El Caja Rural Aula siempre vio de lejos la orilla del Bera Bera

Las chicas de Imanol Álvarez no dejaron creer a las de Miguel Ángel Peñas, arrancaron la tarde-noche con las manos más firmes y en santiamén elevaron el tanteo a 1-5 que hizo temer una debacle como la de hace unas semanas en el partido liguero (42-23, diecinueve goles de diferencia). El Aula tiró de casta, no dejó que eso se repitiera y dedicó todos sus esfuerzos, desde ese minuto 5 a más allá del 55, a que las rentas del Bera Bera dejaran un atisbo de esperanzas al Aula.

O'Mullony acertó con la portería y durante un par de ataques las vallisoletanas rozaron la distancia mínima de un gol, con 4-6 y 5-7 disfrutaron de dos ataques que no remataron, también porque el Bera Bera se aplicó en defensa e hizo valer su mayor potencial físico, la retaguardia donostiarra le echó maderas y piñas en su zona, desquició a la 'diez' local y tampoco le importó ser castigada con tres exclusiones en esta primera parte; secó el Aula y encontró un filón en la conexión con sus pivotes, primero a través de Tchaptchet y después, y sobre todo, a través de Gavilán, imparable para las vallisoletanas.

De un plumazo recuperaron los márgenes, con 5-10 Peñas pidió tiempo muerto, y cuando llegaron al 8-17 planeó la sensación de que el partido se había acabado. Tampoco ayudó la falta de acierto desde el punto de penalti, el Aula falló sus dos primeros intentos y su porcentaje desde los siete metros se quedó en un gol de cuatro lanzamientos.

El descanso le vino bien al Aula, que sacó a todas sus naves del puerto y las envió a mar abierto. Un arranque fulgurante con pleno de goles en sus cinco primeros ataques llevó el tanteo al 15-19, todavía lejos, había mucho que remar para acercarse un poco más, y el Aula dejó bien claro que por ganas no iba a ser. González de Garibay encontró una vía por su extremo, tiró de picardía para marcar desde un saque de banda, y obligó al Bera Bera a volver a arremangarse. Fue el momento de Esther Arrojeria, que convirtió las rendijas de la defensa pucelana en grietas por las que entrada una y otra vez; hasta nueve goles marcó en esta segunda parte, suficientes para que los márgenes se movieran entre los cinco y siete.

Ni ahí se rindió el Aula, con O'Mullony fuera del foco, fueron Elba Álvarez y Jimena Laguna las que tomaron las riendas del equipo; mantuvieron al equipo a flote y, tras una buena parada de Alicia Robles, apareció ese momento de comunición entre el parquet y la grada del Huerta del Rey, el marcador estaba en 25-29, y el rugido de los aficionados y el subidón del banquillo local se elevaron, más que con la esperanza de una remontada, como un premio al coraje y a la voluntad del Aula. Arrojeria por fuera y Gavilán por dentro siguieron martilleando la portería local y, ya casi sin fuerzas para la última brazada, las pucelanas se dejaron llevar por la corriente y se vieron arrastradas ocho goles atrás, una contundencia que no hacía justicia a los méritos del equipo vallisoletano, que nunca tuvo opciones para llevarse la victoria, pero que se resistió con uñas y dientes a que la cita fuera un trámite para el Bera Bera, que ahora tiene en su mano el pase a la semifinal sin la lotería de la prórroga.