació en un último esfuerzo a base de pundonor pero no siempre que se quiere es posible.
Aún quedó el último cuarto de hora para morir matando en un Pabellón Alcalde Miguel Salas vacío de espectadores que vio cómo Ahmetasevic se convirtió en el muro definitivo para el conjunto de Nava de la Asunción. El meta bosnio se fue al 53% de efectividad para sellar la victoria local ante un equipo que, pese a todo, nunca dejó de creer. Su irrupción fue determinante para que los jugadores naveros sólo anotasen diez goles en la segunda mitad. Ni la enfermería, ni los 600 kilómetros de viaje hicieron rendirse a una lista de jugadores que quiso hacer un último llamamiento a la épica con D´Antino y Vujovic desatados cabalgando por toda la pista con el objetivo de descoser un partido bien hilvanado por Puente Genil. El equipo de Miguel Ángel Moriana siempre se sintió cómodo en su papel de favorito mirando por el retrovisor y manteniendo a distancia prudencial a su rival. Sin duda, la mejor noticia fue ver a Yeray Lamariano recuperando sensaciones con cuatro grandes paradas que deben ser el primer brote verde para un Nava dispuesto a recuperar el terreno perdido.
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