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A Beni Nagy se le acumulaban los abrazos al término del partido ante el Puente Genil. No había pitado el árbitro y Freitas se iba enfilado a por el joven guardameta húngaro. Lo mismo ocurría con Álvaro Martínez. O con Pipe García, su compañero en ... la portería, consciente del encuentro que había realizado Beni en Huerta del Rey. El portero centroeuropeo fue fundamental en la primera victoria de 2024 del Recoletas Atlético Valladolid en Huerta. Lo hizo ante un equipo andaluz que llegaba al polideportivo con la flechita hacia arriba, todo lo contrario que los de David Pisonero, que en las últimas semanas contaban los partidos por derrotas, incluida la eliminación de la Copa del Rey.
Recoletas Atlético Valladolid
Pipe García (Nagy, ps), Alejandro Pisonero (-), Álvaro Martínez (2p), Miguel Camino (1), Edu Calle (2), Manu García (2), De Toledo (2), Dimitrievski (1), Rosell (3), Dimitrioski (6,5p), Miguel Martínez (-), Freitas (4), Lima (3).
26
-
21
Puente Genil
Ben Tekaya (De Hita, ps), Silva (2), Keita (2), Cuenca (1), Aizen (2), Tiago Sousa (1), Jung (3,1p), Ferrán López (3), Boskos (5,1p), Cabello (-), Bernabéu (2).
Marcador cada 5 minutos: 2-2, 4-4, 5-6, 9-7, 11-8, 13-10 -descanso-; 13-12, 14-13, 17-14, 18-15, 22-18, 26-21 -final-.
Árbitros: Árbitros: José Carlos Friera Cavada (Federación asturiana) y Andrés Rosendo López (Federación gallega). Excluyeron dos minutos a Dimitrievski (m.14), Miguel Camino (m.38), Miguel Martínez (m.48) y Rosell (m.57), del Recoletas Atlético Valladolid; y a Silva (m.5 y 14), Tiago Sousa (m.42), Aizen (m.44) y Keita (m.55), del Ángel Ximénez Puente Genil. Mostraron tarjeta roja directa a Jung (m.11), del Puente Genil.
Incidencias: Polideportivo Huerta del Rey. 1.200 espectadores.
Sin embargo, el debut de Nagy cambió el signo de un partido que comenzaba casi exactamente igual que el resto, con los visitantes dominando y acertando en la portería local, con un Pipe García, que fue titular a la espera de ver el debut del joven húngaro, cedido por el Telekom Veszprém.
El Recoletas transitaba por el desierto, sediento y deseando llevarse algo a la boca para no desfallecer. Después de meses de sequía, por fin diluvió. La victoria se cimentó en la portería, en la que el recién incorporado Benedek Nagy mostró sus credenciales con catorce paradas.
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Enfrente, los 1,91 metros del portero Ben Tekaya Tan parecían una tapia. La elasticidad y rocosidad del tunecino frustraron las ansias de los gladiadores azules de escaparse en el marcador. No fue hasta el minuto 8 cuando Edu Calle aventajó a los vallisoletanos (4-3). La expulsión de Tincho Jung , unido al debut de Nagy, cambiaron el choque. Llegaron, entonces, los minutos de oro del Recoletas Atlético Valladolid. Bajo la dirección de Alfonso Lima, la sobriedad de Freitas y la seguridad del hungaro, con dos paradas vitales, los locales se crecieron y cimentaron un parcial de 6-1.
Congeló el cronómetro Paco Bustos para que el bofetón de anotaciones locales no amedrantara al Puente Genil. Esa reacción la lideró Marcio con su robustez y fuerza para deshojar la defensa local (12-10). Aún así, Nagy levantó al público con una soberbia parada y Lima cerró el primer asalto estableciendo el 13-10 en el electrónico.
No fue bueno el regreso a pista de los gladiadores azules. Lucas y Boskos estrecharon el marcador (13-12). A los pupilos de Pisonero les entraron las dudas. Malos minutos en los que reinó la precipitación y la falta de entendimiento con los extremos. La exclusión de Tiago fue un impulso. Calle, Freitas, Rosell y Dimitar destriparon la defensa cordobesa logrando restablecer la ventaja de cuatro tantos (18-14).
Si la ventaja no era mayor era por el buen desempeño en la portería del Puente Genil. Ben Tekaya seguía siendo un suplicio y Álvaro de Hita se erigía para abortar los lanzamientos desde la línea de siete metros.
Aún así, cualquier atisbo de rebeldía del cuadro cordobés era sofocado por un entramado defensivo bien armado y la vigilancia de Nagy. Con la ausencia de Alejandro Pisonero por una luxación en el hombro, el Atlético Valladolid propuso rápidos ataques, donde la electricidad de Lima hizo mover al bloque. Sin pasar apuros y bien agarrados los dos puntos, los de Pisonero explotaron de alegría de la mano de Beni Nagy, que hizo volver a salir el sol en Huerta del Rey.
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