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Carlos Villagrán dirige un ataque del Balonmano Nava. Antonio de Torre
Carlos Villagrán, el pegamento del nuevo proyecto de Nava

Carlos Villagrán, el pegamento del nuevo proyecto de Nava

Zupo Equisoain está renovando por completo el equipo de Viveros Herol Balonmano Nava y no pasa dos días sin hablar con su capitán, un navero que confía ciegamente en las apuestas de entrenador navarro, a las que habrá que integrar rápido en el equipo y en el pueblo

Sergio Perela

Segovia

Viernes, 9 de julio 2021, 20:47

La renovación de Carlos Villagrán era casi un secreto a voces y quizá pasó desapercibida cuando tuvo lugar, el pasado 1 de julio. El capitán, máximo exponente de la idea de este club tan especial, asumió la temporada pasada, en los momentos más complicados, un rol de revulsivo quizá impropio de su edad, pero sumamente efectivo. «Pensé que el año del coronavirus me iba a dar años de balonmano y a lo mejor me los ha quitado», comenta repasando una temporada demasiado sufrida que a la mayoría de sus compañeros más veteranos terminó pasando factura. «Luchar por el descenso es durísimo. Las semanas se hacen largas, las dinámicas mentales son negativas. Es sobre todo ahí donde tienes que ser muy fuerte», afirma. Y él lo es.

En estos momentos, apurando las vacaciones pero implicado en el campus del club, reconoce que está haciendo mucho «trabajo de teléfonos», porque cada dos o tres días mantiene una conversación con Zupo Equisoain y no pasa un día sin cruzar, al menos, un mensaje con el entrenador. Un técnico al que defiende, porque «cuando dio con la tecla la administración de roles quedó muy clara para todos». En su caso, por momentos pareció perder protagonismo y, sin embargo, determinados goles y su actitud maravillaron al entrenador: «»Intentaba estar al nivel de mis compañeros. Verles trabajar, darlo todo, sufrir, sudar. Eso me hacía pensar que yo tenía que estar a la altura. Zupo me dio confianza en minutos importantes y no quería defraudarle, ni a él, ni a los compañeros».

Nuevos integrantes

Las palabras «equipo» y «compañeros» están siempre en la boca de Carlos Villagrán. Y en una temporada como la que se avecina ese concepto va a ser clave, porque habrá que integrar a cinco fichajes, cuatro de ellos foráneos. Él elude la responsabilidad de entrada, porque piensa que la integración de los nuevos ha de ser un trabajo de todo el vestuario: «Sale natural, no es una responsabilidad como tal. Tenemos que tratar de integrarles lo antes posible para luego ir matizando detalles. En realidad, no por ser capitán tengo más responsabilidad». Quizá lo dice porque este próximo año van a tener que tirar del inglés para incorporar a todos, puesto que la plantilla va a tener una mezcla importante de nacionalidades. «Puede ser algún tipo de problema», afirma, «pero tenemos gente en el vestuario que domina el inglés, así que seguro que surge rápido».

La velocidad de integración de los jugadores de Bosnia, Eslovaquia, Serbia y Grecia va a ser clave según el capitán del equipo si se quiere cumplir con el objetivo marcado por Equisoain tras lograr la salvación en el último partido de la pasada campaña: el de no sufrir. «Para eso hay que hacer el equipo cuando antes, que haya unión lo más rápido posible. Porque así la administración de roles estará clara, que al final se trata de que la gente sepa lo que tiene que hacer», comenta haciendo hincapié en ese importante detalle de que cada pieza del engranaje tenga claro y asumido su papel.

Villagrán es un hombre de balonmano, «todos los años me reseteo», argumenta como secreto para seguir manteniendo la ilusión tras tantas temporadas. Por eso su aval hacia el trabajo de incorporaciones del entrenador navarro es importante. Al lograr la salvación tan tarde, el mercado de fichajes ya estaba abierto y muchos de los más apetecibles, cerrados. Con lo que ha habido que mirar hacia otros mercados. «Los fichajes están bien, en la línea de lo que buscamos», defiende Vilagrán. «La clave está en rejuvenecer la plantilla para que haya mezcla, porque al final los jóvenes dan un plus de energía. Lo ideal sería que fueran todos nacionales y de Nava, si me apuras, pero él está contento. Cree que hemos hecho buena plantila». Palabra de Zupo.

La plantilla a día de hoy está completa, una vez se concretó la salida de Lukas Simenas hacia el recién ascendido a Asobal Antequera. Ahora la labor del capitán es, en sus propias palabras, «renovarse para estar a su altura». No cabe duda de que lo hará, porque el navero es el mejor ejemplo de pasión por un deporte, por un club y por un pueblo. Y, quiera o no, tendrá que ser el pegamento que unifique lo nuevo.

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